Simnel Cake, pastel de Pascua
Dentro de poco llega la Semana Santa y con ella un montón de recetas maravillosas y estupendas como este Simnel Cake, pastel de Pascua de Reino Unido. No podía esperar a que llegaran estas fechas para compartir esta maravilla con vosotros. No solo porque es una receta fácil de hacer, sino porque además el resultado es un bizcocho sensacional… Si os gustan los Fruit Cakes- Cake aux fruits o bizcochos de frutas, como el de Mary Berry, este os va a alucinar.
Como me suele pasar con estas recetas, me enamoré. Hasta el infinito. Y cuanta más información buscaba sobre él, más me gustaba. Encontré algunos diseños absolutamente espectaculares. Mucho más allá del disco superior y las 11 bolas de mazapán. De hecho, el pastel que os dejó, está inspirado en el de Marks & Spencer que fue, sin lugar a dudas, el que más me gustó de todos.
Este pastel de frutas, Simnel Cake, es uno de los dulces tradicionales más misteriosos del Reino Unido.
Según la historiadora Annie Gray – “El Simnel Cake es objeto de leyendas, en realidad, la mayoría de ellas totalmente infundadas”.
Se trata de un bizcocho en el que predominan las frutas deshidratadas y que se basa en el cuatro cuartos, misma cantidad de azúcar, harina, huevos y mantequilla. Además se condimenta con especias, ralladuras de cítricos e incluso Brandy, si se desea. Lo peculiar de este pastel, además de la capa superior de mazapán es otra capa de mazapán en su interior, justo en la mitad del bizcocho, que se cuece junto con la masa.
En la decoración superior destacan 11 bolas de mazapán que representan a los apóstoles, excluyendo a Judas. Lo tradicional es tostar el mazapán, ya sea con el grill del horno o con un soplete. En mi caso, espero me perdonen los más tradicionales, puesto que no me gustaba el acabado final tostándolo, decidí pincelarlo con cacao en polvo sin azúcar para simular ese acabado.
Por otro lado, he modificado un poco la receta tradicional, ajustándola a mi gusto personal. Además, decidí reducir la cantidad final de azúcar porque me parecía excesiva y, al degustarlo, no me resultaba agradable. Era muy empalagoso y cansaba al comerlo.
Origen del Simnel Cake.
Este increíble pastel de frutas y mazapán remonta varios siglos atrás, aunque la versión que disfrutamos hoy en día es muy diferente de la receta original.
La conservadora del museo Emma Heslewood, que escribe el blog The Cake Historian, afirma lo siguiente:
“Existen otras versiones del Simnel Cake, diferentes al original, porque en sus inicios se trataba de un pan de fruta. Todos los pasteles empezaron siendo panes dulces y luego evolucionaron hasta convertirse en pasteles con textura, cuando las plantaciones facilitaron el acceso al azúcar. Antes de eso, la gente podía usar muy poca cantidad de miel o fruta”.
La competición por ser la cuna del Simnel cake está muy reñida. Hay tres lugares que se lo disputan y, aunque sus recetas difieren bastante entre sí, todas ellas coinciden en omitir la leche y la mantequilla, ingredientes prohibidos durante la Cuaresma.
El primero es el Shrewsbury simnel, un pastel hecho a base de ciruelas y cubierto de una corteza/masa crujiente hecha con harina, azafrán y agua. el azafrán aporta un característico y peculiar color amarillo. Se hervía durante varias horas en un molde, como un pudin de Navidad (hace tiempo os dejé cómo hacerlo), luego se cubría con la masa, se pincelaba con huevo y se horneaba, dando lugar a un pastel firme y con larga vida útil.
Heslewood afirma: “Shrewsbury es el primer pastel del que se tiene constancia, pero en realidad podría haber sido de cualquier parte, ya que todo el mundo hacía sus propios panes y pasteles dulces”.
El segundo tipo es el Devizes star simnel, un pastel en forma de estrella hecho con grosellas y piel de limón, coloreado con azafrán, horneado y glaseado. El Wiltshire Heritage Museum conserva una receta original de la versión local.
