Tarta de naranja sanguina, salvia y tamarindo
Llevo queriendo hacer esta tarta desde que comenzó la temporada de naranjas sanguinas… Y si me despisto, ¡tengo que dejarla para el año que viene! Hacía mucho tiempo que no os dejaba una tarta de este tipo, con un relleno cremoso y una base sencilla. La verdad que es una opción muy vistosa y fresquita, sobre todo para cuando quiera llegar el buen tiempo. De modo que hoy os dejo cómo preparar esta Tarta de naranja sanguina, salvia y tamarindo.
Siempre que preparo tartas de este tipo, me gusta combinar al menos 3 ingredientes que formen parte del relleno. Además de los necesarios para llevarla a cabo como huevos, azúcar, gelatina… Lo que tenía claro es que la base principal iba a ser zumo de naranjas sanguinas, por lo que buscaba sabores cítricos y dulces.
Preparando la tarta de naranja sanguina, salvia y tamarindo.
Las naranjas sanguinas poseen un sabor cítrico, pero principalmente dulce. Quería mantener esa línea, pero aportando sabores que destacaran y no quedaran escondidos. De modo que pensé en el tamarindo. Adoro el tamarindo, es uno de los frutos que hace mucho tiempo no falta en mi casa. De hecho en el frigorífico tengo un bote de cristal grande con ellos dentro para poder utilizarlos siempre que quiera. Si los guardáis de ese modo, se conservan muy bien durante mucho tiempo.
El sabor del tamarindo es cítrico y dulce, pero diferente al de la sanguina. Pensé que combinaría muy bien y, sin duda, así lo fue. Si nunca antes lo habéis probado, hacedlo. Es un ingrediente que combina muy bien tanto en dulce como salado, en este enlace podréis ver más recetas donde lo he utilizado.
También quería añadir alguna hierba aromática, pero alguna que fuera diferente a otras más comunes como pudiera ser la albahaca, menta, hierbabuena… Y entonces pensé en la salvia. Otra hierba fantástica que aporta aromas maravillosos. Con ella lograremos un sutil sabor picante y toques que recuerdan al eucalipto y el pino.
Es cierto que esta hierba no suelo tenerla siempre en casa, la utilizo de vez en cuando. Pero cuando voy a por ella, compro una caja muy grande y ya aprovecho para preparar muchas recetas. Y si aún así tengo excedente, preparo un pesto de salvia y avellanas.
También añadí otro ingrediente que no menciono en el título, pero que ayuda a a portar un poco de color natural además de matices agrios y ácidos. Y este es la flor de hibisco. Lo añado al final de la cocción de la crema y dejo que infusione mientras se reduce la temperatura de esta para añadir la gelatina.
La base de la tarta.
Aquí podéis hacer la base que más os guste, tan solo teniendo en cuenta aquella que pueda combinar bien con los sabores del relleno. En mi caso decidí hacer una base muy, pero que muy sencilla. Tanto como mezclar, colocar en el molde y hornear solo 12 minutos para secarlo.
Para ello utilicé almendra molida, coco rallado, harina de coco, miel y cacao en polvo. Dado el color del relleno, quería que la base tuviera una tonalidad chocolate, pero sin aportar mucho sabor. Por esa razón decidí añadir un poco de cacao. Pero si no os gusta, tan solo tenéis que omitirlo y solucionado.
En el blog tengo otra base elaborada con almendra molida, coco rallado y leche condensada que no necesita horno. O si queréis hacer una base de masa, como una pâte sucrée de almendra podéis verlo en este post. También puede prepararse una base con frutos secos, semillas, endulzarlo con dátiles, pasas, orejones… Las posibilidades son infinitas y maravillosas todas ellas.
Decoración.
Esta es sin duda una de las partes que más me gustan. Me encanta decorar tartas y pasteles, es donde puedo terminar de dar mi toque personal a lo que estoy preparando. De hecho en la decoración, podéis utilizar otros elementos que no formen parte del relleno, pero que combinen bien en cuanto a sabor y color.
Yo opté por utilizar naranja sanguina (esta no podía faltar), fresas, hojas de salvia, kumquats y flores. Pero sentíos libres de decorarla como más os guste y con los ingredientes que tengáis en casa o a vuestro alcance.
Ingredientes para un molde de 21x30 cm
PARA LA BASE DE ALMENDRA Y COCO SIN GLUTEN:
- 275 g de almendra molida
- 115 g de coco rallado
- 120 de harina de coco
- 50 g de aceite de coco
- 3 cucharaditas de cacao en polvo sin azúcar
- 175 g de miel
- 4 cucharadas de agua
- pizca de sal
PARA EL CREMOSO DE NARANJA SANGUINA, SALVIA Y TAMARINDO:
- 540 g de zumo de naranja sanguina, 6 naranjas aproximadamente
- 16 hojas de salvia
- 4-5 tamarindos grandes
- 3 huevos L
- 85 g de mantequilla sin sal
- 175 g de azúcar
- 4 y 1/3 hojas de gelatina o cola de pescado (8 g)
- 1 cucharada de flores de hibisco deshidratadas
- pizca de sal
PARA DECORAR:
- naranja sanguina
- fresas
- hojas de salvia
- kumquats
- flores comestibles
Elaboración
Preparamos la base de almendra y coco.
