Tarta de castañas con marrons glacés
La receta de hoy quería haberla compartido con vosotros este pasado lunes, pero como es habitual en mis últimos meses, me surgen infinidad de cosas que me dejan muy poco tiempo para redactar las recetas. Porque hacerlas las voy haciendo mientras hago otras cosas, es lo bueno de trabajar desde casa, pero el momento de redactarla y editar fotos… ¡me cuesta un horrores! De modo que lo voy haciendo en mis pequeños ratos libres, por la noche o a primera hora de la mañana si no tengo demasiadas cosas…
Bueno, nos quedaremos con el refrán que dice “nunca es tarde si la dicha es buena”, y en este caso es muy ¡muy buena! Hoy os traigo una tarta de castañas con marrons glacés, vamos a aprovechar al máximo la temporada de este fruto que hasta que volvamos a tenerlo pasarán unos cuantos meses.
Llevaba tiempo detrás de una receta como esta, tenía en mente hacer una tarta de castañas similar a un “pumpkin pie“. Me encanta la textura de esa tarta, tan suave y cremosa con un punto justo de dulzor y especiada… Sin lugar a dudas con un ingrediente como la castaña el resultado tenía que ser ¡extraordinario!
La receta la encontré en el blog de Kitchen Repertoire y me encantó. El aspecto era muy apetecible y sin duda pensé que esta iba a ser la definitiva. A la hora de elaborarla varié algunas cosas, en lugar de añadir un puré de castañas decidí hacer una crema dulce de castañas y entonces incorporarla al relleno. Además de variar alguna que otra cosa más, pero detalles mínimos.
El acabado final preferí variarlo, la razón es que ya tenía una tarta con un aspecto similar a esta en el blog solo que elaborada con crema de coco montada, el pastel de batata y chocolate. Por esa razón pensé en crear otra idea de presentación, además que así podemos aprovechar estos maravillosos marrons glacés que os enseñé a hacer hace unos días 😉
Unas hojas de chocolate junto con estos pequeños diamantes de color cobre serían el mejor acabado que una tarta como esta pudiera desear.
Os muestro un pequeño paso a paso de como elaborarlas en casa, ya veréis que es muy fácil y con un resultado muy llamativo. Para terminar pensé en pincelarlas con polvo de rubí, dándoles un color rojizo muy otoñal 😉
El conjunto es una tarta que os garantizo durará muy poco en casa… Y, por supuesto, os animo a que la probéis antes de que finalice la temporada de castañas! Espero ver las vuestras muy pronto 😀
Saludos,
Eva {Mrs Hudson}
INGREDIENTES PARA UN MOLDE DE 26 CM DE DIÁMETRO:
PARA LA MASA:
- 245 g de harina floja de repostería
- 180 g de mantequilla fría sin sal
- 50 g de azúcar moscabado claro
- 1 huevo M
- 1 cucharadita de sal
- 1/2 cucharadita de canela en polvo
- ralladura de una naranja
PARA EL RELLENO:
- 325 g de crema de castaña (receta a continuación)
- 340 g de leche evaporada
- 3 huevos M
- 60 g de créme fraîche
- 15 g de Maizena
- 75 g de azúcar moscabado oscuro
- 1/2 cucharadita de jengibre en polvo
- 6 vainas de cardamomo, retiramos la vaina y majamos las semillas
- pizca de nuez moscada
- pizca de sal
PARA LA CREMA DE CASTAÑAS:
- 400 g de castañas
- 400 g de leche entera
- 180 g de azúcar blanco granulado
- una pizca de sal
- 1 cucharadita de pasta de vainilla (1 Tsp) o 1/2 vaina de vainilla
PARA DECORAR:
- Marrons glacés, aquí tenéis un paso a paso de como elaborarlos en casa
- 70 g de chocolate negro 70% tipo Valor
- polvo de rubí
- hojas naturales de plantas
ELABORACIÓN:
Comenzamos preparando la masa para la base de la tarta.
En un bol incorporamos la harina junto con la canela, la ralladura de naranja y la pizca de sal.
Rallamos la mantequilla fría para poder integrarla mejor. Una vez que esté lista, la añadimos a la mezcla de harina y comenzamos a integrar con las yemas de los dedos los ingredientes hasta obtener una mezcla arenosa.
