Grissini estirados de las Simili
Si os gusta hacer pan en casa pero aún no os habéis decidido a dar ese gran paso porque os encontráis frente a recetas que os dan un poco más de reparo llevarlas a cabo, o apenas tenéis tiempo para realizarlo… hoy os traigo la solución a estos inconvenientes. Os dejo como hacer grissini estirados de las Simili.
¿A quién de vosotros no le gustan los grissinis? Una pan alargado, muy fino, de corteza extra crujiente e interior ligeramente tierno en las zonas más gruesas y crocante en las más finas, con una superficie cubierta de sémola, acompañado de una buena mantequilla, un extraordinario queso, unas buenas lonchas de jamón serrano… Es imposible que me digáis que no, me niego a creer que podéis decir que no a eso. Incluso se podría decir que es el pan por excelencia para los más pequeños, ¡les gusta a todos!
Pero además cuenta con otra ventaja que sé os va a encantar… no lleva masa madre, tan solo una pequeña cantidad de levadura comercial (que sé que este punto es favorable para muchos de vosotros), tiene un proceso muy sencillo de ejecución, el tiempo de levado es bastante reducido, el formado es sencillísimo y el tiempo de horneado no supera la media hora… Vamos, que si os animáis esta tarde mismo en un rato estaréis merendando/cenando estos exquisitos grissinis estirados de las Simili.
El origen de los grissinis está un poco discutido. Hay muchas leyendas al respecto pero uno de los relatos parece el más verosímil. Se dice que en la segunda mitad del s. XIX el rey Víctor Manuel II de Italia pidió al panadero de la corte que creara los grissinis para tratar los problemas digestivos de su hijo menor, Víctor, el Conde de Génova. El rey creía que un pan con ausencia de miga facilitaría las digestiones de su hijo. tuvo muy buena acogida por parte del hijo del rey, quien empezó a consumirlo de manera habitual.
Pronto se corrió la voz de esta nueva variedad de pan consumido en la corte, fue entonces cuando los panaderos de Turín y, más adelante Piamonte, acogieron esta elaboración como suya y se hizo popular y tradicional de la gastronomía italiana.
Otros estudios gastronómicos sitúan la aparición de los grissinis con anterioridad, en el s. XVII en Piamonte y vinculados a la corte Saboyana. Hay una carta escrita por el sacerdote florentino Vicente Rucelli del año 1643 que escribió cuando se encontraba en Turín y citaba “en este lugar he degustado una especie de pan, de forma extraña, fino, más largo que un brazo y tan sutil como los huesos de un muerto“. Esta descripción se ajusta perfectamente a lo que nosotros conocemos como grissinis.
Entre los años 1679 y 1678 hubo una gran epidemia en todo Piamonte, el Duque de Saboya, Víctor Amadeo II futuro rey de Sicilia y Cerdeña, formó una comisión junto con el alcalde de Turín, dos consejeros, dos senadores y cuatro panaderos, que se comprometían a elaborar un pan muy bien cocido y sin nada de humedad, que es como los médicos recomendaban tomar el pan aliviar el malestar digestivo. Uno de estos panaderos, Antonio Brunero, presentó estos bastoncillos crujientes. Su propuesta fue aceptada por la comisión y se le denominó “ghersin“, palabra piamontesa que identifica el sonido que se hacía al consumirlo, de donde evolucionó hasta grisín.
Con el paso del tiempo se popularizó en toda Italia llegando incluso a Francia, donde se dio a conocer muy rápidamente. Napoleón los denominaba “petit batons de Turín” y era habitual consumirlos en las recepciones de la nobleza. El éxito alcanzó tal extremo que se quiso ayudar a los famosos grissinieri piamonteses a establecerse en París, pero estos se negaron porque no estaban dispuestos a compartir sus conocimientos.
Tres décadas después, todos los panaderos de los países mediterráneos tenían sus propias fórmulas del grisín torinés, grissini estirado, y pronto fue aceptado por las cortes europeas.