El tercero procede de la ciudad de Bury, en Lancashire, y es el más parecido al Simnel de hoy en día. Está hecho con nueces, cerezas y piel de cítricos, cubierto con mazapán y decorado con bolas de azúcar. La ciudad promulgó con orgullo su pastel en el siglo XIX, llegando a presentar un Simnel de 32 kg (70 lb) a la Reina Victoria en 1863, quizá por esa razón se ha convertido en el más popular y tradicional.
Hoy en día no es habitual encontrar este pastel elaborado con azafrán. Se dice que es posible que algunos cocineros tacaños, sustituyeran esta especia por allspice (pimienta de Jamaica), puesto que era mucho más económica.
Otra de las diferencias en su elaboración es que, antiguamente, el pastel se hervía y después horneaba, mientras que actualmente, se hornea y después se dora bajo el grill.
¿Cuál es el significado tras la palabras “Simnel”?
Hay algunas teorías extrañas y fascinantes sobre el origen del nombre de este pastel. Una de las más divertidas es un cuento del siglo XIX sobre una pareja de ancianos llamada Simon y Nell.
Se dice que la creación de este pastel, nació de restos de ingredientes de Navidad que la pareja de ancianos usó para hacer un pastel para la primavera. Surgió un problema a la hora de cómo llevar a cabo la cocción del pastel y ambos discutieron sobre qué hacer con la masa; Simon quería hervirla y Nell hornearla.
Llegaron a un acuerdo, decidieron hacer ambas cosas y su invento dio lugar al nombre, Sim-Nell.
Otras de las leyendas, sugiere que el pastel debe su nombre a Lambert Simnel, un pretendiente al trono en tiempos de Enrique VII. La novelista victoriana Elizabeth Gaskellse refirió a esta improbable teoría en una carta a una amiga en 1838, en la que contaba los recuerdos de su infancia comiendo Simnel Cake el Domingo de las Madres en Knutsford, Cheshire.
La verdad es en realidad mucho más vulgar. Simnel proviene probablemente de la palabra latina “simila“, que significa harina de trigo fina. El antepasado del pastel, el pan simnel, ya figuraba en el menú británico en el siglo XI.
Según una entrada de los Anales de Winchester del año 1042.
Eduardo el Confesor ordenó que, cada vez que él o sus sucesores llevaran la corona en Winchester, Worcester o Westminster, la abadía local lo recibiera con “cien simnels y un barril de vino”.
Del mismo modo, la Crónica de la Batalla de la Abadía, que se completó a principios del siglo XII, recoge que, tras fundar el monasterio, Guillermo el Conquistador dejó a los monjes “un recuerdo de su afecto, al destinar para su uso diario pan apto para la mesa real, que comúnmente se llama simenel“.
En el año 1266, Enrique III decretó que el “pan hecho como simnel” era de una calidad tan excepcional que “debía pesar dos chelines menos que el pan desperdiciado”.
Sin embargo, a principios del siglo XIII, la palabra “simnel” se utilizó también para designar un tipo de pastel. En su diccionario (alrededor de 1225), John de Garland explica que simineus era la palabra francesa para designar la placenta latina. Este era una especie de pastel que se exponía en los escaparates de las tiendas para atraer la atención de los hambrientos estudiantes de la Universidad de París. Un pasaje del De agricultura de Catón el Viejo sugiere que, en la antigua Roma, la placenta (pastel) se elaboraba con masa de sémola, queso y miel, aunque se desconoce si se hacía de la misma manera en la Francia medieval.
¿Cómo se convirtió el Simnel en un pastel tradicional de Pascua?
El Simnel se consume, sobre todo, en el Reino Unido y en los países con población cristiana descendiente de inmigrantes británicos e irlandeses. Originalmente se asociaba a las fiestas de Cuaresma, incluido el cuarto domingo (conocido como domingo de Laetare), que también coincide con el Domingo del día de la Madre. Pero, actualmente, este pastel se consume durante la Pascua.
Hoy en día, el Día de la Madre, se considera una celebración de las madres, pero en la época de los Tudor era un día libre poco frecuente para que los sirvientes visitaran a su “madre” en la iglesia, si podían, llevándole pasteles y flores como regalo.
