Molotof, pudín de claras portugués
Hoy vengo con una receta que os va a enamorar. No solo por su sencillez a la hora de llevarla a cabo, sino además, por lo increíblemente deliciosa que resulta. Una textura suave, esponjosa y muy delicada. Como una nube de algodón. Se trata de un pudín de claras portugués, Molotof.
Es probable que al ver el nombre, irremediablemente, os haya recordado al cóctel Molotov. Pero nada tiene que ver, ¿eh? Si alguno de vosotros me seguís por Instagram, es probable que vieseis el stories que hice comiendo un trozo de este pastel. Ahí se podía apreciar la esponjosidad de su interior (aunque también lo haréis en el vídeo de hoy). Sé que este tipo de elaboraciones, tan fáciles de llevar a cabo y con un resultado atractivo, os suelen gustar mucho. Por esa razón, siempre que encuentro una elaboración de este tipo no dudo en compartirla con vosotros. Siempre y cuando nos haya gustado el resultado en casa.
Origen del pudín Molotof o Malakoff.
Según las fuentes, parece ser que el verdadero nombre del pudín Molotof es pudín Malakoff. Por lo visto, está relacionado con la guerra de Crimea durante 1853-1856. La batalla de Malakoff, 1855.
Malakoff, era una fortaleza que protegía la ciudad de Sebastopol tras haber sido tomada por el general francés Aimable Jean Jacques Pélissier, que consiguió el título de Duque de Malakoff.
Durante la guerra, en Portugal se confeccionaban dulces acorde a los ingresos de aquel momento para dar salida a este ingrediente sobrante de otras elaboraciones. Y se dice que este pudín tomó ese nombre.
También se habla de la relación de Malakoff y de un político soviético ruso.
Vyacheslav Mikhailovich Molotov, creador del un arma química incendiaria en las guerrillas urbanas. El famoso cóctel Molotov.
La asociación de esta arma casera con su nombre se debe a que los soviéticos declaraban que no estaban bombardeando ciudades finlandesas, sino “enviando alimentos”. Fue en ese momento cuando las bombas rusas comenzaron a llamarse por los finlandeses, de manera sarcástica, “canastas de panes Molotov”. De modo que ellos dijeron que si los rusos ponían la comida, ellos pondrían los cócteles. De ahí que las bombas improvisadas utilizadas por los finlandeses se llamasen “cócteles Molotov”.
La similitud de ambos nombres, hizo que los portugueses decidieran llamar a este postre “pudín de Molotov“.
La sencillez de un dulce.
Si hay algo de lo que puede presumir este postre es de su exquisita sencillez. Y digo exquisita porque el resultado no es menos, os va a sorprender. Hasta el día de hoy, he elaborado infinidad de postres. Desde lo más complicado a lo más sencillo, encontrando siempre un detalle importante en cada uno de ellos.
El de hoy sorprende por lo simple que es de llevar a cabo, por su aspecto tan atractivo y por su maravillosa sabor y textura. Es muy complicado explicar con palabras lo absolutamente maravilloso que es. A cada cucharada podremos disfrutar de un sonido crocante y una textura suave y sedosa. Sutilmente dulce y con notas de caramelo. Sencillamente espectacular.
He seguido la receta del libro “Caramel” de Christophe Adam y he utilizado este molde de Nordic Ware. Pero podéis ajustarlo a cualquiera que tengáis en casa.
Ingredientes para un molde
PARA EL PUDÍN DE CLARAS:
- 10 claras de huevo L
- 120 g de azúcar glas
- 3 cucharadas de caramelo líquido, receta a continuación
PARA EL CARAMELO LÍQUIDO:
- 160 g de azúcar
- 185 g de agua
PARA EL MOLDE:
- mantequilla
- azúcar
Elaboración
Preparamos el caramelo líquido.
- Calentamos el agua en un cazo o microondas. Reservamos.
- En un cazo con fondo, añadimos el azúcar junto con 3 cucharadas de agua y colocamos a calor medio bajo.
