Pastel brownie con doble chocolate

Eva 23 mayo, 2018

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Llevo unos días con un antojo de chocolate enorme. De hecho, desde hace un par de semanas, me rondaba la idea de hacer una tarta con una base de brownie con un formato más grueso del habitual, casi imitando un bizcocho. Este tipo de elaboración, tan fácil de llevar a cabo, puede darnos mucho juego si lo utilizamos de manera diferente. Además del tradicional formato al que estamos acostumbrados. De modo que de este antojo e idea, salió esta pastel brownie con doble chocolate.

Os puedo asegurar que es un tipo de receta que puede sacarnos de algún apuro puesto que es muy sencilla de hacer, a la vez que atractiva. Lo único que necesita una elaboración previa es la ganache, dado que necesita de unas horas para adquirir la consistencia adecuada para trabajar con ella.

Cambiando la visión del brownie.

¿A quién no le gusta un brownie? Creo que es complicado encontrarnos con alguien que pueda rechazar este dulce, aunque si no os gusta el chocolate… No es muy complicado. Personalmente, siempre me ha encantado. Tiene un sabor y textura increíble que combina muy bien con otro tipo de elaboraciones. Y no solo con helado, que también es un manjar de dioses.

Hace tiempo os dejé esta tarta brownie con palomitas de caramelo, en la que el relleno de esta era el propio brownie. Para llevarla a cabo necesita de una doble cocción, por un lado la masa sablée y posteriormente el brownie que vertemos sobre la masa cocida. Después solo tendremos que decorar con una ganache de chocolate y caramelo junto con unas palomitas cubiertas con caramelo.

En esta ocasión he querido hacer un formato mucho más grueso, en apariencia incluso puede parecernos un bizcocho de chocolate. Pero al probarlo podemos apreciar su característica textura fundente, cremosa, suave e increíblemente maravillosa. El tiempo de cocción es bastante más elevado al que estamos acostumbrados y la razón es el grosor de nuestro brownie.

Cuidad bien este punto porque de lo contrario podréis obtener un brownie de exterior cocido, pero interior fundente parecido al tunnel of fudge cake. Tal vez este punto de cocción pueda resultar interesante si decoramos el exterior de otra manera. Espolvoreando cacao en polvo, por ejemplo. En este caso buscamos que su consistencia sea más firme para que al cortarlo no se desmorone la decoración superior.

Decorando nuestra tarta.

Ya sabéis que, llegados a este punto, podemos elegir el tipo de decoración que prefiramos. Lo bueno del brownie es que combina genial con infinidad de ingredientes y elaboraciones, por lo que podemos utilizar desde frutas hasta ganaches de distintos tipos, cremas, merengue… Llegando a elementos más sencillos como pueden ser el cacao o azúcar glas.

En mi caso, y como os comenta al comenzar el post, llevo unos días que no hago más que pensar en chocolate. Por lo que tenía muy claro que la cobertura de este sería chocolate en distintos formatos.

Adoro el ganache de chocolate con leche y caramelo (que podéis encontrar en este post y algunos otros). Pero como ya lo combiné con brownie en otra ocasión, decidí cambiarlo para esta receta. Una ganache de chocolate 70% clásica, pero deliciosa y un chantilly de cacao.

Aquí quiero hacer una breve pausa para comentaros que jamás me ha gustado la típica crema de trufa, como yo decía de pequeña, nata con chocolate. Siempre me ha parecido sosa y poco atractiva, pero en esta ocasión, sí me ha gustado el resultado.

Preparé poca cantidad por si acaso no me gustaba mucho… Y en qué hora. Una nata montada con un punto de cacao en polvo para aportar color y un poco de sabor, aromatizado con un poco de vainilla. El resultado es fantástico.

Ingredientes

PARA EL BROWNIE:

300 g de chocolate negro 70%
250 g de mantequilla a temperatura ambiente
4 huevos L
150 g de azúcar moscabado oscuro
60 g de harina floja de repostería
120 g de avellanas
pizca de sal

PARA LA GANACHE DE CHOCOLATE:

125 g de nata líquida para montar
90 g de chocolate 70%

PARA EL CHANTILLY DE CHOCOLATE:

100 g de nata líquida para montar fría
25 g de azúcar glas
1 1/2 ó 2 cucharaditas de cacao en polvo sin azúcar
unas gotas de extracto de vainilla
arándanos frescos al gusto + una pizca de azúcar glas

Elaboración

Preparamos la ganache de chocolate.

Troceamos el chocolate, reservamos.
Vertemos la nata en un bol resistente al calor y colocamos al baño maria. Dejamos hasta que adquiera temperatura pero sin llegar a ebullición. Retiramos del calor.
Añadimos el chocolate y mezclamos con unas varillas hasta homogeneizar por completo.
Vertemos la ganache en un recipiente hermético y dejamos que enfríe a temperatura ambiente. Nos llevará alrededor de 2 horas.
Refrigeramos durante 6 horas o hasta el día siguiente.

Preparamos el brownie.

