La cesta de Caperucita Roja: Mermelada Carrot Cake
CAPÍTULO 3
Adoro todas las frutas y mucho más cocinar con ellas, ofrecen muchas posibilidades en la repostería y además colman de sabor cualquier ingrediente que tocan.
Pero el mundo de las mermeladas, es un tema a parte… ¡Me encantan!
Siempre puedes probar a combinar frutas con esencias o especias, con hortalizas, infusiones…o incluso intentar hacer un sabor tan tradicional como es el Carrot Cake y convertirlo en mermelada.
¿Creéis que no es posible?, os doy mi palabra que si lo es.
Debemos variar la despensa de casa, no solo con ingredientes nuevos, si no con combinaciones diferentes y creativas! Llegar a la cocina para prepararnos el desayuno y no solo calentar el pan para las tostadas, si no disfrutar mientras lo hacemos sabiendo que nos espera una deliciosa mermelada para acompañarlas. Alegrarnos el día desde las cosas más simples.
Como ya os podréis imaginar, combina perfectamente con cualquier pan dulce o incluso croissants, scones…su sabor es realmente sorprendente.
Te invaden los aromas desde que abres el frasco hasta que la saboreas, es de esos sabores que se quedan grabados en el paladar.
El Carrot Cake es un pastel en el que destacan las notas de especias, en este tipo de mermelada os encontraréis en una situación muy similar.
Quien no haya probado este tipo de pastel, puede extrañarle el hecho de encontrar zanahoria en una elaboración dulce.
Pero estas hortalizas se han usado en repostería desde la época medieval, tiempo en la que los edulcorantes eran escasos y caros.
Como las zanahorias contienen más azúcar que cualquier otro vegetal (además de la remolacha azucarera) y eran fáciles de conseguir, se utilizaban mucho para hacer postres dulces.
Los orígenes del Carrot Cake no están muy claros.
Se cree que puede provenir de la familia Picascio, cuya ascendencia es italiana.
La popularidad del Carrot Cake fue revivido probablemente en Gran Bretaña a causa de racionamiento durante la Segunda Guerra Mundial.
Llegaron a los restaurantes y cafeterías en Estados Unidos en la década de 1960. Fueron la novedad y tuvo una maravillosa acogida, tanto, que se convirtió en un postre estándar.
En 2005, el estadounidense con sede en Food Network creó su característico glaseado de crema de queso.
Otra historia indica que tras la Segunda Guerra Mundial hubo un exceso de zanahorias en conserva en los Estados Unidos. Un hombre de negocios llamado George C. Page, contrató a maestros panaderos para encontrar usos para las latas de zanahorias. De alguna manera él promovió la idea del Carrot Cake para ayudar a crear una demanda del producto.
Siempre es curioso e interesante conocer la procedencia de lo que saboreamos y toman presencia en nuestras mesas, aunque en este caso sea una versión adaptada a mermelada de la receta original.
He pensado que sería una buena opción para acompañar los tiernos panes de leche que tuvimos ayer.
Ahora solo nos queda preparar los ingredientes y ponernos a elaborar esta mermelada para acompañar nuestros desayunos o meriendas.
Vamos con ello…
La receta la encontré en One Hundred Dollars a Month y ahora la podéis disfrutar gracias a él.
INGREDIENTES PARA 2 FRASCOS DE 300 G APROX:
- 300 g de piña natural y limpia
- 112 g de zanahoria en tiras finas
- 112 g de peras peladas y limpias tipo Conferencia
- 1 y 1/2 cucharadas de zumo de limón natural (1 y 1/2 Tbsp)
- 1/2 cucharadita de canela molida (1/2 Tsp)
- 1/8 cucharadita de clavo de olor molido
- 1/8 cucharadita de nuez moscada
- 350 g de azúcar granulado (si preferís una mermelada no muy dulce, reducir la cantidad de azúcar a 275-300 g)
ELABORACIÓN:
Pelamos y cortamos todos los ingredientes. La cantidad que indicamos en la receta es la que debemos tener lista para utilizar.
La zanahoria podemos trocearla a nuestro gusto; en tiras finitas, cuadraditos o si preferimos podemos rallarlas. En mi caso he preferido en tiras finas ya que me gusta verla y saborearla.
En una olla amplia introducimos la fruta junto con la zanahoria, el zumo de limón y las especias. Colocamos a fuego medio alto hasta llegar a ebullición.
Una vez tengamos los ingredientes en punto de ebullición, mantenemos durante 2 minutos y reducimos el fuego a calor medio-bajo.
Incorporamos el azúcar y cubrimos ligeramente con una tapadera, dejamos al calor durante 20-25 minutos removiendo de vez en cuando.
Observaremos que saldrá por la superficie una ligera capa de espuma, la retiramos con ayuda de una cuchara.
Transcurrido este tiempo, comprobamos que los ingredientes están tiernos (la pera y la piña), de no ser así mantendremos en el calor durante 5 minutos más pero siempre vigilando y removiendo para que este no se adhiera.
La zanahoria dada su textura no queda blanda, tendrá un ligero tacto crujiente.
Una vez tengamos lista nuestra mermelada, retiramos del calor e introduciremos en los frascos que tendremos preparados. Cerramos con la tapadera y colocamos boca abajo hasta que enfríen completamente.
Debemos tener mucho cuidado de no quemarnos ya el el cristal tomará muchísima temperatura.
De esta manera haremos el vacío en los botes, aunque si queremos asegurarnos bien, podemos hervirlos durante 25 minutos sin que llegue el agua a la tapadera, colocándolos boca-abajo una vez haya transcurrido el tiempo de cocción para que enfríen.
De este modo podemos conservarla en nuestra despensa hasta casi 1 año.
Una mermelada diferente, llena de vitaminas e inmersa en un mundo de aromas.
¿Compartimos ahora un panecillo de leche?
Para ver el inicio del cuento, podéis hacerlo aquí.
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