Pan Hveiti
Ya estoy de vuelta con otro pan trenzado… No sé que me pasa con ellos, ¡estoy obsesionada! A pesar de preparar muchas recetas para el blog, ya sean dulces o saladas, en mi cabeza siempre están rondando estos panes. No paro de pensar en nuevos trenzados, maneras diferentes de formarlos, combinar colores, sabores… De hecho, cuando entro a Pinterest, una de las cosas que siempre busco y miro son fotos relacionadas con artesanía. Estos trabajos me inspiran mucho para llevar a cabo los formados de este tipo de panes. El de hoy decidí llamarlo Pan Hveiti.
Pensaréis que es un nombre extraño. Sí, lo es, pero todo tiene su porqué. A decir verdad, no ha sido nada fácil “bautizar” este pan. He dado más vueltas que una noria, porque no quería darle cualquier nombre (que podría haberlo hecho). Pero miraba el pan, mientras me lo comía todo hay que decirlo, y pensaba – no le puedo dar un nombre al tun tun -. De modo que me puse a buscar.
Lo primero de todo era intentar plasmar en una sola palabra lo que me transmitía. Que, si os soy sincera, me hubiera encantado preguntároslo porque siempre es bueno escuchar opiniones diferentes a las que uno tiene. De hecho, lo intenté en mi casa… sin éxito alguno. Cuando les preguntaba – ¿qué os viene a la cabeza cuándo veis este pan? – Me respondían – Pues, que es muy bonito. Llámale, pan bonito. – Nada, automáticamente descartada la ayuda familiar.
Buscando un nombre.
A mí, este pan, me traslada a los países escandinavos. Más concretamente a la época vikinga. Las tiras de cacao que recubren el pan formando trenzados sencillos y filigranas, se me asemejan a tiras de cuero. Perfectamente dispuestas entre sí para crear una coraza, pero sin perder la elegancia y majestuosidad.
Por esa razón pensé que debía encontrar una palabra que captase estas sensaciones. Como, evidentemente, no sé noruego, ni danés, ni islandés, recurrí a nuestro querido Google para buscar ayuda.
Buscando sobre las lenguas habladas en aquella época, encontré que el nórdico antiguo era la lengua germánica hablada por los habitantes de Escandinavia y sus colonias de ultramar desde los inicios de la época vikinga hasta el año 1300 aproximadamente. Actualmente es una lengua extinta. ¡Ya lo tenía! Ahora solo tenía que buscar un traductor de esta lengua al español o inglés. Y lo encontré.
Si os soy sincera, me hubiera encantado utilizar la palabra “cuero” traducida para nombrar a este pan. Pero como la traducción me decía que no era muy fiable y la mayoría de las palabras hacían referencia al cuero cabelludo… Decidí omitir esa idea.
¡Encontrado!
Entonces pensé en más opciones como; trenza, tiras, cestería, artesanía… Nada, no me gustaban las palabras. Hasta que pensé, si el pan está hecho de trigo, pues vamos a probar suerte. ¡Me encantó! El resultado fue hveiti y me pareció precioso, además transmitía ese espíritu vikingo/escandinavo que buscaba.
Si alguno de vosotros sabe islandés, conocerá esta palabra.
Por lo visto, la mayoría de los textos que sobrevivieron de aquella época provienen del islandés medieval, de aquí que la variante estándar de esta lengua es el dialecto occidental. Es decir, el noruego e islandés antiguos. Sí, también miré el nombre en noruego (hvete), pero me gustaba más en islandés.
También existía otra variante oriental de esta lengua que se hablaba en los asentamientos vikingos de Suecia y Dinamarca. No había una separación geográfica muy clara entre ambos dialectos. Había un tercer dialecto denominado gútnico antiguo, que se incluye dentro del nórdico antiguo oriental puesto que era menos conocido. Los hablantes de estos tres dialectos consideraban que hablaban una misma lengua que denominaron dansk tunga hasta el s. XIII.
Vaya rollo os he soltado en un momento… jajaja.
Siempre he sentido una fuerte atracción por los países escandinavos.
