Galette de ciruelas, brevas y lavanda
Que lo bueno pasa rápido, es algo que sabemos y muy bien. Este fin de semana hemos vuelto de nuestras vacaciones, han sido cortas pero muy intensas. Nos hubiera gustado que fuera otra semana más (o varias!!) pero el trabajo es todo lo que nos ha permitido… Aún así lo hemos pasado maravillosamente bien.
Este año hemos decidido viajar por el norte, pensamos en Cantabria (nos gusta mucho el verde y el campo, algún día nos iremos a vivir a un lugar así) además que tiene playas excepcionales también. La verdad que más que estar en un único sitio hemos hecho un pequeño recorrido pasando por País Vasco, Cantabria y Asturias. Nos alojamos en un pequeño pueblo de Cantabria, Viveda, y de ahí cada día pensábamos que ruta realizar.
Había varios lugares que ya conocíamos de otros viajes, pero como el peque iba por primera vez repetimos muchos de ellos para que pudiera verlos y disfrutarlos. Lo que más le gustó fueron las cuevas, Altamira y el Soplao, el teleférico de Fuente Dé, las playas en las que nos bañamos (la de Oyambre y una cala cerca de San Vicente de la Barquera) y, por supuesto, la ruta gastronómica que nos pegamos. Creo que hacía mucho tiempo que no comía tanto y ¡tan bien!
Claro está que el clima que teníamos allí acompañaba, la temperatura más alta que tuvimos fueron 24ºC frente a los 38º-40ºC que hacían por Madrid, ¡si dormíamos con mantas! De modo que pudimos comer sin problemas un cocido montañés, fabada, cachopos (jamás imaginé que pudieran ser tan inmensamente grandes), sobaos, quesada, bollos de mantequilla, sidra a todas horas… por no hablar de los helados, que estos tampoco faltaron. Fue un sin fin de comida, y así nos pasamos todos y cada uno de los días que estuvimos allí. Volvemos con la panza llena y muy felices.
Pero ahora toca volver a la realidad y de paso bajar un poco los excesos, aunque con este calor no va a ser muy difícil porque lo que más apetece son ensaladas, gazpacho y platos frescos 🙂
Y como postre, desayuno o merienda, hoy quiero dejaros esta riquísima galette de ciruelas, brevas y lavanda. Es bastante ligera, muy poco dulce pero de un sabor excepcional y apenas necesitamos un par de horas para elaborarla. Es cierto que necesita pasar por el horno… pero tampoco tenemos que estar en la cocina sentados esperando a que termine de hornearse 😉
El resultado es un dulce, aunque poco dulce, que apetece comer incluso con este calor. Al llevar gran cantidad de fruta y una base muy fina de masa, hace que sea bastante apetecible tanto para el desayuno como para media tarde. También podemos acompañarlo de una bola de helado y la convertirá en ¡la merienda perfecta de una tarde de verano!
Sobre la base de masa lleva una pequeña cantidad de almendra molida que dará un toque muy rico junto con el jugo que soltarán las ciruelas durante el horneado. Para decorar el borde de la galette he utilizado azúcar demerara, esta variedad soporta temperaturas muy elevadas manteniendo su forma sin fundirse, de modo que tras salir del horno aún podremos apreciar su textura cristalizada.
El relleno podréis variarlo si no os gustan las ciruelas y sustituirlo por albaricoques, manzana, melocotón (aquí podréis encontrar otra receta con melocotón y arándanos), fresas… al igual que las brevas.
Estas son el primer fruto que podremos recoger de la higuera. La diferencia entre las brevas y los higos es que las primeras son higos que no llegaron a madurar en el otoño, se mantienen en un estado latente durante el invierno y cuando llega de nuevo la primavera, florecen y son los primeros frutos que nos da la higuera. Después de estos ya podremos disfrutar de los higos.
Para aromatizar un poco la galette, y como estamos en época de ella, pensé en darle un ligero toque de lavanda fresca. Unos cuantos pétalos espolvoreados le darán un aroma y sabor espectacular. Después podremos decorar con unas ramas frescas antes de servir, puesto que las que hemos horneado tomarán un color muy oscuro.
