Pastel salado de morcilla, pera y piñones
Hace tiempo os dejé un pastel salado, con el que disfruté muchísimo durante el proceso, y supe que sería un tipo de elaboración que volvería a repetir en el futuro. Es cierto que es una de esas recetas que requiere algo más de tiempo y paciencia que otras, pero que una vez que la terminas… Sientes una gran satisfacción. Hoy os dejo este Pastel salado de morcilla, pera y piñones que, ya os adelanto, sé que vais a disfrutar mucho. En todos los sentidos.
No solo durante el proceso de elaboración, que es muy entretenido, sino también a la hora de disfrutarlo. Por favor, qué maravilla. En casa nos ha gustado mucho, muchísimo. Eso sí, os adelanto que os tiene que gustar la morcilla, porque de lo contrario no es una elaboración para vosotros. Aunque, por supuesto, siempre podréis versionar el relleno con otros ingredientes si lo deseáis.
Esta receta, en origen, iba a ser una empanada. Pero, como me pasa muchas veces, fui cambiando de idea a medida que la iba haciendo. Pensé que en formato pastel salado, decorado, para servirlo cortado en trozos, sería muy buena opción. De modo que así lo hice.
Pastel salado de morcilla, pera y piñones.
La masa para esta receta, es la misma que os dejé para el pastel de patatas al curry y espinacas. Me gusta mucho como trabaja esta masa, lo bien que podemos modelarla, sin olvidar lo bien que aguanta el proceso de cocción manteniendo su forma intacta.
Para obtener un buen resultado en la masa y tras la cocción, os aconsejo no saltaros ningún paso del proceso. Incluido el reposo nocturno en el frigorífico, este es muy importante para favorecer que la forma quede perfecta.
El relleno es posible que no sea apto para todos los públicos. No porque no esté bueno, que para mi parecer es extraordinario, sino porque debe gustarte el elemento principal. En mi caso, opté por elegirla de arroz y creo que fue todo un acierto. Logramos que el relleno quede más equilibrado, una cantidad de morcilla y arroz, junto con las verduras pochadas, la pera y los piñones.
Si usásemos morcilla de cebolla, es posible que a la hora de comer el pastel, el resultado sea mucho más pesado.
¿Qué es la morcilla?
La morcilla de Burgos es un producto cárnico o embutido típico de la gastronomía burgalesa, tras embutirlo se somete a un proceso de cocción, elaborado a base de arroz y sangre de cerdo. A los ingredientes principales, además, se les añade cebolla horcal (de sabor suave, ligeramente dulce y picante), manteca de cerdo, sal, pimienta, pimentón, orégano, y especias. La tradición dice que debe ser: «sosa, grasosa y picosa».
Las proporciones correctas de una morcilla de Burgos serían estas:
- Cebolla Horcal: mayor del 35%
- Arroz: del 15% al 30%
- Sangre: mayor del 12%
- Manteca o sebo: del 10% al 22%
- Sal y especias. 5%
Se trata de un embutido elaborado sin carne, en este caso sangre coagulada, que se mezcla y especia con el resto de ingredientes hasta lograr una mezcla homogénea. Una vez que la mezcla está lista, se procede a su embutido. Para ello, se utilizan tripas que se rellenan con ayuda de una embutidora. Después estas se atan y delimitan con ayuda de una cuerda o grapa.
Tras este proceso, se someten a un proceso térmico. Las morcillas se sumergen en agua hirviendo, a 100ºC, durante 30 minutos. Tras el proceso de cocción, se debe cortar el proceso de calor y enfriarlas. Para ello, se utilizan cámaras de oreo, donde se cuelgan y se permite que el exterior de las morcillas se seque. Una vez finalizado este proceso, se envasan para poner a disposición de los clientes.
¿Por qué se relaciona Burgos con las morcillas?
La elaboración de la “Morcilla de Burgos” está históricamente relacionada con la matanza casera del cerdo. En el siglo XX, la morcilla de Burgos comenzó a elaborarse en obradores y fábricas, siguiendo los métodos tradicionales y procurando mantener la esencia de las recetas que han pasado de generación en generación.
La morcilla de Burgos presenta cualidades específicas que la hacen diferente a la obtenida en otras zonas de España, la principal es el uso de cebolla horcal. Según la tradición oral referente a la matanza, que se transmite de padres a hijos, y que aún persiste en muchos pueblos, la mejor cebolla para la elaboración de morcilla es la variedad regional conocida como cebolla horcal, también llamada matancera o de matanza por su estrecha relación con esta actividad. Esta variedad de cebolla se obtiene durante los meses de otoño y principios de invierno, coincidiendo con la época de la matanza.
Es una cebolla dulce, fácil de picar, con un contenido elevado de fibra y agua, cerca del 92 %, y con alta capacidad de retención.
El porcentaje de cebolla horcal utilizado para la elaboración de la morcilla de Burgos, influye directamente sobre tres parámetros físico-químicos: pH, azúcares totales y fibra dietética total (TDF), además de influir en el número e intensidad de compuestos volátiles, especialmente de compuestos azufrados que proporcionan a la morcilla su particular olor y sabor picante, lo que permite diferenciarla de otras morcillas de arroz elaboradas en España.
