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Maritozzi con panna

La receta de hoy me ha enamorado profundamente hasta robarme el corazón para no devolvérmelo jamás. Jamás. Pensaréis que es una exageración, pero ni en sueños. Este dulce no solo enamora por su presencia, no os dejéis engañar que no es una bamba de nata, sino que además posee un sabor, esponjosidad y conjunto entero en sí mismo fascinante. Es algo que seguro no habréis probado en mucho tiempo. Se trata de un panecillo dulce aromatizado con naranja y relleno, de manera espléndida y muy generosa, con nata. Maritozzi con panna.

Estos panes dulces tienen su origen en Italia, concretamente de Lacio, pero sus raíces datan de la antigua Roma. Su elaboración consta de ingredientes muy comunes en repostería como: harina, huevos, miel, mantequilla… pero es el detallado proceso y los ingredientes exactos los que logran este dulce tan extraordinario. Hay otras versiones en las que añaden piñones, pasas, naranja confitada… Pero a decir verdad, creo que no le hace falta nada más.

Respecto a su historia, hay muchas y todas ellas perfectas.

Algunas dicen que estos panecillos ya se consumían, elaborados con miel y pasas, en la época romana durante los largos días de trabajo en el campo. Aunque es mucho más probable que los maritozzi hayan surgido a raíz de esos panecillos dulces.

En la época católica se decía que era el único dulce que se permitía consumir durante el ayuno de la Cuaresma. Les llamaban “Er sacro maritozzo“, era como un pequeño capricho.

En la actualidad estos panecillos han sufrido una evolución como ocurre con todas las elaboraciones que perduran en el tiempo. Su formato se ha vuelto algo más pequeño y se han añadido ingredientes como los piñones. Al igual que su historia, esta también se ha adaptado y encauzado por un camino mucho más romántico.

Era tradición que el novio y futuro marido (maritozzi: marido, esposo, de ahí toma su nombre este dulce) le regalara a la novia este dulce en señal de su amor y también se solía esconder alguna alianza en su interior. La cobertura superior de azúcar simbolizaba dos corazones atrapados.

A mi me parecería perfecto que me pidieran matrimonio con este dulce… Es más, caería rendida tras el primer bocado y sería feliz por “siempre jamás”.

Ingredientes para 10-12 piezas

Receta del maestro Adriano, Profumo di Lievito. PARA LA MASA: PARA PINCELAR: PARA LA NATA:

