Tarta tatin de fresas, ruibarbo y estragon
Creo que una de las tartas más sencillas y deliciosas que hay es, sin duda, la tarta tatin. Clásica pero maravillosa, con pocos ingredientes podemos realizar un postre del que estoy segura no quedaran ni las migas.
Hace un tiempo os dejé otra variante de tarta tatin, una elaborada con melocotón, fresca y más orientada al verano. Como aún tenemos fresas en temporada, pensé en probar con este ingrediente acompañado de otro que hace una unión fabulosa, el ruibarbo.
En esta época nos está llegando de Holanda ruibarbo muy fresco y más asequible que estos meses de atrás, además que no era de temporada. Por lo que ¡no lo pensé más y me decidí a hacerla!
Estuve navegando por internet para ver como trabajar con el ruibarbo en una tatin, no quería que perdiera su textura ya que un exceso de cocción nos lo dejaría hecho prácticamente puré, y me encontré con un blog que seguía hace tiempo pero no sé porque extraña razón hacia meses que no lo visitaba, Adventures in Cooking.
Estuve horas navegando y leyendo su blog, me enamoró la primera vez que lo vi y en esta ocasión volvió a hacerlo. Vi su tarta tatin de fresas y ruibarbo y supe de donde me iba a guiar para hacerla.
Me he guiado de sus ingredientes principales para la elaboración; fresas, ruibarbo, canela y estragón. El resto de la receta esta totalmente variada, la masa es la que normalmente suelo utilizar para las tartas tatin solo que en esta ocasión he usado una semi-integral, además que la he aromatizado con lima y azúcar moscabado, y el estragón lo he añadido a la masa no al relleno.
He de decir que el toque de hierbas frescas me ha fascinado en las masas para base de tartas y no será la última vez que las utilice, es sencillamente ¡sensacional!
Si no conocéis su blog os recomiendo que lo visitéis, estoy segura que os enamorará igual que lo hizo conmigo.
Ahora si, vamos a ver como realizar esta maravillosa tarta que haremos en muy poquito tiempo y acompaña a estos días primaverales que estamos teniendo.
Saludos,
Mrs Hudson.
INGREDIENTES:
PARA EL RELLENO:
- 285 g de fresas
- 240 g de ruibarbo
- 50 g de mantequilla
- 30 g de azúcar granulado
- 1 cucharadita de canela molida (1 Tsp)
- tomillo fresco para espolvorear
PARA LA MASA QUEBRADA DE LIMA Y ESTRAGON:
- 200 g de harina de trigo T-80
- 100 g de mantequilla fría
- 50 g de azúcar moscabado
- pizca de sal
- 1 huevo L
- ralladura de una lima
- 1 cucharadita de estragón fresco o seco (1 Tsp)
- 15 g de agua muy fría
ELABORACIÓN:
Comenzamos elaborando la masa quebrada de lima y estragón
En un bol tamizamos la harina junto con la pizca de sal.
Rallamos la mantequilla fría para facilitarnos el integrarla con la harina. Comenzamos a mezclar con las yemas de los dedos ambos ingredientes hasta obtener una mezcla arenosa.
Añadimos el azúcar moscabado, la lima rallada, el huevo, el estragón y el agua. Mezclamos con ayuda de una espátula hasta integrar los ingredientes.
Una vez sea más manejable, terminaremos de homogeneizar con las manos.
No debemos trabajar mucho la masa ya que desarrollaríamos el gluten y nosotros queremos obtener ligeramente compacta y que mantenga su forma.
Formamos un disco, envolvemos con film e introducimos en el frigorífico mínimo durante 1 hora.
Preparamos el relleno.
Para realizar la tarta he utilizado una sartén antiadherente con un diámetro de 21 cm y con una altura de 6 cm. Como es una tarta que necesita cocción en el horno, le retiraremos el mango con ayuda de un destornillador justo antes de hornear.
Lavamos y troceamos el ruibarbo con un grosor de unos 3 cm, reservamos.
Lavamos y cortamos las fresas por la mitad en sentido longitudinal, reservamos.
Preparamos una sarten y colocamos a calor medio-bajo. Incorporamos la mantequilla junto con la mitad del azúcar, dejamos al calor hasta que se funda y comience a burbujear. Disponemos las fresas con la parte cortada mirando hacia nosotros y alternamos con los trozos de ruibarbo, dejamos a calor medio-bajo durante 15-20 minutos sin remover. A mitad de cocción espolvoreamos el resto del azúcar por encima de la fruta junto con la canela molida, dejamos terminar el tiempo de elaboración.
Observaréis que suelta mucho líquido, es normal, no debemos reducirlo. Tenemos que respetar el tiempo de cocción sin excedernos en el, debemos tener en cuenta que después irá 20 minutos al horno y, además, la masa absorberá parte del jugo.
Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
En los últimos minutos de cocción comenzamos a preparar la masa.
Espolvoreamos ligeramente una superficie de trabajo con harina. Estiramos la masa con ayuda de un rodillo hasta dejarlo con un grosor de algo menos de 1/2 cm.
Nos sobrará algo de masa que podemos utilizar para hacer pequeñas tartaletas, pasteles rellenos… Para conservarla podemos cubrirla con film y guardarla en el frigorífico durante 2 días o, bien, podemos congelarla.
Pasado el tiempo de cocción, retiramos del calor. Para mover la masa de la superficie de trabajo a la sartén, lo ideal es colocarla sobre el rodillo y moverla. De este modo nos será más fácil dejarla sobre esta.
Una vez colocada sobre la sartén, pasamos el rodillo sobre los bordes para recortarla. Remeteremos la masa hacia el interior y con el excedente de masa formaremos un borde alrededor.
En este momento retiraremos el mango de la sartén con ayuda de un destornillador.
Haremos unas pequeñas rajas en la superficie de la masa para favorecer la salida de vapor e introducimos en el horno en posición intermedia durante 20 minutos.
Transcurrido este tiempo, sacamos y dejamos reposar 10-12 minutos en la sartén antes de darle la vuelta.
Recién sacada del horno notaréis que hay mucho líquido, transcurrido el tiempo de reposo observaréis que ha reducido mucho. No os excedáis en el tiempo de reposo tras sacarla del horno, corréis el riesgo de que se os pegue el relleno a la sartén y al voltear se quedará adherida a esta.
Retiramos de la sartén y dejamos templar antes de servir. En el momento antes de servir espolvoreamos con unas hojitas de tomillo fresco y podemos acompañar de un poco de créme fraîche, helado… o disfrutar tal cual.
¡Buen provecho!
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