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Tarta de queso con toffee y naranja asada

Que el tiempo pasa rápido es algo que solo tomamos consciencia de ello cuando superamos la niñez. Siempre recuerdo una anécdota de cuando era muy pequeña, estaba en mi casa viendo Pippi Calzaslargas (me requetechiflaba y lo sigue haciendo), y en el primer capítulo  se presentaban los personajes e iban diciendo su edad.

Tommy decía que tenía 9 años, con una seguridad en sí mismo inmensa porque era muy mayor,  y presentaba a su hermana Annika diciendo – Y esta es mi hermana Annika, solo tiene 8…-. Bien, pues yo tenía 8 años y pensaba, ¡¡qué poquito me queda para ser como Tommy!! Madre mía todo lo que ha llovido desde entonces.
Parecía que nunca iba a ser mayor, el tiempo era una auténtica eternidad y pasaba súper despacio… Qué lástima que esa sensación no perdure en el tiempo porque a día de hoy puedo decir que cada año pasa más rápido que el anterior.

Lo mismo pensaréis ¿a qué se debe todo este rollo?… Pues es que hoy ¡es mi cumpleaños! y no me caen nada más y nada menos que 35 añazos, así y sin saltarme ninguno. Por un lado me siento en esa franja entre la “juventud” y madurez suprema (léase como adulta), lindando con el 4 para ganar posiciones. Pero por otro lado, me siento como si tuviera 22 años, muy activa, con ganas de comerme el mundo y prácticamente igual que hace 13 años (así dicho, son un porrón). De todos modos tendremos que quedarnos con lo importante y es que sigan pasando los años, aunque sean rápido, para poder seguir celebrándolo con los que más quiero. Ahí entráis vosotros ¿eh? 😉

Tenía pensado hacer una tarta helada para este día, pero me faltan horas, a mi con 24 no me dan para todo lo que tengo que hacer. De modo que os traigo una mucho más sencilla pero buenísima, una tarta de queso con toffee y naranja asada.

No podía dejar pasar este día sin celebrarlo con vosotros pero todo lo que tenía en mente era una misión imposible porque en ese caso debería quitarme las 8 horas de sueño. De modo que pensé en una variedad de tarta que me gusta mucho, aunque esto ya lo sabéis, que son las tartas de queso. Me gustan en todos sus formatos, sabores y combinaciones posibles. Además se hacen muy rápido y podemos consumirlas bien fresquitas en esta época del año.

Hace unos días vi una tarta que os dejo en Taste.com.au y me encantó. Caramelo y naranja sobre una tarta de queso… esto era una receta obligada a probar. Varié algunas cosas como aromatizar más aún la tarta a naranja, de lo contrario estaría simplemente de adorno en la superficie, y el resultado es buenísimo. Una tarta que tardamos muy poquito en hacer, que podemos consumir fresquita y que tanto el sabor como la textura es increíble. No se me ocurría mejor opción que esta para dejaros 🙂

Además, en caso de que no os gusten las naranjas podéis variarlo por otro cítrico o incluso otra fruta sin mayor problema.

Quiero daros las gracias por estar otro año más celebrando mi cumpleaños, acompañándome a soplar las velas y ¡qué vengan muchos más!

Besos grandes para todos,
Eva {Mrs Hudson}

INGREDIENTES PARA UN MOLDE DE 25 CM:

PARA LA BASE:

PARA LA TARTA DE QUESO:

PARA EL TOFFEE DE NARANJA:

PARA DECORAR:

ELABORACIÓN:

Preparamos el toffee de naranja.

Lavamos, secamos y rallamos las naranjas sin llegar a la parte blanca (nos amargaría). Reservamos.

En un cazo añadimos el azúcar y lo ponemos a fuego medio sin dejar de remover. Tenemos que tener cuidado de no sobrepasar el tiempo expuesto al calor, de lo contrario el caramelo nos amargará.

Cuando obtengamos un color dorado incorporamos la nata, la mantequilla, la ralladura de naranja y el extracto.