Elaboración

Preparamos el prefermento.
  1. En un bol vertemos el agua junto con la levadura seca de panadero y 200 g de harina de gran fuerza. Mezclamos hasta homogeneizar por completo. Obtendremos una textura muy similar a una poolish.
  2. Cubrimos con film y dejamos levar hasta que duplique su tamaño. Nos llevará entre 1-2 horas, dependiendo de la temperatura exterior. La superficie estará cubierta de burbujas.
Preparamos la masa.
  1. Incorporamos los 250 g de harina restante junto con la harina de arroz, el extracto de naranja/o ralladura y el azúcar. Mezclamos con el gancho a velocidad 1 durante unos segundos, la masa será muy compacta y seca.
  2. Añadimos el huevo junto con la yema y la sal, y continuamos amasando.
  3. Incorporamos la miel y seguimos amasando hasta lograr una masa completamente desarrollada. Nos llevará un buen rato, por esa razón es mejor utilizar amasadora en caso de que la tengáis.
  4. Una vez que tengamos el gluten desarrollado, incorporamos la mantequilla. Lo haremos en dos tandas y no añadiremos la siguiente hasta que la primera se haya absorbido por completo.
  5. Por último, añadimos el aceite. Lo haremos muy poco a poco y en un hilo fino y continuo, esperando a que la masa lo haya absorbido por completo antes de añadir más. Observaréis que la masa se recubre de grasa y, al principio, le cuesta un poco absorberla. Pero poco a poco la textura irá cambiando.
  6. El tiempo total de amasado rondará 1 hora sin reposos. La textura final es increíblemente suave y delicada.
Hacemos la primera fermentación.
  1. Boleamos la masa e introducimos en un recipiente ligeramente engrasado. Cubrimos y dejamos levar hasta que duplique su tamaño. En mi caso fueron 5 horas a 25,4ºC.
  2. Plegamos la masa, en el propio recipiente o en una superficie de trabajo limpia, para desgasificarla con suavidad.
  3. Introducimos de nuevo en el recipiente y dejamos durante 30 minutos a temperatura ambiente.
  4. Introducimos en el frío y dejamos durante toda la noche. En mi caso estuvo 14 horas a 4ºC.
Formamos los maritozzi.
  1. Sacamos la masa del frío y atemperamos durante 2 horas.
  2. Volcamos la masa sobre una superficie de trabajo limpia y desgasificamos con suavidad.
  3. Dividimos en piezas de 80 g y preformamos. Tapamos con film y dejamos reposar durante 20 minutos.
  4. Formamos los panecillos, lo haremos como si fueran batards pequeños para darles una forma ligeramente alargada.
  5. Disponemos en una bandeja forrada con papel de horno dejando hueco entre ellos para que crezcan (neesitaremos 2 bandejas), cubrimos con film y dejamos levar hasta que dupliquen su tamaño. En mi caso fueron 2 y 1/2 horas a 25,2ºC.
Montamos la nata.
  1. Vertemos la nata en el bol frío y comenzamos a montar con unas varillas eléctricas a velocidad 1.
  2. Una vez que comience a tomar cuerpo, añadimos el azúcar poco a poco y sin dejar de batir. Aumentaremos la velocidad de manera gradual pero sin llegar nunca a la máxima. Lo ideal es una velocidad media.
  3. Antes de que termine de montar del todo, añadimos la vainilla y batimos hasta que obtengamos una nata con mucho cuerpo. Cuidado de no sobre batirla o haremos mantequilla…
  4. Cubrimos el bol con film y refrigeramos hasta el momento que vayamos a utilizarla.
Preparamos el almíbar mientras se hornean los maritozzi.
  1. En un cazo añadimos el agua junto con el azúcar.
  2. Colocamos a calor medio y dejamos hasta obtener un almíbar suave, nos llevará alrededor de 5-6 minutos.
  3. Retiramos del calor y reservamos.
Horneamos.
  1. Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
  2. Pincelamos los maritozzi con clara batida e introducimos a media altura. Horneamos durante 14 minutos o hasta que al pincharlos su temperatura interior ronde los 85-90ºC.
  3. Sacamos, colocamos sobre una rejilla y pincelamos con el almíbar.
  4. Dejamos enfriar por completo.
Rellenamos los maritozzi.
  1. Cortamos el panecillo por la mitad y longitudinalmente sin llegar a cortar la base.
  2. Abrimos ligeramente y rellenamos con la nata montada. Para obtener un acabado liso y limpio debemos hacerlo con una rasqueta. Es mejor verlo para poder entenderlo.Os dejo un enlace a un vídeo que os resultará de gran utilidad para saber cómo llevarlo a cabo.
  3. Disfrutamos inmensamente.
 

Notas

Estos maritozzi con panna o panes dulce rellenos de nata, son de lo mejor que he elaborado en las últimas semanas. No es que lo anterior no me haya gustado, que no es así, pero debéis probarlo para entenderme. Hacía tiempo que no probaba un panecillo tan tierno, esponjoso, con un sabor tan increíble... y a todo esto unirle un relleno de nata con el punto justo de dulzor. Este punto considero que es importante, no exceder el dulzor en la nata puesto que el panecillo tiene una cobertura glaseada que ya endulza bastante a lo que sumamos lo que va en la masa. Lo dicho, no os demoréis en probar esta delicia de la gastronomía italiana ;) Un abrazo, Eva Fuentes: Wikipedia, GialloZafferano, Informazione.tv.
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