Cómo hacer albaricoques en almíbar

Cómo hacer albaricoques en almíbar

Eva 16 julio, 2020
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Cuando llega la temporada de frutas que no podemos encontrar el resto del año, me gusta prepararlas de distintas formas para conservarlas durante una larga temporada. Es cierto que lo ideal es consumirla fresca, pero esto no siempre es posible. De modo que podemos cocinarlas de distintas maneras para poder disfrutarlas durante los siguientes meses. Suelo hacer muchas mermeladas, dulce de frutas (el de manzana de sidra es mi preferido)… Pero conservarlas en almíbar es otra opción fantástica que no debemos dejar pasar por alto. De modo que hoy os muestro cómo hacer albaricoques en almíbar.

Esta fruta tiene una temporada relativamente corta, de mayo a agosto, por lo que en cuanto están disponibles voy preparando conservas para consumirlas durante los siguientes meses. Es cierto que nunca los había hecho en almíbar, tal y como solemos hacer con los melocotones. Es por eso que este año me animé a probarlos a ver que tal resultarían y… ¡nos encantaron!

Cómo hacer albaricoques en almíbar
Origen de las frutas confitadas y en conserva.

A diferencia de lo que podamos creer, el origen de este método que permite conservar las frutas en perfecto estado con el paso del tiempo es antiquísimo. Remonta nada más y nada menos que a la Edad de Piedra. Poder descubrir una manera de conservar la comida sin que se estropease, fue un gran avance evolutivo para la humanidad. Esto permitía sobrevivir en períodos de escasez, además de permitirles dedicar más tiempo a otros quehaceres que no fuera buscar comida.

La elaboración de frutas en conserva, tal y como las conocemos y consumimos hoy en día remonta a la época romana. Ellos guardaban las frutas en miel para conservarlas durante largos periodos de tiempo. En aquel momento, el azúcar era aún un desconocido.

Parece ser que fueron los mercaderes quienes iniciaron este método de conservación, de modo que les permitiera sacar provecho a toda su mercancía. Exprimían el zumo de cítricos y después hervían esta junto con la pulpa de frutas y azúcar. La pectina hacía que la pasta resultante se volviera densa y gelatinosa. Fue de este modo cómo surgieron las primeras mermeladas y gelatinas de frutas. Al igual que descubrieron que el azúcar, en grandes cantidades, podía usarse como conservante para los alimentos puesto que inhibe el desarrollo de bacterias.

La aparición del azúcar en nuestras vidas.

La primera referencia escrita sobre el azúcar, proviene de un militar de Alejandro Magno que sitúa su origen en la India:

“Hay un tipo de caña de la que sale miel sin que sean partícipes las abejas”

El azúcar comienza a expandirse en el siglo VII por el mundo desde Asia. La caña de azúcar, de la que se extraía la “sal de la India”, comienza a ser cultivada en Egipto y el Norte de África. Y, de ahí, pasa a la Península Ibérica en el siglo X d.C.

En aquel momento, el azúcar, se consideraba una especia exótica al igual que la sal o la pimienta. Un elemento que se utilizaba para mejorar el sabor de los platos.

Cómo hacer albaricoques en almíbar
El origen de la fruta confitada remonta al siglo XIV.

Este coincide con la popularización del azúcar. El proceso que llevaban a cabo consistía en introducir frutas enteras, troceadas o incluso solo la piel, en un almíbar denso caliente. Este absorbía la humedad de la fruta (el azúcar tiene una capacidad higroscópica, es decir, absorbe la humedad del medio) y de ese modo es capaz de conservarse por largos periodos de tiempo.

Es un proceso de elaboración algo más elaborado que el que utilizaban los romanos, al igual que más económico al menos hoy en día, pero que se basa en el mismo proceso científico. La osmosis.

Otras referencias históricas que hablan sobre el origen de la fruta confitada apuntan al año 1561 como fecha en que nacieron las mermeladas de naranja amarga, que pronto pasó a ser el alimento de la realeza (no me extraña nada… Si hay una mermelada que merezca un premio mundial, es la de naranja amarga sin lugar a dudas junto con la de jengibre).

Por otro lado, parece ser que en el siglo XVII fue cuando el primer “chutney”, compota agridulce de frutas con especias y vinagre, viaja de la India a Francia e Inglaterra. No es hasta finales del siglo XVIII cuando puede decirse que en todo el mundo se conoce el azúcar.

La Revolución francesa afectó en el consumo de estas conservas.

Con ella llegaron algunos cambios además del inicio de la sociedad moderna, junto con algunos cambios en el mundo gastronómico. entre ellos, cabe destacar como se veían las frutas en conserva o confitadas. Pasaron de ser un alimento de primera necesidad a un artículo de lujo muy demandado por las clases medias adineradas.