La historiadora Pen Vogler, autora de Scoff: A History of Food and Class in Britain (9,99 libras, Atlantic Books), afirma que para la ocasión se preparaba tarta de simnel, que era un bienvenido respiro tras la época de ayuno. Señala que el poeta Robert Herrick escribió en 1648: “I’ll to thee a simnel bring, Gainst though go’st a mothering”.
Sin embargo, la doctora Annie Gray, panelista en el programa The Kitchen Cabinet de Radio 4 y autora de The Official Downton Abbey Cookbook (18,39 libras, Weldon Owen 2019), cree que gran parte del simbolismo en torno a la tarta simnel es mitología, remontándose a los victorianos a quienes les fascinaba contar “cuentos chinos”. Considera que la conexión con el Día de la Madre es bastante actual, mientras que las bolas de mazapán no se pusieron de moda hasta la década de 1970, después de aparecer brevemente en la época Eduardiana.
Heslewoodestá de acuerdo en que los victorianos tuvieron mucho que ver en la fijación del “calendario de pasteles”.
Dice: “El siglo XIX fue el apogeo del consumo de pasteles, donde las recetas se establecieron más formalmente, como con la señora Beeton, y los pasteles se convirtieron en tradiciones con el calendario.”
Este es un ejemplo de cómo una elaboración tan humilde, como un pan de frutas, ha evolucionado con el paso de los años dando lugar a un pastel tan increíblemente aromático, sabroso y estéticamente precioso.
Receta Simnel Cake, pastel de Pascua
PARA EL BIZCOCHO:
- 225 g harina floja de repostería, tamizada
- 225 g mantequilla sin sal, temperatura ambiente
- 4 huevos L
- 100 g azúcar mascabado claro
- 75 g azúcar blanco
- 1 cucharadita de jengibre en polvo
- 1/2 cucharadita de canela en polvo
- 1/4 cucharadita de nuez moscada
- 4 bayas de allspice (pimienta de Jamaica), majadas ó 1/4 cucharadita en polvo
- 2 cucharaditas de extracto natural de vainilla
- ralladura de un limón, una naranja y una mandarina
- 10 g impulsor químico o levadura química
- pizca sal
- 175 g pasas sultanas
- 175 g arándanos rojos deshidratados
- 50 g cerezas confitadas, cortadas en cuartos
- 220 g zumo de naranja natural
PARA EL MAZAPÁN:
- 400 g almendra molida
- 385 g azúcar glas
- 20 g miel
- 65 g agua
PARA DECORAR:
- mermelada de naranja amarga o albaricoque
- cacao en polvo sin azúcar
MATERIAL UTILIZADO Y VISBLE EN EL VÍDEO:
- amasadora o batidora de varillas
- bol KitchenAid cerámico
- molde push pan 20 cm de diámetro
- rodillo de mármol
- rasqueta
- báscula digital
- cuchillo afilado
- rallador Microplane*
- cortadores de flores con expulsor (los míos son estos)
- pincel de repostería
- salero Emile Henry
- rejilla de enfriado
Elaboración
PRIMER DÍA
Preparamos el mazapán.
- En un bol incorporamos la almendra molida junto con el azúcar glas, la miel y 3/4 partes de agua. Mezclamos.
- Observamos el mazapán y continuamos amasando con las manos. Añadimos la cantidad restante de agua, en caso de ser necesario, y seguimos mezclando. Debemos lograr una pasta de almendra manejable y que no se desmorone. La cantidad final de agua dependerá del grado de secado de la almendra, cuanto más vieja sea, más cantidad de agua necesitará.
- Formamos un cilindro, cubrimos con film y dejamos reposar durante 2 horas, idealmente durante toda la noche en el frigorífico.
Hidratamos las frutas deshidratadas.
- En un bol incorporamos las pasas junto con los arándanos deshidratados.
- Vierte el zumo de naranja y deja reposar durante 6-8 horas.
- NOTA: Podemos calentar el zumo si no podemos llevar a cabo el tiempo de reposo especificado. El calor favorecerá que las frutas se hidraten antes.
SEGUNDO DÍA
Preparamos el disco interior de mazapán.
- Recuerda atemperar el mazapán al menos 2 horas antes de trabajar con él.
