Tostas de pesto con Kale y crema de jengibre
Aprovechando la última vez que compré kale, me organicé un par de recetas para darle buen uso. La primera, que os dejé hace un par de semanas, los rollos de Kale con salsa de macadamia y lima y esta segunda que es de rechupetearse los dedos llegando hasta casi el codo!! un pesto de kale con el que os dejo estas tostas de pesto con kale y crema de jengibre.
Esto es, esto es… ¡un dejarme sin palabras! No tenía bastante con el pesto, que adoro hasta el séptimo cielo, que ahora me he creado una nueva necesidad de la que no me podré desprender jamás… El sabor que tiene es ESPECTACULAR, el sabor de la albahaca (maravilloso), el tomillo limón, el kale, los piñones, las almendras, el parmesano… ¡qué gran unión! Tan fresco, intenso, embriagador… eso fueron lo que me dijeron mis papilas gustativas y yo, por supuesto, las creo 😉
Pero si vamos más allá, que se puede, acompañamos esta maravilla con una crema de jengibre. La combinación no puede ser más acertada y más perfecta.
La receta que hoy os dejo es muy sencilla en cuanto a elaboración, no nos llevará más de 20 minutos el proceso entero y a cambio nos dejará una salsa muy saludable perfecta para acompañar tostas, rellenar masas, acompañar pasta, pizzas… todo aquello que se os pueda pasar por la imaginación y vuestros gustos personales.
Lo que más me gusta de hacer pesto en casa es la gran diferencia que hay entre este y el comercial, ya no solo en sabor (que es evidente) por no hablar de la cantidad de sal y azúcar es añadidos innecesarios, sino por su textura. El pesto casero no flota en cantidades desproporcionadas de aceite, tiene una consistencia untable pero con cuerpo. Perfecta.
El pesto tiene su origen en Liguria, Italia. Su base principal reside en la albahaca siendo siete el total de ingredientes que lo conforman; piñones, ajo, aceite y queso Parmesano o Grana Padano, pecorino y sal marina.
La palabra pesto proviene del genovés “pestare” que significa majar o moler en un mortero que es la manera tradicional en la que se solía elaborar.
Existen otras variantes, que sin duda probaré muy pronto, y una de las más conocidas es el pesto rojo elaborado con tomates secos, pimientos, queso, aceite y sal. En el sur del país se suelen elaborar con tomates, como el pesto Trápani que cosnta de albahaca, tomate, almendras y ajo (puede recordarnos un poco a la salsa romesco). En la Provenza elaboran una salsa similar al pesto genovés que tan solo consta de albahaca, ajo y aceite.
Muchas variedades con un único ingrediente en común, la albahaca.
Hoy os dejo una nueva versión que me tiene realmente enamorada y conocí a través de Gourmetillo , en la que realicé algunas pequeñas modificaciones para ajustarla más a mi gusto.
Espero que os guste y, por supuesto, ¡qué la probéis!
Saludos,
Eva {Mrs Hudson}
INGREDIENTES PARA EL PESTO DE KALE CON CREMA DE JENGIBRE:
Receta de Gourmetillo ligeramente adaptada.
PARA EL PESTO DE KALE:
- 6 hojas de kale grandes sin tallo
- 4 ramilletes de albahaca
- 4 ramilletes de tomillo limón
- 35 g de piñones, previamente tostados
- 40 g de almendra frita con sal
- 125 g de aceite de oliva virgen
- 100 g de parmesano
- 1 diente de ajo grande
- sal para rectificar, si se desea
PARA LA CREMA DE JENGIBRE:
- 200 g de crème fraîche
- 4 trozos de jengibre confitado troceados
ELABORACIÓN:
Comenzamos preparando el pesto de Kale.
Antes de procesar todos los ingredientes, necesitaremos escaldar las hojas de Kale.
Preparamos una olla amplia con agua, colocamos a calor medio alto y dejamos hasta que llegue a ebullición.
Mientras lavamos las hojas de Kale en agua fría, escurrimos muy bien y dejamos en una fuente o plato. Preparamos un bol con agua muy fría, incluso podemos añadir algún hielo para favorecer cortar la cocción y reservamos.
La tabla y el cuchillo de Pallarés son de Claudia & Julia.
Una vez que el agua rompa a hervir introducimos las hojas de Kale de 3 en 3 y dejaremos solo 15 segundos, retiramos del agua con ayuda unas pinzas e introducimos rápidamente en el bol de agua fría.
Repetimos el proceso con el resto de hojas.
Escurrimos bien las hojas de kale, incluso podemos secarlas ligeramente con un paño de algodón, retiramos el tallo y reservamos.
Lavamos la albahaca con agua fría y secamos con cuidado, retiramos los tallos y nos quedamos solo las hojas. Repetimos el mismo proceso con el tomillo limón, lavamos, secamos y nos quedamos solo con las hojas (con este ingrediente será algo más laborioso puesto que las hojas son muy pequeñas!)
En un procesador de alimentos añadimos las hojas de kale ligeramente troceadas junto con la albahaca, el tomillo y el aceite. Procesamos bien hasta obtener una pasta de color verde intenso.
Añadimos los piñones junto con las almendras, el parmesano y el ajo. Volvemos a procesar hasta obtener una mezcla homogénea.
Cuchillo Pallarés con mango de Boj de Claudia & Julia.
Probamos y en caso de querer rectificar de sal, lo haremos en este momento, volvemos a procesar para integrar bien. Vertemos la mezcla en un bol, cubrimos con film y reservamos hasta el momento que lo necesitemos.
Preparamos la crema de jengibre.
En un cuenco añadimos la crème fraîche junto con el jengibre confitado cortado a cuadraditos, mezclamos ambos ingredientes, cubrimos con film y reservamos en el frío hasta el momento que lo vayamos a necesitar.
Montamos las tostas.
Para preparar nuestras tostas debemos elegir un buen pan, si es de masa madre, mejor que mejor. Por mi parte os sugiero unas rebanadas de pan de tres sésamos, pan de sémola de trigo duro, pan de trigo y semillas o este pan de garbanzo.
Cortamos unas rebanadas de grosor generoso, son como más me gustan, y tostamos en el tostador.
Cuchillo untador de madera de olivo de Bérard de Claudia & Julia.
Untamos una buena capa de pesto de Kale por toda la superficie y decoramos con una cucharada, generosa también, de crema de jengibre. Finalmente decoramos con unos brotes de rábano, si lo deseamos, y a disfrutar acompañándola de una buena copa de vino.
¡Buen provecho!
CONSERVACIÓN: El pesto de kale se mantiene en perfecto estado durante dos semanas en el frigorífico en un recipiente hermético. La crema de jengibre podemos conservarla un par de días en el frío, aunque dudo mucho que pase del primer día…
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