No sé que tiene este lugar, pero me encanta. Tuve la suerte de visitar Noruega hace unos años y volví maravillada… No pude visitar todo lo que hubiese querido, de hecho solo visité desde la mitad Noruega (Trondheim) hacía el sur, pero así tengo una excusa para volver dos, tres y ¡mil veces!
Volví enamorada de las preciosas ciudades, las montañas, los fiordos, los glaciares, la comida (sí, la comida, me dijeron que iba a comer fatal, pero ¡no fue cierto!), la gente súper educada y atenta, las casas tan preciosas, el entorno tan mágico… De hecho recuerdo uno de los guías que tuvimos que nos contó que él fue a Noruega de vacaciones y que volvió a España para coger sus cosas y volverse a vivir allí. A mi me encantaría poder hacer lo mismo, sin duda.
Y todo esta parrafada viene debido a que siento un especial cariño por aquella parte del mundo, a la que espero volver muy pronto, y por esa razón todo el proceso que ha envuelto este pan ha sido muy especial para mí. Espero que vosotros lo disfrutéis tanto como yo.
INGREDIENTES | % PANADERO | MASA MADRE | RESTO | TOTAL |
---|---|---|---|---|
Harina de fuerza | 10,8% | 65 g | 65 g | |
Harina centeno | 4,2% | 25 g | 25 g | |
Harina T45 | 85% | 510 g | 510 g | |
Agua | 15% | 90 g | 90 g | |
Leche | 39,1% | 235 g | 235 g | |
Huevo | 9,1% | 55 g | 55 g | |
Mantequilla | 12,5% | 75 g | 75 g | |
Miel | 6,67% | 40 g | 40 g | |
Cacao en polvo | 2,5% | 15 g | 15 g | |
Sal | 1,6% | 10 g | 10 g |
Ingredientes
- 600 g de harina T45
- 300 g de leche entera a temperatura ambiente
- 15 g de cacao en polvo + 24 g de leche entera
- 3,5 g de levadura seca de panadero ó 10,5 g de levadura fresca
- 1 huevo L (55 g)
- 75 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 40 g de miel
- 10 g de sal
Elaboración
Preparamos la masa.
- En un bol incorporamos la harina junto con la leche, el huevo y la levadura seca.
- Comenzamos a integrar los ingredientes en el propio bol hasta obtener una masa homogénea.
- Incorporamos la miel y amasamos hasta que se integre por completo. Incorporamos la sal y volvemos a amasar hasta homogeneizar.
- Pasamos a una superficie de trabajo y comenzamos a amasar. Tendremos que obtener una masa lisa, sedosa y desarrollada.
- Una vez que tengamos un gluten medio desarrollado, añadiremos la mantequilla. Lo ideal es hacerlo poco a poco, esperando a que la masa absorba esta y nos facilite el proceso de amasado.
- Amasaremos alrededor de 15-20 minutos para desarrollar bien el gluten y obtener una masa elástica, suave y muy bien desarrollada. La masa, siempre tras un reposo, debe pasar la prueba de la membrana. Aquí os cuento cómo hacerla.
- Si hacemos reposos debemos cubrir siempre la masa para evitar que se reseque y/o encostre.
Dividimos la masa en 2 piezas para integrar el cacao.
- Dividimos la masa en dos piezas; una de 770 g y otra de 300 g. Recordad que si nos quedan retales de masa, dispondremos estos siempre en el centro de la masa antes de preformar.
- Boleamos la pieza grande e introducimos en un bol previamente engrasado con aceite de oliva. Cubrimos con film y dejamos a un lado para que haga la primera fermentación.
- Trabajamos la pieza más pequeña de masa. Añadimos el cacao en polvo junto con la leche y el extracto de chocolate.
- Amasamos hasta que ambos ingredientes se integren por completo. Deberemos obtener una masa con un color chocolate uniforme.
- Boleamos la pieza e introducimos en un bol previamente engrasado con aceite de oliva. Cubrimos con film y dejamos a un lado para que haga la primera fermentación.
Hacemos la primera fermentación.
- Dejamos levar a temperatura ambiente durante 3 horas y 40 minutos, en mi caso a 21ºC o hasta que duplique su tamaño.
- Si queremos retardar la masa en frío dejaremos levar 1-2 horas a temperatura ambiente, hasta que crezca 1/3 de su volumen e introducimos en el frigorífico hasta el día siguiente.