Una vez más, quiero dar las gracias a Kanstantsin Larkou por sus maravillosas creaciones. Fue gracias a él que llegué a este tipo de pasteles, tan increíblemente preciosos, y gracias a él que me lancé a elaborar en casa este tipo de pasteles tan atractivos. El diseño que os dejo hoy está inspirado en este pastel que él elaboró.
Receta Pastel salado de morcilla, pera y piñones
PARA LA MASA:
- 525 g harina de tradición francesa, puede utilizarse una harina con un 11-12% proteína
- 150 g agua fría
- 65 g huevo
- 125 g mantequilla sin sal, temperatura ambiente
- 10 g azúcar
- 10 g sal
PARA EL RELLENO:
- 840 g de morcilla de arroz, aproximadamente 3 morcillas
- 2 peras de conferencia grandes + 45 g mantequilla sin sal
- 1 cebolla dulce, grande, cortada en cuadraditos
- 1 pimiento rojo italiano, cortado en cuadraditos
- 45 g piñones
- aceite de oliva
- sal
PARA PINCELAR:
- huevo batido + pizca de sal
MATERIAL QUE NECESITAREMOS Y VISIBLE EN EL VÍDEO:
- amasadora
- rodillo
- rasqueta
- cuchillo afilado o cortador de pizzas, tijeras
- cortadores de flores con expulsor (los míos son estos)
- bandeja perforada*
- silpat, teflon o papel de horno
- pincel de repostería
- sartén amplia, la mía es de De Buyer de 28 cm de diámetro*
- colador
Elaboración
Preparamos la masa.
- Batimos el huevo en un bol.
- Disolvemos, medianamente, la sal y el azúcar en el agua, vertemos en el huevo y volvemos a batir. Reservamos.
- En el bol de la amasadora incorporamos la mantequilla y suavizamos con la pala.
- Añadimos la mezcla de huevo junto con un tercio de harina, mezclamos con la pala.
- Una vez que se haya integrado, continuamos incorporando el resto de harina mientras mezclamos.
- Cambiamos al gancho y amasamos hasta lograr una masa homogénea.
- Podemos continuar amasando en la amasadora hasta lograr una masa lisa y suave o bien podemos pasarla a una superficie de trabajo y terminar de amasar a mano.
- Una vez que tengamos la masa en este punto, aplanamos ligeramente, cubrimos con film y dejamos reposar durante 2-3 horas.
Cocinamos las peras.
- Lavamos bajo agua fría las peras y secamos. Pelamos y cortamos en cuadraditos.
- En una sartén amplia, añadimos la mantequilla y colocamos a calor medio. Dejamos que tome temperatura.
- Incorporamos la pera y cocinamos a calor medio durante 12-15 minutos. Nuestra finalidad será que pierda un poco de agua y adquiera una textura ligeramente suave, pero no queremos cocinarlas en exceso y que se haga puré.
- Retiramos de la sartén y colocamos sobre un colador para que siga soltando jugos mientras preparamos el resto del relleno.
Pochamos la cebolla y el pimiento rojo.
- En la misma sartén, no es necesario retirar la mantequilla, añadimos un poco de aceite de oliva. La suficiente cantidad para poder pochar bien las verduras.
- Añadimos la cebolla y cocinamos durante 2 minutos a calor medio. Incorporamos el pimiento rojo y cocinamos durante 15-20 minutos. No debemos dorarlos, sino pocharlos. La cebolla debe adquirir una tonalidad transparente.
Añadimos el resto de ingredientes.
- Una vez que tengamos las verduras listas, incorporamos la morcilla (en las que habremos retirado previamente la piel y cortado en trozos).
- Cocinamos, removiendo de vez en cuando, hasta que logremos obtener un relleno en el que la morcilla tiene una consistencia menos firme. Además de notar que se integra perfectamente con el resto de los ingredientes.
- En ese momento, añadimos la pera previamente cocinada junto con los piñones. Mezclamos para distribuir de manera uniforme todos los ingredientes.
- Retiramos del calor y dejamos que el relleno enfríe por completo.
Estiramos la masa para formar la primera parte del pastel.
- Dividimos la masa en dos partes iguales. Dejamos cubierta con film la mitad con la que no vamos a trabajar.
- Estiramos una de las piezas sobre una lámina de teflón, procuraremos dar un formato rectangular con unas dimensiones aproximadas de 35 x 28 cm. El grosor de la masa debe ser de unos 2 - 2'5 mm.
- Disponemos el relleno de morcilla en la parte central de la masa estirada. Aplanamos un poco y damos forma rectangular u otra forma a vuestra elección. La parte central del relleno estará abovedada. La dimensión del relleno sobre la masa es de unos 25 x 15 cm de aproximadamente.
Estiramos la otra pieza de masa y cubrimos el pastel.
- Estiramos la otra pieza de masa del mismo modo que hicimos con la primera.
