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Rocky Road Tart & Strawberry Milkshake

¡Cuánto tiempo llevaba deseando hacer un post relacionado con los años 50! He de reconocer que adoro esta época, su estilo, diseño, música… me enamora este entorno y me identifico con muchas cosas de aquel momento. Así que hoy nos ponemos vestidos entallados de cintura, amplio vuelo con tul, pintamos nuestros labios rojo carmín y bailamos al son de Paul Anka, Bill Haley, Connie Francis, Barry Manilow, The Four Aces o The Platters!

Me parecen unos años muy entrañables, como si viviéramos en una eterna película en la que todo siempre va bien. Solucionando todos aquellos baches con una amplia sonrisa, cantando y bailando, que en más de una ocasión quisiera poder hacerlo para sobrellevar muchos momentos de la vida. Pero como no puede ser, por lo menos no nos van a quitar el placer de hacer lo que realmente nos gusta y del modo que mejor nos sintamos.

Siempre tengo música puesta en casa pero desde que he estado preparando este post, tanto yo como mi familia y mis queridos vecinos, han soportado largas horas de música de los años 50! Maravilloso para mí y no sé cuanto para ellos, eso sí, la sonrisa no me ha faltado en ningún momento para alegrarles el día 😉

Hoy os traigo una maravillosa tarta, muy fácil de elaborar, sencilla en ingredientes y con ese estilo retro tan peculiar. Rocky Road Tart, marshmallows, chocolate y almendras ¿seguimos?

El origen de esta tarta viene del tradicional Rocky Road Ice Cream. Según las fuentes esta mezcla nació en marzo de 1929 por William Dreyer (propietario de la empresa de helados Dreyer´s, y actual filial de Nestlé, junto con su amigo Joshep Edy), en Oakland, cuando se disponía a tomar un helado de chocolate. Cortó con las tijeras de costura de su mujer unos malvaviscos y nueces para añadirlos al helado. Fue en aquel momento cuando nació una nueva variedad de helado. Su amigo Joshep Edy decidió introducirlo en el catálogo de productos.

Años más tarde se sustituyeron las nueces por almendras tostadas además de ponerle este nombre tan llamativo, según ellos “para darle a la gente un motivo para sonreír en medio de la Gran Depresión “, el desplome de Wall Street también conocido como “Martes negro” (Wall Street Crash).
A finales de octubre de 1929 ocurrió la más devastadora caída de bolsa en la historia de los Estados Unidos. Años llenos de riqueza y excesos llevaron a esta catástrofe que marcó el comienzo de los 10 años de la Gran Depresión afectando a todos los países industrializados occidentales.

Frente a esta versión se encuentra la contrapuesta de Fentons´s Creamery quienes aseguran que William Dreyer basa su receta en la de su amigo George Farren, propietario de Fenton´s, quien mezcló su propia barra de chocolate al estilo Rocky Road en el helado. La única variedad que añadió Dreyer según George F. fue cambiar almendras por nueces.

Con el paso de los años esta variedad ha sido llevada a bars y tartas, como la que hoy podremos disfrutar. Ingredientes que gustan a todos y a pesar de parecer extraños en una tarta dan muy buenos resultados.
Sí, me refiero a los marshmallows del relleno. Al verlo pensaremos que no puede estar bueno dentro de una tarta, pero os garantizó que para nada es lo que podamos esperar ni imaginar. El resultado es como encontrar pequeños pedacitos de merengue dentro del chocolate… ¡tentador!

Y para rematar, lo acompañaremos de un batido de fresa natural; fresas, leche, nata y muy poco azúcar. Nada mejor para sobrellevar este día gris hasta el fin de semana.

Yo pienso sonreír y bailar todo el día, espero que tú también.
Al final del post os dejo un vídeo con una canción de Frank Sinatra, “Castle Rock “, por si queréis que os haga compañía mientras leéis el post.

Saludos,
Mrs Hudson.

INGREDIENTES PARA UNA TARTA DE 26 CM DE DIÁMETRO:

PARA LA BASE:

PARA EL GANACHE DE CHOCOLATE: (Receta de Martha Stewart)

PARA EL MERENGUE:

PARA 2 BATIDOS DE FRESA NATURAL:

ELABORACIÓN: 

Comenzamos preparando la tarta.

Preparamos la base de la tarta.

En un bol incorporamos la almendra molida junto con la harina y la pizca de sal.

Rallamos la mantequilla para poder integrarla mejor. Una vez lista, la añadimos a la mezcla de harina y comenzamos a integrar con las yemas de los dedos los ingredientes hasta obtener una mezcla arenosa.

Añadimos el azúcar y el huevo, mezclamos ligeramente. Pasamos la masa a una superficie de trabajo y terminaremos de trabajar la masa realizando una técnica que se llama fraisage.

Apoyamos el “talón” de la mano sobre la masa y deslizamos hacia delante poco a poco la masa de modo que se vaya amalgamando pero sin obtener un resultado elástico. Podemos ver el proceso de elaboración en este vídeo.

Una vez que sea homogénea formaremos un disco, cubrimos con film e introducimos en el frigorífico durante mínimo 1 hora.

También podemos elaborarla el día anterior y dejarla en el frigorífico durante toda la noche. Al día siguiente sacaremos la masa un poco antes para atemperarla y poder estirarla sin problemas.

Horneamos la base.

Precalentamos el horno a 180º C con calor arriba y abajo.