Se empezó a trabajar con nuevos métodos de conservación y envasado por parte de los chef pasteleros para poder deslumbrar a sus consumidores.

Hoy os enseñaré a conservar albaricoques en almíbar con un proceso muy sencillo que no requiere apenas de proceso de elaboración 😉

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Receta albaricoques en almíbar

  • 2 kg de albaricoques no muy maduros, de carne firme y tersa
  • 2 litros de agua
  • 1 kg de azúcar

Elaboración

Preparamos los albaricoques para hacerlos en almíbar.
  1. Lavamos y secamos los albaricoques.
  2. Con ayuda de un cuchillo los cortamos por la mitad y retiramos el hueso. No es necesario retirar la piel.
  3. Reservamos las mitades dentro de un bol grande resistente al calor.
  4. En una olla grande añadimos los 2 litros de agua junto con el kilo de azúcar.
  5. Colocamos a calor medio alto y dejamos que llegue a una ebullición suave. Una vez rompa a hervir, dejamos durante 2 minutos.
  6. Retiramos del calor.
  7. Con ayuda de un cazo añadimos el almíbar sobre los albaricoques cortados, podemos verterlo con cuidado directamente si queréis, y dejamos reposar durante 2-3 horas.
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Volvemos a hervir el almíbar y embotamos.
  1. Sacamos los albaricoques del almíbar e introducimos en botes de cristal o botes tipo Fido. Los colocaremos de tal modo que no queden huecos o procurando que así sea. Si vamos a conservarlos durante mucho tiempo, lo ideal son botes de cristal con tapadera.
  2. Vertemos el almíbar de nuevo en la olla y colocamos a calor medio.
  3. Una vez que llegue a ebullición, dejamos durante 5 minutos.
  4. Vertemos el almíbar sobre los albaricoques que ya están dentro de los recipientes. En esta ocasión sí lo haremos con un cazo.
  5. Cerramos los botes. En caso de guardarlos en uno tipo Fido, no tendremos que hacer nada. Si lo hacemos de este modo, os recomiendo consumirlos en un breve periodo de tiempo y, una vez que hayan enfriado, refrigerarlos.
  6. Pero, si los guardamos en recipientes de cristal con tapadera de rosca, los colocamos boca abajo y dejamos que enfríen por completo. Si lo preferís, podéis hervir los botes cerrados durante 10 minutos, sacarlos del agua y dejarlos enfriar boca abajo.
  7. Se conservan en perfecto estado hasta 1 año guardados en un lugar fresco y seco.
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Notas

  • Podemos usar la variedad de albaricoque que prefiramos, pero cuanta mejor calidad tengan, mejor será el resultado final. En mi caso he utilizado albaricoques Moniqui.
  • Los albaricoques no deben estar muy maduros, de lo contrario adquirirán una consistencia demasiado blanda y podrían incluso deshacerse. Lo ideal es que estén firmes, pero no verdes.
  • El almíbar se puede aromatizar con canela, vainilla, anís, hierbas aromáticas (como lavanda ahora que estamos en temporada) o alguna especia a vuestro gusto.
  • En mi caso no retiro la piel de los albaricoques, me gustan así. Pero, si deseáis retirarla, podéis hacerlo justo antes de meterlos en los recipientes. Sale con mucha facilidad.
  • Cuando los guardemos en los botes y/o recipientes, debemos procurar colocarlos muy bien para evitar que floten. En caso de flotar alguno de ellos, se oxidará y tomará un color marrón la parte que quede en la superficie.
  • Los botes que utilicemos para almacenarlos, deben estar limpios y esterilizados. Para hacerlo, nos bastará con hervirlos durante 10 minutos.
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Os animo con los ojos cerrados a preparar estos albaricoques en almíbar ahora que podemos encontrarlos en el mercado. De hecho, siempre que nos sea posible, deberíamos preparar conservas con productos de temporada. Tanto en dulce como en salado.

Algo que suelo preparar mucho en casa es Kimchiy Sauerkraut. Les gusta mucho y suele ser una guarnición perfecta para casi todos los platos que se nos pasen por la mente... De hecho, si os gusta preparar conservas en casa, no dejéis de echar un vistazo a la sección de fermentados y conservas.

Por cierto, no os he dicho nada antes, pero sé que he estado un par de semanas sin publicar y no había comentado nada sobre hacer un descanso. He tenido una temporada complicada que no me ha permitido continuar con el ritmo de las publicaciones. Antes de coger un descanso por vacaciones, quiero dejaros un par de recetas que son de temporada y que, de otro modo, ¡no podría publicar hasta el año que viene! De modo que, en caso de que os gusten los albaricoques en almíbar, no dejéis de prepararlos porque vendrá muy pronto una receta con ellos.

¡Un abrazo!
Eva

Fuentes: Lazaya Fruits

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