- Cortamos en la parte central unos cortes decorativos en forma de espiga. Estos servirán para decorar, además de permitir que el pastel "respire" durante la cocción.
- Colocamos, con cuidado, la masa sobre el pastel y ajustamos para centrar la parte central y los bordes. Tened cuidado al coger la masa, lo ideal es repartir el peso entre las dos manos, de lo contrario la masa se estirará y perderá la forma.
- Cortamos el excedente de los bordes laterales procurando dejar un poco de masa para que no se salga el relleno y el pastel quede bien sellado. Los cortes de los extremos nos servirán para la decoración superior.
- Sellamos los laterales y, si lo deseamos, podemos crear un patrón decorativo como el que os muestro en el vídeo u otro a vuestra elección.
- Decoramos la parte superior del pastel. En mi caso he utilizado estos cortadores con expulsor para hacer flores, las hojas las he hecho a mano.
- Si alguna de las piezas no queda adherida a la masa, en lugar de presionar la pieza para pegarla, lo que haremos será utilizar un poco de agua a modo de pegamento.
- Una vez que tengamos el pastel decorado, refrigeramos sin cubrir ni tapar, hasta el día siguiente. En mi caso estuvo alrededor de 20 horas a 4ºC.
Horneamos.
- Precalentamos el horno a 190ºC con aire.
- Pincelamos el pastel salado con huevo batido con sal, debemos procurar cubrir toda la superficie de este, pero evitar que haya un exceso de huevo en los huecos. El resultado final no sería atractivo.
- Cocemos a media altura, sobre una bandeja perforada preferiblemente, durante 5 minutos. Reducimos a 180ºC con aire y cocemos durante 45 minutos más.
- Sacamos y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.
- Servimos.
Notas
- La harina que he utilizado es una harina de tradición francesa, de modo que no puedo detallaros la fuerza que contiene porque no la especifica. Es una harina con un 11-12% de proteínas, por lo que podéis usar una de características similares.
- La cantidad de agua de la masa tendréis que ajustarla acorde a la harina que uséis, es posible que en algunos casos requiera de un poco más de cantidad. La masa debe ser agradable al tacto, no seca o dura.
- Batir el huevo con el agua, la sal y el azúcar, favorece mucho que estos elementos se integren en la masa y que no formen grumos (esto último por el huevo debido a su textura).
- Debemos dejar reposar la masa para que el gluten se relaje y, de ese modo, poder estirarla y trabajar con ella sin problemas.
- Os recomiendo usar morcilla de arroz en lugar de morcilla de cebolla. Para mi gusto, el pastel quedará un poco más equilibrado a la hora de comerlo.
- Si no os gusta la pera, podéis usar manzana en su lugar. Al igual de los piñones, podéis omitirlos o sustituirlos por otro fruto seco.
- Las decoraciones pueden ser a vuestro gusto, os he dejado esta sugerencia, pero podéis cambiarlas si lo deseáis.
- Para cortar las flores con el cortador con expulsor, debéis marcarlas muy bien y pulsar, varias veces, el expulsor para que la masa salga sola. Si las sacamos con la mano, podemos hacer que pierdan la forma sin querer.
- Es, MUY IMPORTANTE, dejar reposar el pastel relleno y decorado en el frigorífico durante toda la noche. De ese modo la masa, al día siguiente, estará muy dura y no nos perderá la forma durante la cocción.
- Añadir un poco de sal al huevo para pincelar, favorecerá que se licue un poco, algo que nos permitirá pincelar mucho mejor el pastel y las decoraciones.
- Mucho cuidado con no pincelar con un excedente de huevo, en los huecos o flores, o el resultado final no será tan atractivo.
- La cocción con aire favorece que la superficie seque antes y, por lo tanto, otro punto a favor para que nuestro pastel mantenga la forma tras la cocción. Además de lograr un color uniforme precioso.
- El relleno se puede cambiar a vuestro gusto si lo deseáis. Os recuerdo que os dejé otro pastel salado de este tipo, elaborado con patatas al curry y espinacas.
- Debemos dejar enfriar el pastel antes de consumirlo, o al menos dejar que temple.
- Se puede conservar en un recipiente hermético o envuelto en papel de aluminio/film, siempre refrigerado, durante 7 días.
Posiblemente a muchos de vosotros no os guste la morcilla y lo entiendo. Es cierto que no suelo consumir muchos embutidos, de hecho los que suelo comer o tener en casa puedo contarlos con los dedos de una mano. Además que es algo que no consumimos muy a menudo. Pero, este pastel de morcilla, pera y piñones no podéis dejar de probarlo.
De verdad. Confiad en mi palabra y para aquellos que sí os gusta este tipo de embutido, probadlo. Hacedlo, sed felices y disfrutadlo al máximo. Por mi parte he quedado mucho más satisfecha de lo que imaginaba... Sabía que me iba a gustar, pero ¡no imaginé cuánto! Ya sabéis que por mi parte, siempre estaré encantada de leeros y saber vuestra opinión.
Os mando un abrazo inmenso, ¡feliz domingo!
Eva
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