- Cogemos 285 g de mazapán, aproximadamente 1/3 del total, y lo extendemos con un rodillo. Intentaremos darle un diámetro un poco menor que el diámetro de nuestro molde.
- Reservamos.
Preparamos el bizcocho.
- Precaliente el horno a 150ºC con calor arriba y abajo.
- Unta con mantequilla el interior de un molde desmontable de 20 cm de diámetro y espolvorea con harina. Retira el excedente. En mi caso, forré los laterales con papel de horno (me da la sensación que los bizcochos suben mejor de este modo, pero igual es solo cosa mía!)
- En el bol de la KitchenAid, añade la mantequilla junto con los dos tipos de azúcar. Bate con la varilla hasta obtener una textura cremosa.
- Incorpora las especias junto con la sal, la vainilla y las ralladuras de cítricos.
- Incorpora los huevos, de uno en uno, y mezclando muy bien tras cada adición.
- Cambia la varilla por la pala y comienza a incorporar la harina junto con la levadura química, poco a poco, a la vez que mezclamos.
- Finalmente, añade las frutas rehidratadas (previamente escurridas) y las cerezas confitadas.
- Mezcla hasta que se hayan repartido de manera uniforme por toda la mezcla.
Horneamos.
- Divide la mezcla de bizcocho en dos partes iguales.
- Vierte una parte en el molde y alisa la superficie, procurando que quede uniforme.
- Coloca el disco de mazapán y presiona con suavidad.
- Vierte el resto de mezcla de bizcocho y alisa la superficie para que, tras la cocción, quede lo más recta posible.
- Introduce en el horno a media altura y cuece durante 2 horas y 15 minutos ó 2 horas y 30 minutos. A partir de las dos horas de cocción, comprobaremos como está el bizcocho. Si al insertar un palillo este sale limpio, lo tendremos listo.
- Sacamos del horno y colocamos el molde sobre una rejilla. Dejamos reposar durante 20 minutos y desmoldamos.
- Colocamos boca abajo, es decir, dejaremos la base del bizcocho mirando hacia arriba, y dejamos enfriar sobre una rejilla. Haremos esto para nivelar la parte superior y favorecer que quede más recta.
- Antes de que enfríe por completo, cuando esté templado tirando a frío, envolvemos muy bien en film y dejamos a temperatura ambiente hasta el día siguiente.
- NOTA: Cuando el bizcocho tiene un poco de calor en su interior, al envolverlo en film, nos ayuda a preservar su jugosidad. En este caso es importante porque se trata de un bizcocho más bien denso.
Decoramos con el mazapán.
- Cogemos 300 g de mazapán, esta cantidad es la que usaremos para formar el disco superior.
- Estiramos con ayuda de un rodillo hasta dar un diámetro ligeramente superior al del molde. Procuraremos que tenga un grosor uniforme, en caso de que nos resulte complicado, siempre podemos hacer uso de un rodillo nivelador.
- Cogemos la base del molde y, con ayuda de un cuchillo afilado, cortamos el excedente.
- Con ayuda de un cortador con expulsor en forma de flor, marcaremos flores en el disco de mazapán formando un círculo. Cuidado no presionar en exceso porque cortaremos el mazapán. Para que el círculo sea, más o menos, perfecto podemos marcar con mucho cuidado el mazapán con un aro, tapadera, cortador... De modo que nos sirva como guía.
- Pincelamos la parte superior del bizcocho con la mermelada.
- Colocamos el disco de mazapán y presionamos con suavidad para ajustar.
- En los bordes, si lo deseamos, podemos pellizcar el mazapán para dar un aspecto más decorativo.
Creamos las decoraciones superiores y terminamos de decorar el Simnel cake.
- Con el resto del mazapán, nos quedará alrededor de 250 g, crearemos las decoraciones.
- Forma 11 bolas de 16 g cada una de ellas con el mazapán.
- Si quieres, con el resto de mazapán, puedes crear flores de distintos tamaños y hojas para decorar la superficie. Tendremos que hacer un pequeño soporte de mazapán para apoyar las flores.
- Una vez que tengamos todo hecho, procedemos a decorar. Lo ideal sería sujetar las bolas de mazapán con miel, caramelo... En mi caso, como no paraban de rodar, decidí sujetarlas con palillos. No es lo más ideal, pero no había manera de sostenerlas bien. En caso de hacerlo de este modo, avisad a vuestros invitados para que lo sepan.