- En un bol amplio añadimos la almendra molida junto con el coco rallado, la harina de coco y la sal. Mezclamos con ayuda de una cuchara.
- Añadimos la miel junto con el aceite de coco y comenzamos a integrar los ingredientes. Tendremos que trabajar un poco con las manos para lograr que los ingredientes se amalgamen.
- Incorporamos el cacao en polvo y mezclamos.
- Añadimos el agua poco a poco e integrando a la vez. Tendremos que conseguir una masa que no se quiebre pero sin excedernos al hidratarla.
- Pasamos la mezcla al molde. Lo haremos en pequeñas porciones e iremos ajustando la mezcla a este, tanto la base como los laterales.
- Una vez que tengamos toda la mezcla repartida, nos ayudaremos de un vaso pequeño, mazo o las manos para nivelar la mezcla.
Horneamos.
- Precalienta el horno a 175ºC con calor arriba y abajo.
- Horneamos a media altura durante 12 minutos.
- Sacamos y colocamos sobre una rejilla. Pinchamos toda la base con ayuda de un tenedor y dejamos enfriar por completo.
Preparamos el cremoso de naranja sanguina, salvia y tamarindo.
- Llenamos un bol con agua muy fría e introducimos las hojas de gelatina o colas de pescado dentro para que se hidraten. Debemos hacerlo 15 minutos antes de utilizarlas.
- Exprimimos las naranjas sanguinas para obtener el zumo.
- Vertemos en un vaso batidor y añadimos las hojas de salvia troceadas junto con la carne de tamarindo.
- Batimos hasta obtener una zumo homogéneo. Reservamos.
- Añadimos la mantequilla en una olla mediana y colocamos a calor medio bajo. Dejamos que se funda por completo.
- Vertemos el zumo de naranja junto con el azúcar y los huevos.
- Dejamos a calor medio sin dejar de remover (mi vitrocerámica tiene posición de 1-9, utilicé la 5), de este modo evitaremos que se adhiera al fondo del cazo y se formen grumos.
- Mantendremos al calor, batiendo con las varillas constantemente hasta que la mezcla alcance los 83ºC, para ello nos ayudaremos de un termómetro digital. Es importante que la mezcla no llegue a ebullición. Nos llevará alrededor de 10 minutos, paciencia.
- Retiramos del calor y añadimos las flores de hibisco. Mezclamos.
- Dejamos que la mezcla repose y reduzca su temperatura hasta los 55-50ºC.
- Colamos la mezcla a través de un colador o tamiz para retirar los sólidos.
- Escurrimos las hojas de gelatina y añadimos a la mezcla. Batimos con las varillas hasta disolver por completo.
- Vertemos sobre la base e introducimos en el frigorífico. Dejamos hasta que solidifique por completo, lo ideal es dejar que repose durante toda la noche.
Decoramos la tarta.
- Decoraremos la tarta justo antes de servir para que la fruta y las flores estén frescas.
- Colocamos a nuestro gusto rodajas de naranja sanguina, fresas, hojas de salvia, rodajas de kumquats y flores comestibles.
- Servimos y disfrutamos, faltaría más ;)
Notas
- La base de la tarta se puede hacer con almendra molida y coco rallado, omitiendo la harina de coco si lo deseáis.
- La miel se puede sustituir por otro endulzante; leche condensada, sirope de agave, frutos secos como dátiles... Lo dejo a vuestra elección.
- El punto de fusión del aceite de coco son 25ºC, por lo que en esta época del año deberéis darle un golpe de calor para fundirlo puesto que su estado será sólido.
- Debemos hornear la base para secarla un poco, no porque sea necesario cocinar los ingredientes. Pero haciendo este paso, mejoraremos la textura y acabado final de la tarta.
- Nada más salir del horno, es probable que la base esté ligeramente hinchada, no pasa nada. Pasad la parte inferior de una cuchara para alisarla y pinchad la superficie con ayuda de un tenedor. Este paso también nos ayudará a fijar mejor el relleno.
- La cantidad de salvia y tamarindo la podéis ajustar a vuestro gusto, si lo deseáis.
- La flor de hibisco nos dará un matiz ácido/agrio maravilloso, además de tintar un poco la mezcla de manera natural.
- Se puede conservar en el frigorífico durante 4-5 días.
Con esta me despido de vosotros hasta la vuelta de Semana Santa. Vamos a coger unos días de descanso que ¡buena falta nos hace! No vamos a ir a ningún sitio en especial, tenemos planeado hacer sendas y rutas (que estoy practicando fotografía de paisajes!), además de cuidarnos un poco y salir para desconectar y disfrutar.
Pero para mí, eso es más que suficiente. Sobre todo teniendo en cuenta que ha habido semanas en las que no he salido de casa durante 5 días. Sí, aunque no os lo creáis. He tenido tanto trabajo que he llegado a estar sin salir de mi casa todos esos días... Y ahora que ya está todo entregado y hecho, lo que pienso hacer es no parar en casa dentro de nuestras posibilidades, jajaja.
Espero que vosotros también disfrutéis mucho de estos días y ¡qué os animéis con la tarta! Os prometo que os va a encantar su sabor, frescura, suavidad...
Por mi parte os mando un beso súper grande, un abrazo inmenso y ¡nos vemos a la vuelta! :D
Eva
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