Una elaboración muy sencilla, que además nos permite preparar la masa la tarde anterior, y que apenas nos llevará pocos minutos de proceso pudiendo disfrutar de un dulce muy ligero y con frutas de temporada.
Con esta receta retomamos de nuevo la vuelta tras unos días de descanso 🙂
¡Estoy encantada de estar de nuevo con vosotros!
Saludos,
Mrs Hudson.
INGREDIENTES PARA UNA GALETTE:
Receta adaptada de Pastry Affair
PARA LA MASA:
- 175 g de harina de trigo panadera, he utilizado la variedad RRR
- 100 g de mantequilla sin sal fría
- 2 g de sal
- 1/2 cucharada de azúcar
- 30-50 g de agua muy fría
- ralladura de 1/2 limón
PARA LA BASE DEL RELLENO:
- 1 cucharada de harina de trigo (1 Tbsp)
- 1 cucharada de almendra molida (1 Tbsp)
- 1 cucharada de azúcar moscabado oscuro (1 Tbsp)
PARA EL RELLENO DE FRUTA:
- 12-14 ciruelas rojas (de las pequeñas)
- 2-3 brevas o higos
- lavanda fresca
- 1-2 cucharadas de azúcar moscabado oscuro
PARA PINTAR:
- leche fresca
- azúcar demerara
ELABORACIÓN:
Preparamos la masa de la galette.
En un bol amplio añadimos la harina junto con el azúcar, la sal y la ralladura de limón, mezclamos con ayuda de una espátula de silicona.
Cortamos la mantequilla en cuadraditos e incorporamos al bol. Con ayuda de las manos frotamos la mantequilla con la harina hasta obtener una textura arenosa.
Añadimos el agua muy fría poco a poco. Vertemos una pequeña cantidad y mezclamos con las manos, el resultado debe ser una masa homogénea y nada quebradiza. Formamos un disco, cubrimos con film e introducimos en el frigorífico durante 1 hora.
Podemos realizar la masa el día anterior y dejarla toda al noche en el frigorífico.
Rellenamos la galette.
En un bol mezclamos los ingredientes de la base del relleno; la harina, la almendra y el azúcar moscabado, mezclamos bien para homogeneizar la mezcla. Reservamos.
Lavamos, secamos y deshuesamos las ciruelas, este paso es un tanto laborioso de modo que tendremos que tener algo de paciencia 🙂
Una vez que las tengamos deshuesadas, cortaremos en gajos finos (pero no transparentes!), reservamos.
Espolvoreamos la superficie de trabajo ligeramente con harina y estiramos el disco con ayuda de un rodillo. Deberemos procurar formar un disco de 35 cm de diámetro aproximadamente. Pasamos el disco de masa a una bandeja de horno forrada con papel de horno.
Si dejasteis la masa toda la noche en el frigorífico, deberéis sacarla 15 minutos antes para que os permita estirarla.
Espolvoreamos los ingredientes de la base del relleno por la superficie dejando limpio unos 5 cm alrededor del borde (más tarde plegaremos este borde hacia dentro cubriendo parte de la fruta).
Colocamos la ciruela en gajos, lo haremos del exterior hacia el centro, formaremos dos filas. La parte central la rellenaremos con las brevas finamente laminadas. Plegamos el borde exterior sobre la fruta, pintamos con leche y espolvoreamos azúcar demerara. Guardamos en el frigorífico durante 30 minutos para endurecer la masa.
Mientras precalentamos el horno a 200ºC con calor arriba y abajo.
Sacamos del frío e introducimos en el horno en la posición central, horneamos durante 45-50 minutos. La corteza deberá tomar un bonito dorado y las ciruelas verse blanditas.
Sacamos y dejamos enfriar ligeramente sobre una rejilla antes de servir. También podemos degustarla totalmente fría 🙂
Podemos acompañarla con un poco de helado, crème fraîche o tal cual.
CONSERVACIÓN: Podemos guardarla en una campana de cristal durante 2 días.
¡Buen provecho!
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