Tarta helada al Whisky
Ay, Dios mío ¡Qué de tiempo sin “veros”! ¿Qué tal estáis? ¿Cómo han ido vuestras vacaciones? Espero que hayáis disfrutado mucho y descansado más aún. La verdad que este año he desconectado algo más que años anteriores, pero necesitaba hacerlo para volver cargada al máximo. Os he echado mucho de menos. Me vais a perdonar, sé que hoy en día hay infinidad de postres helados maravillosos para combatir el calor o sencillamente disfrutarlos porque nos gustan. Un abanico inmenso de sabores, texturas, colores… Pero yo soy una romántica y, a pesar de disfrutar mucho de todo lo nuevo y novedoso, no puedo pasar sin los dulces de toda la vida. Es por eso que no podemos dejar de hacer esta Tarta helada al Whisky y desempolvar buenos recuerdos de la infancia.
Digo de la infancia porque este postre tuvo sus buenos momentos por los años 80 o quizás incluso un poco antes. Esta tarta helada era ese postre “súper de moda” que tenían en muchos sitios cuando ibas a comer fuera con tus padres. Es más, mi padre la pedía siempre. Y si no había (algo que era raro), pedía flan con nata y nueces… Aquí debo añadir que él fue quien me enganchó a las nueces con nata. Menudo vicio ¿eh?
Tarta helada al Whisky.
Como os comentaba antes, creo que es bueno tener en casa un amplio repertorio de recetas. Nada puede gustarme más que conocer y probar elaboraciones nuevas, pero sin olvidar nunca las tradicionales o “viejunas”. Estas son la base de todo lo que hoy en día disfrutamos. Como os he comentado en más de una ocasión, es el ballet clásico de la cocina. De ahí se crean y surgen todos los demás estilos.
Esta tarta es muy sencilla y no posee elaboraciones complejas. Lo único que tendremos que hacer para lograr buenos resultados es respetar bien los tiempos y procesos de cada paso.
Montando la tarta.
Para montar la tarta he utilizado un molde Push-Pan 20 cm de diámetro. Es muy cómodo a la hora de trabajar con él, pero sobre todo cuando lo tenemos que desmoldar. Para elaborarla necesitaremos un bizcocho, el relleno de crema de whisky y una capa de yema pastelera. Sin olvidar los copetillos de nata, por supuesto.
La base es un bizcocho genovés que elaboraremos nosotros. Es muy fácil de hacer en casa y el tiempo de horneado rondará los 8-10 minutos. Muy poquito tiempo, merece la pena de verdad.
Pero, sé que muchos de vosotros pensaréis – ¿Puedo utilizar un bizcocho comprado?-. No soy muy partidaria de ello (nada, nada), pero solo os lo perdonaría por estos calores que están haciendo 😉
El relleno, a pesar de lo que pueda parecer, no necesita hacerse con heladera. Prepararemos una crema de whisky que someteremos a un tiempo de cocción, dado que lleva huevo, para después unirla con merengue, nata montada y gelatina. Eso sí, aquí debemos esperar unas horas para que el relleno tome firmeza en el congelador.
Molde Push-Pan 20 cm y Soplete Kitchen Craft
La capa superior es una capa de yema pastelera que tostaremos para darle ese acabado tan característico caramelizado. La receta de la yema tostada es la misma que os dejé para hacer los Piononos de Santa Fé. Finalmente decoraremos con nata montada y ya la tendremos lista para disfrutar. No me digáis que todavía os lo estáis pensando… Vamos y ¡a ponerse manos a la obra! 😉
Para ver cómo hacer esta tarta, podéis hacerlo en el blog de Claudia & Julia pinchando este enlace.
Esta Tarta helada al Whisky puede ser uno de vuestros postres ideales para lo que queda de verano o del resto del año también. Tiene muchas cosas buenas, entre las que destaca lo tremendamente buena que está. Pero una de las cosas que cabe destacar es que podemos hacerla con antelación, incluso 2-3 días, y dejarla preparada y congelada hasta el momento que la vayáis a consumir.
Eso sí, os recomiendo dejarla dentro del molde Push-Pan y bien cubierta con film para evitar que se reseque y/o coja olores del congelador. Para ver cómo hacer esta tarta, podéis hacerlo en el blog de Claudia & Julia pinchando este enlace.
Un abrazo,
Eva
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