Espolvoreamos ligeramente una superficie de trabajo con harina y con ayuda de un rodillo estiramos la masa procurando estirar algo más de el diámetro de nuestro molde. Debemos dejarla fina.

Para facilitarnos el trabajo, también podemos estirar la masa sobre un papel de horno de modo que para colocarlo sobre el molde solo deberemos volcarlo, con mucho cuidado, sobre este.

Pasamos la plancha al molde y presionamos con la yema de los dedos muy suavemente para ajustarla a este, de momento no debemos preocuparnos por los bordes, simplemente la ajustamos.

Una vez que tengamos la masa sobre el molde pasaremos el rodillo por la superficie del molde, el borde. De este modo retiramos el excedente de masa y el corte de la masa quedará completamente lisa.

Cubrimos  con papel de horno y colocamos encima pesos o legumbres (en mi caso tengo un bote de judías destinadas para esta función). Introducimos en el horno a media altura y dejamos 15 minutos.

Transcurrido este tiempo retiramos el papel de horno con los pesos encima y volvemos a introducir en el horno entre 12-15 minutos para terminar su cocción. Sacamos y dejamos enfriar completamente en el molde.

Preparamos el relleno.

En un mortero trituramos muy ligeramente las almendras, reservamos.

Trocearemos el chocolate negro con ayuda de un cuchillo. En un cazo incorporamos la nata y colocaremos al baño maria hasta que llegue casi a ebullición. De este modo podremos despreocuparnos de vigilar que no se queme y se adhiera a la base del cazo mientras alcanza la temperatura deseada.

Una vez alcanzado el punto de ebullición de la nata retiramos del calor y añadimos el chocolate troceado mientras removemos con ayuda de unas varillas. Añadimos las yemas y seguimos mezclando hasta obtener una mezcla suave y homogénea.

Volcamos los marshmallows y las almendras en el ganache, mezclamos para distribuir de manera homogénea.

 

Vertemos la mezcla sobre la base de la tarta (que seguirá dentro del molde), si fuese necesario alisamos con ayuda de una espátula o pala e introducimos en el frigorífico hasta el día siguiente.

Preparamos el merengue.

Elaboraremos un merengue italiano, solo que para darle mayor consistencia terminaremos poniéndolo al calor como realizaríamos un merengue suizo.

Disponemos un cazo para preparar el almíbar, incorporamos el agua y el azúcar. Colocamos a fuego medio.

Nos sería útil tener un termómetro de cocina, debemos retirar cuando alcance los 118ºC  para incorporar a las claras montadas pero no secas.
De no disponer de termómetro deberemos conseguir el llamado punto de hebra. Una vez colocado en el fuego dejaremos transcurrir 2 minutos aproximadamente

¿ Cómo sabremos cuando estará listo ?, sencillo.
Cogeremos un poco previamente con una cuchara y con mucho cuidado con los dedos mojados en agua fría, cogeremos una pequeña parte con ambas yemas y al separarlas ha de quedar una hebra fina, este es el punto exacto para nuestro almíbar.

Empezamos a montar las claras, las incorporamos en un bol que soporte el calor y le añadimos el cremor tártaro (nos ayudará a que monten mejor).

Seguimos batiendo las claras, deben estar casi montadas, firmes pero no secas.

El almíbar estará listo en lo que tardamos en montar las claras. Quizás terminemos un poquito antes pero estas nos aguantaran en lo que terminamos de tener el almíbar listo.

Incorporamos el almíbar en un hilo fino a las claras montadas y batiendo a la vez con ayuda de unas varillas eléctricas. Nos quedará un merengue muy brillante.

Procedemos a poner sobre un cazo con agua para seguir montando al baño maria (esta no debe llegar a hervir nunca ni tocar el bol), lo haremos durante 3-4 minutos.

Observaremos que el merengue toma mucho cuerpo y es muy firme. Dejamos reposar 2-3 minutos antes de decorar la tarta.

Introducimos el merengue en una manga pastelera con una boquilla estrellada. Disponemos pequeños copetes por toda la superficie de la tarta.

Por último damos un ligeros toques con el soplete para darle un suave color tostado a la superficie.

Preparamos el batido de fresa.

Lavamos muy bien las fresas, retiramos el rabito, troceamos ligeramente e introducimos en una batidora de vaso. Añadimos la leche, el chorrito de nata (podéis omitirlo si deseáis) y el azúcar (siempre a nuestro gusto). Batimos bien hasta obtener una textura cremosa.

Refrigeramos durante 1 hora si lo deseamos. Si utilizamos todos los ingredientes del frío podremos tomarlo en el instante.

Montamos la nata.

En un bol que previamente enfriado en el frigorífico (nos ayudará a montar mejor la nata) incorporamos la nata líquida muy fría. Comenzamos  a batir a la velocidad más baja. Esto tomará alrededor de 4 minutos.

Cuando observemos que está casi montada, incorporamos el azúcar poco a poco mientras seguimos batiendo. Sabréis que está bien montada cuando tome cuerpo, podréis voltear el bol y se quederá firme. No debéis pasaros batiendo ya que se convertirá en mantequilla.

Guardamos en el frío hasta el momento de preparar los batidos. 

Ya solo nos queda rellenar los vasos con el batido, decorar con nata montada y una pajita con una fresa o una cereza, eso lo dejo a vuestra elección 😉

¡Buen provecho y feliz vuelta a los años 50!

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