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Leche frita casera, receta tradicional

Leche frita casera, receta tradicional

Hoy vengo con otro clásico que no puede faltar en nuestro repertorio de Semana Santa. Os dejo cómo hacer Leche Frita Casera con la receta tradicional. Bueno, seguramente encontréis alguna que otra variante en el proceso, pero la base de la elaboración sigue las pautas de la receta clásica.

La primera vez que probé este postre fue en el colegio. Os parecerá sorprendente, pero ciertamente fue así. Cuando era pequeña, me quedaba en comedor porque mis padres trabajaban por la mañana y por la tarde, teniendo muy poco tiempo a medio día para comer. El caso es que en nuestro colegio, solían poner siempre postres y elaboraciones algo clásicas. En aquel momento nos parecía a veces un rollo, porque solo queríamos pizza, filetes de pollo empanados, patatas fritas y helados. Pero hoy en día, lo agradezco mucho.

Recuerdo cuando vino la monitora de comedor con una bandeja llena de, lo que para mí eran como San Jacobos pequeños, y nos dijo que era leche frita casera. Claro, todos alucinamos porque era un concepto totalmente nuevo para nosotros. La leche… es líquida. Y esta mujer nos decía que eso era “leche frita”. El caso es que ninguno dijo que no a probarlo y, como os podréis imaginar, a todos nos encantó. Hasta el punto de querer repetir.

Esa fue mi primera toma de contacto con este postre tradicional y, os aseguro, que desde aquel día jamás se me olvidó. Me gustó muchísimo.

Lo curioso de todo esto es que, aunque no lo creáis, han pasado muchos años hasta que la he hecho en casa. No voy a decir cuantos porque va  a sonar a disparate, pero sí, imaginaos unos 34 años o algo parecido. Qué locura, ¿eh?. No he estado tanto tiempo sin comerla, pero es curioso como en ocasiones necesitamos que el tiempo transcurra para hacerlo con nuestras manos. Me alegra saber que ese momento ha llegado y ha sido para compartirlo con todos vosotros.

Origen de la leche frita.

El origen de la receta de la leche frita, tal y como sucede con muchas otras elaboraciones de la gastronomía española, tiene un origen árabe. Esta receta, al igual que muchas otras que se consumen de manera tradicional durante Semana Santa, como la torrija por ejemplo, se conocen como «frutas de sartén». Recordad que hace tiempo os conté qué son en este post.

Este tipo de recetas suelen tratarse de elaboraciones sencillas con un método de preparación bastante fácil y que solían consumirse calientes o templados durante las festividades de Carnaval o Cuaresma.

Son muchas las regiones que reivindican su nacimiento y autoría, tales como Palencia, Valladolid o el País Vasco, entre otras. Hay ocasiones en las que resulta realmente complicado conocer el origen de una elaboración y encontrar datos fiables que nos aseguren que se originaron allí.  La razón es que son recetas que se propagan con facilidad gracias al boca a boca entre generaciones. Sin olvidar que, seguramente, muchas de estas recetas aprendidas viajaban con las personas de una zona a otra del país.

Nos quedaremos siempre con la parte buena y es que, gracias a ese movimiento de palabra, la receta ha llegado a nuestros días y podemos seguir disfrutando de ella.

Llevando a cabo la receta.

Si hay algo indudable en esta y todas las recetas que provienen, casi, de un mismo momento o lugar es el vínculo en cuanto a sabores y aromas. Torrijas, arroz con leche, leche frita, leche merengada… Son postres que comparten ingredientes y que, casi sin quererlo, parece que comparten un mismo nacimiento. Todas esas recetas, para mí, saben a Semana Santa. Esto mismo me pasa con recetas que comparten ciertas especias y que son más tradicionales de otras épocas del año. Hay recetas que saben a “Navidad” y otras que saben a “Semana Santa”.

El proceso para llevar a cabo la leche frita casera es muy fácil, de hecho es muy similar a elaborar una crema pastelera. Es más, si recordáis la receta que os dejé hace poco de pastel de crema de leche egipcio, veréis que el relleno es prácticamente igual a la leche frita. Solo que, en nuestro caso, terminamos de presentarlo o elaborarlo de otro modo.

En mi caso os muestro cómo hacer la leche frita casera con maicena, yema de huevo y un poco de mantequilla. Se puede elaborar con una mezcla de harina y maicena si lo deseáis o incluso omitir las yemas. Para elaborar leche frita sin gluten, a la hora de rebozar, tan solo debéis sustituir la harina del rebozado por una variedad sin gluten o incluso harina de maíz.

Una vez que cuaje la crema de leche, tan solo tendremos que cortar, rebozar y freír. Es un postre perfecto para dejar preparado con antelación a falta de freír y rebozar con azúcar y canela. Lo ideal es consumirla templada, pero si no nos cuadran mucho los tiempos, podemos dejarla frita por la mañana y servirla como postre tras una comida (a falta de rebozar con azúcar justo antes de servir).

