Naranjas confitadas bañadas con chocolate
¡Buenos días! Me encanta despertar en fin de semana y, sobre todo, si este acaba de empezar.
Hoy traemos un dulce que también es típico de las fechas que se nos aproximan, Navidades. Su elaboración es algo lenta pero no requiere mayores esfuerzos para tener en cuenta sus espectaculares resultados.
La relación que tienen ambos ingredientes es bien reconocida por todos, ya que son dos sabores armónicos que casan a la perfección.
Podemos utilizarlos para decorar tartas, dulces o simplemente tomarlos tal cual.
Vamos a ver como tener en nuestros hogares un dulce tan bien recibido como este.
Saludos,
Mr & Mrs Hudson.
Esta receta la vi en Te ayudo a cocinar.
Ingredientes:
- 2 naranjas de mesa firmes
- 1 litro de agua + 350 g de azúcar
- Agua para la primera cocción
- 200 g de cobertura de chocolate 70%
Elaboración:
Lavamos las naranjas y secamos. En una olla amplia disponemos agua (en la primera cocción no importa la cantidad, debemos añadir suficiente para cubrir las naranjas y que no se evapore rápido, estará alrededor de 1 hora en el fuego) y colocamos a fuego medio-alto, dejamos hasta que comience a hervir.
Mientras cortamos con un cuchillo afilado las naranjas en rodajas no muy finas, es preferible que sean un poco anchas.
Si queremos hacer bastoncillos, cortamos las rodajas, partimos por la mitad y eliminamos completamente la pulpa de la naranja.
Una vez que rompa el agua a hervir introduciremos las naranjas laminadas en la olla. Durante la cocción no debemos tocarlas para evitar que se rompan, a no ser que alguna de ellas se subiera demasiado a la superficie, entonces presionaríamos ligeramente con un tenedor o cuchara para sumergirla. Las tendremos cociendo alrededor de 1 hora, aunque dependerá un poco del grosor de la cáscara. Debemos comprobar que la piel esté tierna antes de apartarlas del fuego.
Una vez que las retiremos del fuego dejaremos reposar 5-10 minutos en el agua antes de sacarlas y escurrirlas.
Disponemos el litro de agua más los 350 g de azúcar en una olla amplia para preparar el almíbar. Lo ponemos a fuego medio-alto hasta que hierva, observaremos que el azúcar se ha disuelto por completo.
Cuando haya roto a hervir incorporamos las naranjas cocidas y dejamos hasta que el almíbar comience a espesar.
Debemos tenerlas hasta que el almíbar alcance el “punto de hebra”.
Recordad que esto podemos comprobarlo cogiendo un poco de almíbar con la yema de los dedos (previamente mojados en agua fria) y que al separar ambos dedos se forme una pequeña hebra o hilo.
Retiramos del fuego y sacamos las naranjas escurriéndolas y dejándolas sobre una bandeja forrada con papel sulfurizado. Los bastoncillos los colocaremos estirados.
Llega el momento de secado. Para acelerar el proceso, las introduciremos en el horno a 70º C únicamente con calor abajo y la puerta ligeramente abierta para facilitar la eliminación de humedad, durante 1 hora más o menos. Han de quedar secas y manejables.
Preparamos el chocolate para darles el baño.
Fundimos el chocolate, al baño maria o en el microondas, removiendo hasta fundir por completo.
Preparamos una bandeja con papel sulfurizado. Cogemos las rodajas e introducimos hasta la mitad (si lo preferimos podemos bañarlas completamente) escurrimos bien y colocamos sobre la bandeja que teníamos reservada. Repetimos el proceso con todas las rodajas y bastoncillos.
Una vez que hayamos bañado todas, introducimos en el frigorífico para facilitar que el chocolate endurezca.
Ya están listas para ser degustadas, tanto como postre, acompañamiento de un dulce casero o para formar parte de nuestro surtido navideño.
Atractivos bocados que seducirán a los paladas más sibaritas, ¡buen provecho!
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