¿Qué llevaba Caperucita Roja en su cesta?

¿Qué llevaba Caperucita Roja en su cesta?

Eva 14 abril, 2013

La vida comienza con cuentos, nos llenan los días de ilusión y sueños. A medida que crecemos, ansiamos realizarlos y cuando alcanzamos la plena madurez, soñamos con haberlos cumplido.
En realidad , todos vivimos en uno, el cual escribimos a medida que pasan los días.

Así comienza la historia de Caperucita Roja, una pequeña niña que forma parte de nosotros desde comienzos de nuestra infancia.

Dulce, obediente, cariñosa, rebosante de energía y preocupada de su abuelita, cada tarde preparaba la merienda para disfrutar en compañía de esta.
Recorría un largo camino, atravesando bosques, caminos solitarios inundados de árboles frondosos, vegetación y cristalinos riachuelos.
Incluso en alguna ocasión tenía que evadir inesperados peligros que dificultaban la llegada a su destino.

A ella no le importaba ya que sabía que su querida abuelita deseaba que llegara cada tarde para compartir las maravillosas meriendas que le preparaba su pequeña nieta.
Siempre había gran variedad, procuraba innovar a cada dulce que le preparaba utilizando ingredientes naturales y frutas.
Le encantaban las recetas clásicas, con sabores de siempre, aunque adoraba los pequeños matices innovadores que añadía sutilmente.
Acompañaba todos sus dulces de una porción enorme de amor y cariño que transmitía a su abuelita cada momento que pasaba y compartía con ella.
El día preferido de la delicada anciana, era el viernes, ese día siempre era especial. Llevaba la pequeña cesta repleta de dulces que le duraban para disfrutar en el desayuno de los siguientes días.

Pero…¿alguna vez os habéis parado a pensar que es lo que llevaba Caperucita Roja en su cesta?
¿Qué sería aquello que su abuelita ansiaba recibir y disfrutar en compañía de su pequeña nieta?
A partir de hoy podremos ver que transportaba aquella cesta, esos dulces tan especiales que hacían aparecer las mejores sonrisas de esta querida mujer.

Pasaron algunos años y como cada día, Caperucita despertaba y antes que los primeros rayos de sol invadieran la casa a través de las ventanas comenzaba a preparar sus masas. Grandes dosis de cariño hacían de ella una de las mejores reposteras del pueblo.

Su madre siempre la había dicho:

– Todo aquello que se hace desde nuestro interior y con amor, es capaz de transmitirse y pasar a formar parte de la persona a quien se lo damos –

Su anciana abuelita, era muy mayor y pese a su gran fortaleza, el tiempo le arrebataba a su paso parte de esta.

– ¡El amor todo lo cura! – pensaba Caperucita.

Por eso cada día, daba lo mejor de ella para devolverle aquel pedazo de fuerza que el tiempo le robaba a su camino.

Nuevamente llegaba el día preferido por su abuelita, y tras pasar la noche pensando que hacerla, a la mañana siguiente, sin perder ni un solo segundo de su tiempo se ponía manos a la obra.

– ¡Esta noche me ha irrumpido una lluvia de ideas! – le dijo a su madre.

Caperucita cogió todos los ingredientes necesarios y comenzó a elaborarlas…

¿Queréis compartir con ellas esta dulce merienda?
CAPÍTULO 1: Mugis o Lazos de Crema
CAPÍTULO 2: Pan de leche – Pain au lait
CAPÍTULO 3: Mermelada Carrot Cake
CAPÍTULO 4: Galletas de almendra con limón o moras
CAPÍTULO 5 Y FINAL: Tarta de manzana como en los cuentos

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