Zanahorias asadas con salsa de miel, especias y harissa
Llevamos un par de semanas de cumpleaños familiares (entre ellos el de mi querido medio limón que fue ayer), con sus correspondientes tartas y comilonas que llenarían la mesa como para una boda. Así que el comienzo de estas semanas tienen que ser algo más livianas porque de lo contrario llegaremos a Navidad rodando.
Estas zanahorias asadas con salsa de miel, especias y harissa son un complemento perfecto e ideal para ayudarnos a rebajar un poco los excesos, pero sin llegar al extremo de tomarlas hervidas o asadas sin más. Un buen aderezo da un giro radical a nuestros platos, y más sin son verduras en muchos casos.
Desconozco la razón por la que en casa no son muy amigos de esta hortaliza, siempre procuro integrarla en muchos platos e incluso camuflarla, pero la mayoría de las veces se queda la pobre ahí, en un lado el plato. Es algo que me cuesta entender porque me parece que su sabor es bastante agradable, al igual que su textura. Otra cosa sería hablar de coles de bruselas o acelgas, con estas poco tengo qué hacer… El pequeño directamente ni las mira, no vaya a ser que se les dedique más tiempo del debido.
Bien, pues con esta receta desapareció el problema. Ahora las miran con otros ojos e incluso, en muchas ocasiones, es algo que me piden ellos como acompañamiento en lugar de patatas fritas o similar (cosa que me deja ojiplática).
La salsa que elaboraremos para glasear las zanahorias, antes y durante el horneado, tiene una textura algo densa. Siempre podemos aligerarla un poco más con agua si resulta demasiado pastosa, pero lo interesante es que recubra la zanahoria para que esta absorba los sabores y aromas a la vez que se cocina. Gran parte de ese glaseado caerá al final de horneado hacia los lados, pero las verduras se habrán impregnado de su maravilloso aroma.
El resto de aderezos están ajustados a mi gusto, de modo que si alguno de ellos no os termina de cuadrar, se puede omitir sin problemas. En esta elaboración vuelvo a hacer uso de el tahini de almendras, que os dejé hace poco en esta receta. Personalmente me encanta porque aporta sabores tostados de fruto seco, además de un punto de sal muy aromático y agradable. El yogurt griego nos da una textura cremosa, ligeramente ácida que combina muy bien con el glaseado dulce de las zanahorias. A ayuda a contrarrestar el dulzor.
Y finalmente ese toque picante, vivo y fresco que nos da la harissa. No es necesario utilizar mucha, unas pequeñas pinceladas serán más que suficiente para resaltar sabores.
El resultado es un plato muy sencillo de elaborar, que prácticamente se cocina solo y que combina muy bien con otras verduras, carne o incluso pescado.
INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:
- 12 zanahorias grandes
- aceite de oliva
PARA LA SALSA DE MIEL:
Receta adaptada de Carls Bad Cravings.
- 55 g de orejones
- 30 g de miel
- 20 g de aceite de oliva
- 7 g de vinagre de manzana
- 25 g de agua
- 3 g de ajo fresco
- 1/4 cucharadita de tomillo
- 1/8 de cucharadita de pimienta recién molida
- 2 g de comino molido
- 3/4 cucharadita de sal
PARA EL TAHINI DE ALMENDRAS:
- 90 g de almendras crudas o tostadas
- 50 g de aceite de oliva
- pizca de sal
PARA DECORAR:
- yogurt griego sin azúcar
- harissa (en el enlace veréis cómo hacerla casera)
- avellanas ligeramente majadas
- perejil rizado finamente picado
ELABORACIÓN:
Preparamos el tahini de almendras.
En este post os dejé cómo elaborar tahini de almendras casero. Una vez que lo tengamos listo, vertemos en un recipiente de cristal y reservamos.
Si lo preparamos con antelación, refrigeraremos hasta el momento de utilizarlo. Os recomiendo atemperarlo alrededor de 30-40 minutos antes de utilizarlo para que no tenga una consistencia muy sólida.
Preparamos la salsa de miel.
- En un procesador de alimentos añadimos los orejones, previamente troceados, junto con el resto de ingredientes.
- Trituramos hasta obtener una pasta homogénea. si fuera demasiado densa, añadimos un poquito más de agua y volvemos a procesar hasta que se integre por completo.
- Vertemos en un cuenco y reservamos.
Asamos las zanahorias.
- Precalentamos el horno a 200ºC con calor arriba y abajo.
- Lavamos las zanahorias y secamos ligeramente con papel absorbente. En caso de que tengas tallos, mantendremos un poco de este y solo retiraremos la piel exterior.
- Colocamos las zanahorias en una bandeja forrada con papel de horno, rociamos con un poco de aceite de oliva y pincelamos con la salsa de miel. Utilizaremos como 1/3 del total.
- Introducimos a media altura y dejamos alrededor de 55 minutos, dependerá del grosor de las zanahorias. A mitad de horneado damos la vuelta a las zanahorias y pincelamos con la mitad de salsa.
- Cuando queden unos 10 minutos de horneado, volvemos a girar las zanahorias, pincelamos con el resto de salsa y dejamos que terminen su cocción. Deben adquirir una textura tierna al pincharlas.
- Sacamos y dejamos que templen ligeramente un par de minutos.
Montamos el plato.
- Disponemos las zanahorias en una fuente amplia.
- Disponemos unos hilos de tahini de almendras, yogurt griego, una pizca de harissa sobre este (la cantidad dependerá de si os gusta más o menos el picante), un poco de avellanas majadas y terminamos con un poco de perejil rizado picado.
- Servimos enseguida.
DUDAS EXISTENCIALES
- ¿Puedo sustituir tahini de sésamo por tahini de almendras? Sin problemas, ambos aportan sabores muy interesantes y el resultado, en ambos casos, será estupendo.
- Soy vegano, ¿puedo utilizar otro tipo de yogurt? Por supuesto, ya sea de coco u otros aptos para este tipo de dieta.
- ¿Y la miel? Si eres vegano tampoco consumirás este producto pero puedes sustituirlo por melazas o miel de caña, sirope de Arce, de arroz, de manzana…
- ¿Puedo cambiar la harissa por otro tipo de pasta picante? Sí. Personalmente me gusta mucho esta variedad pero, si no podéis hacerla o no la encontráis, podéis variarla por otra similar.
Estas zanahorias asadas con salsa de miel, especias y harissa se han convertido en otro indispensable en casa. Ya sea como acompañante de otros platos a medio día o como plato principal en la cena, junto con alguna que otra cosilla. Incluso si alguna vez he hecho de más, las que sobran se las toman a media mañana a modo de picoteo (ojiplática me quedo de nuevo!) Su sabor es impresionante, matices dulces, salados, picantes, aromáticos… y con un resultado muy digestivo y nada pesado.
Al final creo que si encontramos la manera correcta de preparar cada ingrediente, por mucho que quieran resistirse, no podrán 😉
¡Buen inicio de semana!
Saludos,
Eva
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