Receta Leche frita casera

Ingredientes para 20-24 piezas de leche frita PARA REBOZAR: MATERIAL QUÉ NECESITAREMOS Y VISIBLE EN EL VÍDEO:

Elaboración

PRIMER DÍA
Preparamos la crema para la leche frita.
  1. En un bol mezcla el azúcar junto con la Maizena. Integrar bien ambos ingredientes evitará que al incorporar ingredientes líquidos, la Maizena forme grumos.
  2. Añade las yemas junto con un poco de leche, a ojo. Bate con ayuda de una varilla hasta lograr una mezcla homogénea. Reserva a un lado.
  3. Lava muy bien un limón y una naranja. Corta la piel de ambos procurando que esta no tenga "parte blanca", de lo contrario nos aportará un sabor amargo. Si usamos un buen pelador, no tendremos problemas en este punto.
  4. Incorpora el resto de leche en una sartén amplia u olla mediana junto con las pieles de cítricos, la rama de canela, el anís y la vainilla.
  5. Coloca a calor medio bajo y deja que llegue a una suave ebullición, no debe romper a hervir de manera fuerte.
  6. Una vez en este punto, reduce el calor al mínimo y cocina durante 30 minutos.
  7. Cuela la mezcla de leche para retirar las pieles de cítricos, semillas y canela.
  8. Vierte de nuevo la leche en la sartén amplia u olla y añade la mezcla de yemas que preparamos al principio.
  9. Cocina a fuego bajo, removiendo constantemente, hasta que la mezcla espese. Nos llevará un ratito, sed pacientes y no os sintáis tentados a subir la temperatura para terminar antes.
  10. Una vez que haya espesado, apagamos el calor e integramos la mantequilla. Removemos muy bien hasta que esta se incorpore por completo. Obtendremos una crema suave, cremosa y homogénea.
  11. Vuelca la crema en una fuente, previamente forrada con film, y alisa la superficie.
  12. Cubre la parte superior de la crema con film a piel, es decir, tocando la superficie. De este modo evitamos que se seque o encostre.
  13. Deja enfriar a temperatura ambiente y refrigera hasta el día siguiente.
SEGUNDO DÍA
Corta en porciones y reboza.
  1. Vuelca la crema solidificada en una superficie de trabajo limpia y retira el film.
  2. Con ayuda de un cuchillo, corta porciones del tamaño y forma que prefieras. Ten cuidado al cortar las piezas porque la crema es delicada.
  3. Una vez cortadas, coge una porción y reboza por harina por todos los lados. Retira el excedente.
  4. Cubre con huevo batido y coloca sobre una rejilla para que escurra el excedente de huevo. Esto nos favorecerá que no queden hebras largas de huevo al freír (este truco se lo vi a Ettore, gracias!)
  5. Una vez que tengas todas las piezas rebozadas, preparamos el aceite para freír.
Freímos la leche frita.
  1. Añade en un cazo suficiente aceite como para casi cubrir las piezas de leche frita.
  2. Coloca a calor medio alto y deja que alcance los 180ºC. Para ello, nos ayudaremos de un termómetro digital de cocina.
  3. Incorpora en el aceite 1-2 piezas de leche frita y fríe por todas las caras. Nos llevará pocos segundos tenerlas listas. Si el aceite tiene la temperatura adecuada, enseguida cogerán un bonito color dorado.
  4. En caso de que no os apañéis bien con varias a la vez, os recomiendo freírlas de 1 en 1.
  5. Sacamos y colocamos sobre una bandeja forrada con papel de cocina, de ese modo retiraremos el excedente de aceite.
Rebozamos con azúcar y canela.
  1. Una vez que hayamos frito todas las piezas, procedemos a cubrir con azúcar y canela.
  2. En un plato o fuente amplia, añadimos azúcar y canela al gusto. Mezclamos muy bien.
  3. Rebozamos la leche frita cubriendo todas las caras con la mezcla. Retiramos el excedente y colocamos en un plato o fuente.
  4. Servimos.
  5. NOTA: Os aconsejo rebozarlas con la mezcla de azúcar junto antes de servir. De lo contrario, la leche frita "absorberá" el azúcar y su apariencia será igual que cuando la sacamos del aceite. Y si volvemos a rebozar, estarán demasiado dulces.

Notas

Seguramente ya tenéis preparadas un montón de recetas para elaborar durante la Semana Santa. Pero, no olvidéis hacer un hueco a la Leche Frita casera. Esta siempre nos sacará una sonrisa, os lo prometo. Su sabor, textura, aromas... Es un bocado perfecto para finalizar una comida y acompañar un buen café. No se me ocurre un postre mejor que este para disfrutar durante estos días de Pascua que nos esperan. Espero que os animéis a prepararla en casa y ¡me contéis qué os ha parecido! ¡Os deseo un domingo maravilloso! Un abrazo, Eva Fuentes: Murcia Guía Este post contiene enlaces afiliados.
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