Si hemos retardado la masa en frío, atemperamos antes de trabajar.
- Sacamos la mas del frío y dejamos atemperar durante 2 ó 2 1/2 horas. Es probable que incluso triplique su tamaño.
Formamos el pan.
- Volcamos la masa de cacao sobre una superficie limpia y desgasificamos con suavidad.
- Formamos del mismo modo que formamos un batard.
- Dejamos a un lado y cubrimos con film.
- Cogemos la otra pieza de masa más pequeña y estiramos con ayuda de un rodillo. Formaremos un rectángulo de 35 x 25 cm aproximadamente.
- Con ayuda de un cortador o cuchillo afilado, cortaremos tiras paralelas con un grosor de 1 cm siendo la longitud de estas el lado más largo del rectángulo. Necesitaremos alrededor de 20 tiras, aunque nos saldrán algunas más. Mejor, porque siempre nos pueden venir bien.
- Trenzamos el pan, este proceso es mejor verlo con detenimiento en el vídeo.
- Una vez que tengamos el pan formado, con mucho cuidado, pasamos a la bandeja forrada con papel de horno.
- Engrasamos ligeramente la superficie del pan con aceite de oliva, cubrimos con film y dejamos levar hasta que duplique su tamaño. En mi caso fueron 3 horas a 22ºC.
Horneamos.
- Precalentamos el horno a 180ºC.
- Debajo de cada espiral de chocolate, insertad con mucho cuidado un palillo. No es necesario introducir todo el palillo dentro del pan, con 1/4 de este, será suficiente. De ese modo se sostendrán sin caerse durante la cocción.
- Pincelamos el pan con yema batida con leche y sal.
- Introducimos en el horno durante 40-45 minutos. A mitad de cocción, cubridlo con una lámina de papel de aluminio para evitar que las tiras se doren en exceso.
- Sacamos y dejamos enfriar por completo en una rejilla.
Notas
- Para aquellos que hagáis el pan con masa madre el primer levado debéis hacerlo hasta que la masa crezca 1/3 de su volumen y, en ese momento, lo lleváis al frío hasta el día siguiente. Seguís el proceso del mismo modo que os detallo, el levado final se prolongará mucho más, puede rondar las 5-6 horas ó incluso algo más ahora que han bajado las temperaturas.
- La harina T45 equivale a una harina de trigo especial para hojaldrar, con una W=280 y buena elasticidad.
- ¿Se puede sustituir la miel por azúcar? Sí, no hay mayor problema. Solo tened en cuenta que los azúcares invertidos agilizan el proceso de levado respecto al azúcar normal.
- El cacao en polvo que utilizo es sin azúcar añadido, de modo que el sabor final será amargo. Pero en esta ocasión considero que no hace falta un añadido superior de miel o azúcar, como os sugerí en el pan Shibari, puesto que la cantidad de masa utilizada es solo para la decoración.
- El trenzado es sencillo, pero requiere de un poco de atención para no liarnos. No dudéis en ver el vídeo todas las veces que sean necesarias antes de disponeos a formarlo. Incluso practicad con cordones, toda ayuda será bien recibida.
- Cuando cortéis las tiras de cacao, cubridlas siempre con film de plástico mientras formáis el pan. si la masa se reseca y encostra, no podremos utilizarla para decorar el pan.
- Para saber si nuestro pan ha finalizado el tiempo de cocción, recordad que pinchando con un termómetro digital y comprobando su temperatura lo sabremos. Debe rondar los 85-90ºC.
- Conservación: Este pan podemos conservarlo en una bolsa hermética durante 6-7 días. Si lo preferís, podéis congelarlo en porciones envueltas en film.
Que os voy a decir de este Pan Hveiti... Pues que tenéis que probarlo, ¡claro! Es cierto que no encontraremos variantes nuevas en la masa en cuanto a proceso, ingredientes y sabor. De hecho la receta casi que es más un tutorial de cómo llevar a cabo el formado.
A no ser que no hayáis probado los dos panes anteriores en los que usamos una masa muy parecida y en los que os muestro formados diferentes.
Os deseo que paséis un maravilloso fin de semana, ¡nos vemos el lunes!
Un abrazo,
Eva
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