Añadimos el azúcar y el huevo, mezclamos ligeramente. Pasamos la masa a una superficie de trabajo y terminaremos de trabajar la masa realizando una técnica que se llama fraisage.
Apoyamos el “talón” de la mano sobre la masa y deslizamos hacia delante poco a poco la masa de modo que se vaya amalgamando, pero sin obtener un resultado elástico. Podemos ver el proceso de elaboración en este vídeo.
Una vez que sea homogénea formaremos un disco, cubrimos con film e introducimos en el frigorífico durante mínimo 1 hora.
También podemos elaborarla el día anterior y dejarla en el frigorífico durante toda la noche. Al día siguiente sacaremos la masa un poco antes para atemperarla y poder estirarla sin problemas.
Preparamos la crema de castañas.
En este paso tenemos dos opciones; podemos elaborarla en casa o bien comprarla elaborada si queremos ahorrarnos un poco de trabajo. Sin duda os recomendaré que os animéis a hacerla casera, podréis controlar mucho mejor los ingredientes con los qué la elaboráis y, sobre todo, la cantidad de azúcar a añadir.
Si os animáis a hacerla en casa, que espero que sí, lo haremos del siguiente modo.
Lavamos bien las castañas y les realizamos un corte del mismo modo que si las fuésemos a asar. Preparamos una olla con bastante agua y colocamos a calor medio-alto hasta que llegue a ebullición.
Una vez que rompa a hervir escaldamos las castañas durante 5 minutos aproximadamente. Escurrimos y dejamos que atemperen no que enfríen.
En el momento que podamos manipularlas, sin quemarnos los dedos, procedemos a pelarlas. Retiramos la piel exterior y la segunda piel. En este caso no será necesario que tengamos tanto cuidado como cuando elaboramos los marrons glacés, puesto que si se rompen no tendrá mayor importancia. Vamos a hacer una crema con ellas 🙂
Disponemos en un cazo las castañas junto con la leche, el azúcar, la sal y la pasta de vainilla. Colocamos a calor medio-alto y dejamos hasta que llegue a ebullición. En ese momento bajamos el calor, dejándolo a fuego bajo, y dejamos cocer durante 20 minutos o hasta que observemos, pinchando una de ellas, que están tiernas.
Procedemos a triturar las castañas, con la leche, hasta obtener una crema fina y homogénea. En caso de que la crema fuera demasiado densa, podemos añadir un poco más de leche para aligerarla un poco.
Introducimos en un frasco de cristal y dejamos enfriar completamente antes de guardarla en el frigorífico.
Nota: Si realizamos mucha cantidad, una vez que rellenemos los frascos (con la crema caliente) cerramos con la tapa y colocamos boca abajo para que haga el vacío.
Preparamos la base de la tarta.
Antes de elaborar el relleno prepararemos la base de esta.
Precalentamos el horno a 200º C con calor arriba y abajo.
Esta masa es muy pegajosa y algo complicada de manipular sobre una superficie de trabajo enharinada. Para estirarla os recomiendo hacerlo entre dos papeles de horno, podréis manipularla sin que se adhiera al rodillo o la mesa y disponerla con facilidad sobre el molde.
Con ayuda de un rodillo estiramos la masa procurando darle algo más de diámetro que tenga nuestro molde. Debemos dejarla fina, lo ideal es ayudarnos de un rodillo ajustable, como el de Joseph and Joseph, con el tamaño mínimo de 2 mm.
Una vez que terminemos de estirar la masa, esta, estará muy tierna. Para pasarla al molde, sin que se desgarre al retirarla el papel, lo ideal es enfriarla.
Introducimos en el frigorífico alrededor de 15 minutos. Si optamos por el congelador, siempre y cuando pueda estar recta, será algo menos de tiempo.
Sacamos del frío, retiramos el papel superior y colocamos la plancha sobre el molde por el lado que no hay papel, quedando la otra lámina de papel de horno en la parte superior. Para que os resulte más fácil aún, podemos colocar el molde sobre la masa estirada y voltear este como si estuviéramos haciendo una tortilla.
Retiramos el papel superior con mucho cuidado y presionamos con la yema de los dedos, muy suavemente, sobre la masa para ajustarla a este. De momento no debemos preocuparnos por los bordes, simplemente la ajustamos.
