Cómo hacer Torrijas de leche perfectas

Después de preparar nuestro pan de torrijas, llega el momento de ponernos a la obra y ver Cómo hacer Torrijas de leche perfectas. Sin duda uno de los postres más clásicos y tradicionales de la gastronomía española, que han formado parte de nuestra vida desde la infancia. Y que nos seguirán acompañando para siempre. Tengo grabado en mi memoria una gran cantidad de escenas en las que mi madre preparaba torrijas a lo largo de mi niñez.

Era uno de esos momentos del año que me gustaban mucho. Bueno, yo siempre he sido muy de festividades y fiestas, de modo que todo lo que sea celebrar, me parece estupendo. Pero, si recopilo todos mis mejores momentos junto a mi familia (#trendingmoments), la mayoría de ellos se dieron alrededor de una cocina o una mesa. De hecho hay aromas y olores, que me recuerdan y trasladan inmediatamente a un determinado momento de mi vida. Son los mejores marcadores de páginas para retomar capítulos de nuestra existencia.

Bueno, que me viene la vena filosófica y me voy de lo que nos interesa.

Vamos a ver cómo elaborar unas torrijas de leche. Sé que hay otras variedades como las torrijas de vino, torrijas con leche y miel, con almibar, al horno, con crema pastelera, leche condensada… Un sin fin de posibilidades. Pero, en mi caso, voy a compartir las que más me gustan y esta es la receta de torrijas tradicionales con leche. La más clásica. Aunque también puede ser aquella que era la más “apta para niños” y por esa razón era la que mi madre hacía siempre.

¿Qué son las torrijas?

Estoy segura que todos sabemos bien qué son, pero nunca está de más hacer una breve presentación de un grandioso postre.

La torrija, también conocida como torreja, es un postre clásico elaborado con pan, normalmente de días anteriores, por lo que podríamos decir que se trata de una receta de reciclaje. Se empapa en leche, vino o almíbar, se reboza con huevo y se fríe con aceite. Después se cubre con azúcar y canela o miel. Hoy en día se puede llevar a cabo con pan duro, pan específico para torrijas, pan de molde o bien podemos hacer nuestro propio pan de torrijas casero.

Seguro que os recuerda mucho a la famosa tostada francesa que, ciertamente, se parecen bastante.

Origen de la torrija.

La primera referencia conocida a una elaboración como la torrija, aparece en la obra de Apicio. En ella se puede encontrar una recopilación de recetas latinas que datan de los siglos IV y V. En el recetario se menciona que la rebanada de pan debe sumergirse en leche, sin hacer mención a la presencia de huevo, y no le otorga un nombre en concreto. Se limita a llamarla aliter dulcia (otro plato dulce).

El pan migado en leche y endulzado con azúcar fue conocido en la Europa medieval bajo los nombres de suppe dorate, soupys yn dorye, tostées dorées o pain perdu en Francia, que dio lugar a payn purdyeu (pan perdido) en el Reino Unido. La palabra soup o suppe, citado anteriormente,hace referencia a que ha sido sumergida en un líquido, una “sopa”.​

En el siglo XIV, el recetario Le viandier de Taillevent presentaba la receta de las “tostadas doradas” (tostées dorées), que se rebozaban en yema de huevo batido antes de cocinarlas en la sartén y espolvorearlas con azúcar. En la misma época, un recetario alemán usa la denominación arme ritter (caballero pobre), un nombre usado en inglés como poor knight y en las lenguas nórdicas.

En España, el término “torrija” o “torreja” aparece ya documentada en el siglo XV.

El cocinero Domingo Hernández de Maceras en su recetario Libro de Cozina (1607) utiliza el término “torrija” en un plato, una especie de torta endulzada con azúcar y canela, aunque no detalla el proceso de su elaboración. El escritor y cocinero de palacio de Felipe II, Francisco Martínez Motiño, en su Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería (1611) describe la receta de las torrijas; Consiste en pan mojado en leche, huevo, frito hasta que quede un poco moreno —según aconseja—, endulzado con almíbar o miel y espolvoreado con azúcar.

La torrija a comienzos de siglo XX era muy habitual en las tabernas de Madrid y se acostumbraba servirlas con vasos de vino (chatos). Su asociación a la Cuaresma pudiera deberse a la necesidad de aprovechar el pan sobrante. Al no poderse consumir carne, se comía menos pan en las casas.

Llevando a cabo las torrijas de leche.

Sin lugar a dudas es una receta fácil y sencilla donde las haya. Tan solo debemos cortar el pan, empaparlo bien con la leche infusionada, rebozarlas en huevo y freírlas. Decidme cuantas recetas tan simples pueden aportar tantas satisfacción como una torrija de leche recién hecha… Pocas, muy poquitas 😉