La receta que comparto con vosotros es la que las hermanas Simili nos dejan en su fantástico libro “Pan y dulces italianos” (Pane e roba dulce). Que deciros que espero que os animéis con ellos y ¡los disfrutéis mucho!
Saludos,
Eva {Mrs Hudson}
INGREDIENTES PARA 23 GRISSINIS ESTIRADOS DE LAS SIMILI APROX.:
- 250 g de harina de tres maltas de Shipton Mill*
- 250 g de harina 1878*
- 260 g de agua (si la masa es muy seca podemos añadir un poquito más)
- 4 g de levadura seca de panadero
- 8 g de sal
- 50 g de aceite de oliva
PARA PINTAR:
- aceite de oliva
- sémola para espolvorear
* La receta original está elaborada con una harina 00 que nos equivaldría a una harina de fuerza o media fuerza a la que añaden 1 cucharadita de malta de cebada (no diastásica, lo que queremos es aportar sabor y color). Si no tenéis harinas como las que os especifico en los ingredientes, se pueden cambiar por la opción que ellas nos dejan.
ELABORACIÓN:
En un bol amplio añadimos las harinas junto con el agua y la levadura, amasamos hasta obtener una masa compacta y homogénea. Añadimos la sal y volvemos a amasar hasta integrar bien todos los ingredientes.
La cantidad de agua puede variar un poco dependiendo de la absorción de las harinas utilizadas.
La masa no debe tener una consistencia demasiado hidratada pero tampoco muy seca. Debemos poder manipularla fácilmente y sin problemas pero que no se nos adhiera a las manos.
Pasamos la masa a una superficie de trabajo y comenzamos a amasar realizando el amasado duro hasta obtener un buen desarrollo. Para saber si nuestra masa está lista podremos realizar la prueba de la membrana, recordad hacedlo siempre tras un reposo. Si lo hacemos nada más terminar de amasar, la masa estará tensa y corremos el riesgo de que se desgarre.
Una vez que tengamos el gluten, más o menos bien desarrollado, comenzaremos a añadir el aceite. Lo haremos en pequeñas tandas y amasando hasta integrarlo por completo antes de proceder a añadir más cantidad. Una vez que tengamos todo el aceite integrado en la masa, trabajaremos hasta obtener una textura homogénea.
Introducimos en un bol, ligeramente engrasado, tapamos con film y dejamos levar alrededor de 1 ó 1 y 1/2 horas. Esta deberá doblar su volumen.
Formamos los grissinis.
Preparamos dos bandejas y forramos con papel de horno, reservamos. Precalentamos el horno a 200ºC con calor arriba y abajo. Si disponéis de piedra/plancha de acero podéis utilizarlos para hornearlos. Recordad precalentar el horno con ella en su interior situada una posición por encima de la más baja del horno. en caso de no tener ninguna de ellas, podéis hornearlos sobre una bandeja de horno sin problemas.
Sacamos la masa del bol y desgasificamos suavemente.
Los colores de la camiseta fue pura coincidencia… me di cuenta ¡al editar las fotos!
Pasamos a una superficie de trabajo limpia. Con ayuda de un rodillo estiramos la masa hasta obtener un rectángulo de 35 x 20 cm aproximadamente.
Para cortar los grissinis nos ayudaremos de una rasqueta de acero o un cuchillo muy afilado, cortaremos tiras (por el lado más corto) de un grosor de 1 cm.
Colocamos los grissinis sobre las bandejas estirando ligeramente hasta obtener la longitud del lado más corto de la bandeja.
Pincelamos con aceite de oliva y espolvoreamos con sémola. Introducimos en el horno y dejamos durante 22-25 minutos, estos deben quedar ligeramente dorados.
Sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Estos grissinis son una delicia con cualquier cosa que los queramos acompañar; salsas tipo dip, queso, mantequilla, jamón serrano… Incluso solos son un ¡auténtico manjar!
CONSERVACIÓN: Una vez que estén fríos se pueden guardar en una bolsa tipo zip para mantener su textura crujiente durante 5-7 días. Pasado este tiempo pueden perder ese característico crujiente exterior.
Fuentes de información: La gallofa, Culinaria Italia (H.F. Ullmann)
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