- Colocamos el pequeño soporte de mazapán en el centro y, a su alrededor, las flores y hojas que hemos creado con el mazapán.
- Finalmente, la receta tradicional usa un soplete para tostar ligeramente las bolas de mazapán. Hice algunas pruebas y no me gustó el acabado... Por lo que decidí pincelar cada bola con cacao en polvo para simular el tostado y lograr una apariencia mucho más atractiva. Pero, sentíos libres de usar el soplete si así lo consideráis.
- Servimos.
Notas
- He usado un molde desmontable de 20 cm de diámetro.
- El mazapán puede hacerse y utilizarse en el mismo día, si lo deseáis. Dejarlo reposar, favorece que se potencien los aromas, además de permitir que la almendra se hidrate bien.
- Cuando estiréis el mazapán y observéis que se forman grietas, es señal de que necesita más agua. No pasa nada, añadimos un poco más de agua, mezclamos muy bien y volvemos a estirar. Tened cuidado a la hora de integrar el agua, hacedlo poco a poco, amasando muy bien y observando como se comporta. Siempre podemos añadir más, pero no es fácil retirarle el excedente. Se puede hacer, añadiendo más almendra y glas, pero esto nos obligaría a calcular las cantidades para mantener una buena proporción.
- A medida que estiramos, retiramos retales, unimos... El mazapán se irá secando. Con mucha probabilidad, necesitaréis añadir un poquito de agua. Podéis hacerlo con las manos, una cuchara de café o bien un biberón.
- Este mazapán no requiere de cocción porque no contiene clara de huevo.
- Para el bizcocho he usado pasas y arándanos rojos, pero si lo deseáis, podéis usar otro tipo de fruta deshidratada que os guste; orejones, jengibre, papaya...
- La cantidad final de frutos añadidos, para este bizcocho, debe ser de 400 g.
- Os recomiendo no omitir las cerezas confitadas.
- Para rehidratar las frutas podemos usar agua o licor, pero en mi caso quería potenciar el sabor a naranja y por eso decidí usar zumo natural para esta finalidad.
- Os recomiendo hidratar las frutas deshidratadas, esto favorecerá que el resultado final sea increíblemente más jugoso. De lo contrario, las frutas absorberán la poca humedad que pueda contener el bizcocho y el resultado será un producto mucho más seco. Este bizcocho, de por sí, es denso.
- El azúcar mascabado claro se puede sustituir por la variedad oscura o incluso panela.
- El bizcocho debe cocerse a baja temperatura. Si lo deseamos, pasados los primeros 90 minutos, podemos cubrirlo de papel de aluminio para evitar que se dore en exceso.
- Con el reposo, el bizcocho, está mucho mejor. Las sabores y aromas maduran y la miga se vuelve más jugosa que recién cocido. De hecho, como poco, os aconsejo que repose 12-16 horas, muy bien envuelto en film, antes de decorarlo.
- Podemos conservarlo envuelto en film y, si lo deseáis, dentro de un recipiente hermético, durante 7 días. Es posible que aguante más, pero no lo he comprobado.
Os prometo que este pastel de Pascua, Simnel Cake, os va a robar el corazón. Tiene un sabor y aroma increíble, por no hablar de su textura... Me atrevería a decir que es como un Stollen. Cuanto más lo dejamos reposar, perfectamente envuelto, más mejora su sabor y textura.
Los aromas se potencian, maduran, y la jugosidad aumenta cada día que pasa. Al principio, cuando lo hice, pensé que era muy grande... Pero os aseguro que conforme pasaban los días, más pequeño se me hacía. Sin duda el mejor pastel/bizcocho que he comido en mucho tiempo. Estoy deseando que os animéis con él y ¡me contéis vuestra experiencia!
Hacedme caso, preparadlo algunos días antes y, una vez que esté montado con el mazapán, envolvedlo muy bien en film y dejarlo reposar en un lugar fresco y seco, lejos de la luz. Fantasía.
¡Os deseo un maravilloso domingo!
Un abrazo enorme,
Eva
Fuentes: Love Food, History Today
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