- El azúcar comenzará a caramelizar poco a poco. En el momento en que nuestro caramelo tenga un color amarillo claro, con mucho cuidado (y cubriendo nuestra mano con un paño de cocina), vertemos el agua caliente sobre el caramelo. Removeremos constantemente para favorecer que el caramelo se disuelva con el agua.
- Cocinamos a calor medio bajo hasta que el caramelo comience a adquirir una consistencia más espesa y de tonalidad dorada.
- Retiramos del calor y dejamos reposar mientras preparamos el pudín.
Preparamos el molde.
- Engrasamos meticulosamente el molde con mantequilla, asegurándonos de engrasar todos los huecos de este.
- Espolvoreamos generosamente con azúcar hasta cubrir todas las paredes del molde.
- Volteamos para retirar el exceso de azúcar. Reservamos.
- Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
- Colocamos una fuente amplia de hornear sobre la rejilla del horno, situada a media altura, y llenamos con agua hasta la mitad.
- Dejamos que tome temperatura mientras preparamos el pudín molotof.
Montamos las claras.
- Separamos las yemas de las claras.
- Dispondremos las claras en un bol grande debido a que cuando montemos el merengue, este crecerá mucho.
- Comenzamos a montar las claras en la velocidad más baja. Una vez que comiencen a espumar y adquirir una consistencia más densa, añadiremos el azúcar glas poco a poco, sin dejar de batir.
- Añadimos el caramelo líquido y continuamos montando hasta obtener un merengue firme.
Horneamos.
- Volcamos el merengue en el molde que teníamos reservado.
- Lo haremos poco a poco y golpeando el molde sobre una superficie de trabajo para asegurarnos que este se asienta.
- Alisamos la superficie con ayuda de una espátula de silicona.
- Introducimos en el horno y dejamos durante 20 minutos. El pudín habrá crecido mucho durante la cocción, de hecho saldrá casi 1/3 por encima del molde. Tras el reposo, bajará hasta el borde del molde.
- Apagamos el horno, abrimos la puerta ligeramente y dejamos reposar en el interior del horno durante 40 minutos.
- Sacamos del horno y desmoldamos. Saldrá con mucha facilidad.
- Disponemos un poco de caramelo líquido sobre él y servimos.
Notas
- Tradicionalmente el molde suelen cubrirlo de caramelo antes de disponer el merengue en el interior. En mi caso he seguido el proceso que detallaban en el libro, pero sentíos libres de hacerlo de ese modo si lo deseáis.
- Recordad que debéis golpear el molde para asentar el merengue y evitar que se formen burbujas de aire en su interior.
- Debemos cocer el pudín al baño maria para que el resultado sea mucho más jugoso.
- No abráis el horno durante el tiempo de cocción, de lo contrario el merengue no subirá o se bajará, dejando un resultado compacto y nada aireado.
- El pudín de claras puede conservarse en el frigorífico durante 5 días.
- Si os sobra caramelo, podéis guardarlo en un frasco de cristal en el frigorífico o a temperatura ambiente.
- Las yemas sobrantes podemos utilizarlas para hacer crema pastelera, helados (que ya comienzan a apetecer)... o bien podéis congelarlas de manera individual o de 2 en 2 en cubiteras. Dentro de poco os dejaré una receta para sacar provecho a todo el excedente de yemas (esta Tarta de yema, naranja y caramelo).
Este Molotof o pudín de claras portugués os fascinará tanto o más que la Galatopita que os dejé hace tiempo. A día de hoy sigue siendo un dulce que preparáis mucho y me encanta ver vuestros resultados.
Espero que esta elaboración os guste igual que aquella y os animéis a probarla. Y, por supuesto, ¡estaré encantada de poder ver todo aquello que hacéis! Os deseo que tengáis un comienzo de fin de semana fantástico.
Un abrazo,
Eva
Fuentes: Cozinha Com Rosto
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