Tenemos que ir incorporando algunas recetas más refrescantes, ya que aunque el calor nos tiene un poco abandonados, eso no significa que no vaya a venir. Y para evitar que nos pille desprevenidos vamos a ir preparando unas cuantas recetas perfectas para el desayuno, merienda o postre.
Porque por lo menos para mi, el dulce siempre es bien recibido…
Hoy traemos otra receta muy sencilla en su elaboración, que junta dos ingredientes que estoy segura en más de una ocasión lo habéis tomado, uvas y queso.
A todos nosotros, o la gran mayoría, en nuestra infancia nos han dado para comer estos dos ingredientes acompañados de un… – uvas y queso, saben a beso-.
Y que razón lleva…no sabría bien decir si es a beso o a gloria bendita, pero desde luego es una combinación riquísima. Por lo que cuando vi esta receta, caí rendida a sus pies, un pastel de mascarpone y uvas asadas.
He variado bastante la receta original y la he vuelto “más casera”, ya que la base era una mezcla prefabricada, el relleno para mi gusto le faltaba sabor y la mermelada que usaban para pintar la considero un poco ácida.
Ella utiliza mermelada de grosellas pero preferí sustituirla por mermelada de higos, ya que también casa a la perfección con el queso.
Para la base, elegí la clásica masa sablée, es ideal para este tipo de pasteles. De toda la receta, lo más “laborioso” a realizar es la masa sablée, si ya la habéis realizado en otras ocasiones, sabréis que es muy sencilla dando siempre unos resultados maravillosos.
El relleno no necesita horno, nada más que integremos unos ingredientes con otros y ya la tendremos lista.
Ahora llega lo que más me gusta, el detalle que me enamoro por completo y el responsable que me decidiera sin dudarlo a elaborar la receta…uvas asadas! si, como lo leéis.
No os podéis imaginar que sabor más increíble aporta a este pastel, aumenta el dulzor de la fruta y casi podría recordar levemente al sabor del mosto.
Todo esto sin contar con todos los beneficios que nos aporta esta fruta, son muy ricas en antioxidantes, por lo que nos aporta elementos buenos para nuestra piel, además son recomendadas para el reumatismo, artritis, tiene propiedades antiinflamatorias, fortalece la circulación y otorga vigor y pureza a la sangre. Una fuente de vitalidad y salud de cara al verano.
Esperamos que os guste y os animéis con estos clásicos sabores en un formato diferente de presentación. Buen fin de semana!
Saludos,
Mr & Mrs Hudson.
La receta es una adaptación de Kate Sears.
INGREDIENTES PARA UN MOLDE RECTANGULAR DE 12×36 CM:
PARA LA MASA SABLÉE:
Para esta receta he utilizado 300 g de masa ya elaborada. Siempre que la hago realizo más cantidad ya que se puede congelar y tendría la base preparada para otra futura elaboración.
- 300 g de harina de repostería
- 150 g de mantequilla
- 70 g de azúcar glass
- 2 yemas de huevo
- 1 cucharadita de canela (opcional)
- una pizca de sal
PARA EL RELLENO DE QUESO Y DECORACIÓN:
- 120 g de queso mascarpone
- 60 g de crema de queso
- 25 g de azúcar glas
- ralladura de 3/4 limón
- 1/4 cucharadita de extracto de vainilla (1/4 Tsp)
- 400 g aproximadamente de uvas rojas
- 2 cucharadas de mermelada de higos + 2 cucharaditas de agua (2 Tbsp+2 Tsp)
ELABORACIÓN:
Comenzamos elaborando la masa sablée.
Como os he comentado un poco más arriba, siempre hago mayor cantidad de masa sablée, ya que en muchas ocasiones me salva a la hora de realizar recetas de último momento. Se puede congelar envuelto en film y tarda muy poco tiempo en descongelarse.
Rallamos la mantequilla para poder trabajarla mejor. Una vez lista, añadimos la harina y trabajamos con la yema de los dedos hasta conseguir una textura arenosa.
Añadimos el azúcar, la canela, la sal y el huevo, unificamos los ingredientes sin trabajar la masa en exceso, ya que su textura final es ligeramente quebradiza. Debe quedar algo arenosa.
Hacemos una plancha, forramos con film e introducimos en el frigorífico durante 1 hora.
Transcurrido este tiempo procedemos a preparar la masa y hornearla.
Si observamos que la masa es extremadamente arenosa, añadiremos 1 ó 2 cucharaditas de agua para ayudar a compactarla y hacerla más maleable.
Precalentamos el horno a 175º C con ambas placas.
Espolvoreamos ligeramente una superficie de trabajo con harina y con ayuda de un rodillo estiramos la masa. Debemos dejarla fina.
Pasamos la plancha al molde y presionamos con la yema de los dedos para ajustarla a este, de momento no debemos preocuparnos por los bordes, simplemente la ajustamos.
Una vez tengamos la masa colocada, pasaremos el rodillo por la superficie del molde. De este modo retiramos el excedente de masa y la superficie de los bordes queda completamente lisa.
Cubrimos con papel de hornear y disponemos encima pesos o legumbres (de este modo evitaremos que la masa se hinche). Introducimos en el horno durante 20 minutos.
Transcurrido este tiempo sacamos, retiramos las legumbres y el papel, pintamos con clara de huevo y volvemos a introducir en el horno durante 15 minutos más.
La clara de huevo nos ayudará a formar una capa que evite que la masa absorva la humedad del queso y se reblandezca en exceso. La masa tomará un ligero color dorado.
Una vez terminado el tiempo de cocción, sacamos y dejamos enfriar completamente dentro del molde.
Preparamos las uvas asadas.
La cantidad de uvas que utilicemos dependerá del tamaño de nuestro molde, en mi caso he utilizado 400 gr aproximadamente.
Precalentamos el horno a 200º C con ambas placas.
Mientras lavamos y secamos bien las uvas. Forramos una bandeja con dos papeles de hornear y colocamos las uvas.
Introducimos en el horno durante 12 minutos aproximadamente.
Debemos hornearlas hasta que las uvas comiencen a liberar sus jugos, pero aún mantengan su forma.
Sacamos y dejamos enfriar completamente.
Preparamos el relleno de queso.
En un bol incorporamos el queso mascarpone junto con la crema de queso. Batimos con ayuda de unas varillas eléctricas para suavizar ambas cremas.
Añadimos el azúcar glass junto con la ralladura de limón y la vainilla, volvemos a mezclar hasta integrar completamente los ingredientes.
Montamos el pastel.
Rellenamos la base de masa sablée que teníamos reservada con la mezcla de queso, nos ayudamos de una espátula para repartirlo uniformemente.
Colocamos las uvas asadas por la superficie, algunas de ellas las podemos dividir en dos y alternarlas con las enteras.
En un vaso incorporamos la mermelada y damos un golpe de calor en el microondas, añadimos el agua y mezclamos. Con ayuda de un pincel, pintamos por toda la superficie de la fruta y ya la tendremos lista para servir.
Para conservarla la guardaremos el el frigorífico.
Un desayuno o merienda fresca, lleno de vitaminas y muy ligero. Ideal para los días de calor, aunque aún estos se hagan un poco de rogar. Esperamos que os guste.
Buen provecho!!