Forramos un molde de 18 cm de diámetro, reservamos.
Precalentamos el horno a 170ºC.
Troceamos el chocolate negro 70%, reservamos.
Preparamos un cazo con un poco de agua, la suficiente para generar calor pero asegurándonos que esta no toque la base del bol que colocaremos sobre él.
En un bol resistente al calor añadimos el chocolate y colocamos al baño maría, sobre el cazo con agua, a calor medio-bajo. Dejamos hasta que funda por completo.
Una vez que tengamos el chocolate fundido, retiramos del calor, añadimos la mantequilla a temperatura ambiente y mezclamos con ayuda de una espátula hasta homogeneizar por completo. Reservamos.
En un bol amplio añadimos el azúcar moscabado junto con los huevos y batimos con unas varillas durante un par de minutos para espumar ligeramente la mezcla.
Vertemos la mezcla de chocolate sobre la mezcla de huevos sin dejar de remover con las varillas, observaremos que irá adquiriendo una textura más densa.
Incorporamos la harina, previamente tamizada, y la pizca de sal e integramos con movimientos suaves y envolventes ayudándonos de una espátula de silicona. Finalmente añadimos las avellanas, ligeramente troceadas, y mezclamos de nuevo para distribuir por la mezcla.
Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante 50-55 minutos. Comprobad antes de sacarlo pinchando con un palo de madera que este está jugoso, pero no crudo.
Retiramos del horno y dejamos reposar en el molde durante 5 minutos.
Desmoldamos y dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.

Preparamos el chantilly de chocolate.

Vertemos la nata en el bol frío y comenzamos a montar con unas varillas eléctricas a velocidad 1.
Una vez que comience a tomar cuerpo, añadimos el azúcar poco a poco y sin dejar de batir. Aumentaremos la velocidad de manera gradual pero sin llegar nunca a la máxima. Lo ideal es una velocidad media.
Añadimos el cacao en polvo tamizado y seguimos batiendo.
Antes de que termine de montar del todo, añadimos la vainilla y batimos hasta que obtengamos una nata con mucho cuerpo. Cuidado de no sobre batirla o haremos mantequilla…
Cubrimos el bol con film y refrigeramos hasta el momento que vayamos a utilizarla.

Montamos el pastel brownie.

Introducimos el chantilly de chocolate en un manga pastelera con una boquilla religiosa, la mía es de Decora 795. Para decorar con el chantilly los pequeños puntos estrellados, he utilizado una boquilla estrellada Wilton 199.
Introducimos la ganache de chocolate en una manga pastelera con boquilla estrellada. He utilizado 2 tipos, Wilton 6B (más grande) y Wilton 4B (más pequeña).
Decoramos con el chantilly y la ganache de chocolate a nuestro gusto.
Rellenamos los huecos del chantilly de chocolate con arándanos frescos y espolvoreamos sobre estos con un poco de azúcar glas.
Decoramos con unos pétalos morados y servimos.

Notas

Las avellanas se pueden sustituir por nueces u otro fruto seco que os guste. El resultado será muy bueno en cualquier caso.
Controlad el tiempo de cocción del brownie ya que puede variar de un horno a otro. Recordad que debe estar jugoso, no seco, pero que al pincharlo el interior no esté crudo.
No tengo azúcar moscabado, ¿puedo utilizar panela? Sí, podéis utilizar panela. Siempre que me es posible, procuro utilizar este tipo de azúcar en lugar de azúcar refinado. Si no disponéis de este u otro similar, podéis usar azúcar moreno (aunque es azúcar teñido…) o azúcar blanco normal. En este caso, como vamos a cubrir la parte superior, no necesitamos que el acabado sea el característico del brownie, crocante, por esa razón prefiero usar el moscabado.
Si utilizáis otra variedad de chocolate que no sea 70% para elaborar la ganache, recordad que las proporciones con respecto a la nata varian dependiendo de este. De lo contrario la consistencia final no será igual.
Recordad que para montar el chantilly de chocolate la nata y el bol deben estar previamente fríos.
Si no os gusta el cacao en polvo podéis hacer una chantilly de café añadiendo este ingrediente en polvo (molido muy fino) en su lugar. El resultado será una crema de moka.
Los arándanos se pueden sustituir por otro tipo de fruta a vuestra elección; frambuesas, grosellas, moras e incluso kumquats confitados pueden quedar fenomenal.
Lo ideal es consumir la tarta con el brownie a temperatura ambiente. Cuando refrigeramos esta, el interior se endurece. Por lo que os recomiendo decorarla justo antes de servir.
Conservación: Podemos mantenerla refrigerada en un recipiente hermético durante 3-4 días. Antes de servirla, lo ideal es atemperarla para que adquiera la textura adecuada.

Este pastel brownie con doble chocolate sin duda ha sido lo mejor para combatir mi antojo de chocolate de estos días. Mucho mejor incluso que comerme una tableta de chocolate con leche, y esto ya es difícil... Otra de mis perdiciones.

Sé que a muchos de vosotros os gustan las recetas elaboradas y con procesos más largos y detallados, pero también agradecéis mucho este tipo de recetas más sencillas. Porque a pesar de que a todos nosotros nos gusta mucho dedicar y pasar tiempo cocinando, también tenemos días en los que nos apetece disfrutar de otras cosas. Eso sí, sin dejar de disfrutar de elaboraciones caseras.

De modo que espero ver vuestras tartas y me contéis que tal os ha ido con ella.

Un abrazo y feliz miércoles,
Eva