Tened cuidado ya que el cambio de temperatura de la nata y la mantequilla si no están a temperatura ambiente genera vapor que puede quemaros.

Reducimos a fuego bajo sin dejar de remover hasta disolver completamente todos los ingredientes, deberemos obtener una mezcla homogénea y sin grumos.

Pasamos a un frasco de cristal, dejamos enfriar a temperatura ambiente y sin cerrar.

Nos sobrará cantidad de toffee, pero siempre podemos reservarlo para acompañar helados, bizcochos, macarons, galletas…. infinidad de elaboraciones 😉

Preparamos la base de la tarta de queso.

Preparamos un molde desmontable de 25 cm de diámetro.

Fundimos la mantequilla, reservamos.

En un procesador de alimentos añadimos las galletas y trituramos. Volcamos a un bol e incorporamos la almendra molida junto con la mantequilla fundida y la ralladura de naranja. Mezclamos con ayuda de una espátula de silicona.

Vertemos la mantequilla fundida y mezclamos hasta homogeneizar.

Repartimos la mezcla por la base del molde y presionamos para compactar la mezcla. Nos ayudaremos de un vaso para conseguir que quede uniforme. Introducimos en el frigorífico mientras preparamos el relleno.

Preparamos la tarta de queso.

Precalentamos el horno a 150º C con calor arriba y abajo.

En el vaso de la Kitchen Aid o bien en un bol amplio si vamos a realizarlo a mano, incorporamos la crema de queso junto con el azúcar, mezclamos con la pala durante unos 3 minutos para incorporar aire y homogeneizar ambos ingredientes.

Añadimos los huevos de uno en uno y mezclando muy bien tras cada adición. No añadiremos el siguiente hasta que el rimero esté completamente integrado.

Si lo realizamos a mano nos ayudaremos de unas varillas eléctricas para suavizar la mezcla.

Sacamos el molde del frigorífico y vertemos la mezcla de queso sobre ella, golpeamos muy suavemente para asentar la mezcla y expulsar las posibles burbujas de aire.

Con ayuda de una cuchara dispondremos por la superficie pequeñas cantidades del toffee de naranja, procuraremos realizar trazos, no dejar caer una cantidad en un mismo sitio.

Con ayuda de un cuchillo dibujaremos surcos por la superficie de modo para integrar el toffee con a mezcla de la tarta de queso.

Introducimos en el horno, a media altura, y horneamos alrededor de 75 minutos o hasta que observemos una textura firme en la superficie pero con un ligero tambaleo si la movemos.

Apagamos el horno y dejamos enfriar por completo dentro del horno con la puerta entreabierta.

Una vez que esté fría, guardamos en el frigorífico durante toda la noche (sé que es un poco sufrimiento aguantar tantas horas sin probarla, pero merecerá mucho la pena 🙂 )

Al día siguiente preparamos las naranjas asadas.

Cortamos en rodajas finas la naranja. Una vez que tengamos toda laminada, con ayuda de un cuchillo cortamos toda la cáscara y parte blanca de la naranja, de este modo resultará mucho más fácil laminarla sin que nos pierda la forma y parte del zumo.

Colocamos sobre una bandeja forrada con papel de horno, disponemos un poco de miel sobre ellas o azúcar moscabado, lo dejo a vuestra elección, e introducimos en la parte superior del horno con la opción grill durante unos 5 minutos. Deberemos observarlo de vez en cuando para evitar que se dore en exceso.

Sacamos y dejamos enfriar completamente.

Estamos a un paso de disfrutar de nuestra maravillosa tarta… Sacamos del frigorífico la tarta de queso, desmoldamos y decoramos con las rodajas de naranja asada.

Ahora solo queda dedicarnos unos minutos de felicidad y placer absoluto, un trozo de esta tarta, un vaso de limonada casera, té helado, café con hielos… ¡lo que deseéis!, nuestro rincón preferido de casa y no dejéis de sonreír 🙂

¡Buen provecho!

La tabla de madera es de Claudia&Julia.

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