Una vez que tengamos la masa sobre el molde pasaremos el rodillo por la superficie del molde, se marcarán los bordes. De este modo retiramos el excedente de masa y el corte de la masa quedará completamente liso y limpio. Introducimos el molde en el frigorífico mientras elaboramos el relleno.
Preparamos el relleno de la tarta de castañas.
En un bol mediano añadimos el azúcar moscabado junto con las especias, la Maizena y la sal, mezclamos ligeramente.
En otro bol, más amplio, batimos los huevos y añadimos la leche evaporada junto con la crema de castañas y la crème fraîche. Mezclamos con ayuda de unas varillas manuales hasta obtener una mezcla homogénea. Incorporamos los ingredientes secos en los líquidos y mezclamos muy bien con las varillas procurando que no queden grumos.
La mezcla será muy líquida, no os preocupéis, todo va bien.
Rellenamos la tarta.
Sacamos la masa en el molde del frío y, puesto que el relleno es muy líquido, os recomiendo que vertáis este una vez que coloquemos el molde en el interior del horno.
Podemos hacerlo o bien con una jarra o con un cazo, como os sintáis más cómodos. La razón por la que no debemos rellenarla en la mesa de trabajo es que al ser tan liquido, será muy complicado mover esta sin que se nos vierta la mitad… os lo garantizo 😉
De modo que lo ideal es colocar el molde en el horno, a media altura y con mucho cuidado de no quemaros con nada, y verter el relleno sobre esta. Nos sobrará un poco de relleno.
Horneamos 20 minutos a 200ºC, reducimos el calor a 175ºC y terminamos con otros 20-25 minutos.
Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla, pero sin desmoldar.
Una vez que esté completamente frío, introducimos en el frigorífico hasta el día siguiente.
Preparamos las hojas de chocolate.
Fundimos el chocolate, podemos hacerlo al baño maria o bien en pequeñas tandas en el microondas. Si optáis por este último, hacedlo durante pocos segundos, removed y volver a darle un golpe de calor.
Lavamos muy bien las hojas, secamos con papel absorbente y procedemos a bañarlas.
Lo haremos solo por una de las caras.
Si queréis que se aprecien las betas de la hoja, deberéis bañarlas por el envés. Procurad que la capa tenga algo de grosor, es decir, que no sea un baño muy superficial porque de lo contrario, al intentar separar el chocolate de la hoja, corremos el riesgo de que se nos parta.
Si fuera necesario podéis dar dos capas de chocolate, pero sin que el grosor de este sea muy exagerado.
Colocamos en un plato amplio o bandeja, dependiendo de la cantidad que hagáis, e introducimos en el frigorífico durante 30 minutos mínimo. El chocolate debe endurecer para poder retirarlo de la hoja sin dificultad.
Os recomiendo hacer más de las que necesitáis porque siempre se puede romper alguna.
Sacamos del frío y separamos las hojas del chocolate. Debemos hacerlo con delicadeza para evitar que se nos rompan e intentando tocas lo mínimo posible el chocolate. La razón es que si transmitimos el calor de nuestras manos podemos fundirlo.
Una manera de despegarlo sin que toque directamente la palma de la mano es colocar una hoja de papel absorbente sobre nuestra mano, colocamos la hoja sobre esta con la parte del chocolate boca abajo y con la otra mano retiramos la hoja verde.
Una vez que tengamos todas las hojas de chocolate listas, procedemos a pintarlas con el polvo de rubí. Con ayuda de un pincel, que destinemos exclusivamente para uso comestible, pintamos superficialmente sobre la hoja.
Nuestra finalidad es darle un aspecto ligeramente rojizo cuando refleje la luz sobre ellas y ese ligero brillo, tipo purpurina. Debe ser muy sútil.
Decoramos la tarta de castañas con marrons glacés.
Colocamos las hojas de chocolate sobre la tarta, esta parte la dejo a vuestra elección. En mi caso preferí hacerlo solo en uno de los laterales como si brotara un ramillete. Disponemos 3-4 marrons glacés y… a disfrutar.
Sin duda es un postre de temporada que nos permitirá disfrutar mucho de esta época del año y dejarnos un bonito recuerdo de ella.
Conservación: Podemos guardarla en el frigorífico, cubierta con papel film o en un recipiente hermético, durante 7 días (no va a llegar, creedme)
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