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Donauwelle – Tarta Ola del Danubio

Sé que os suelen gustar las elaboraciones sencillas, fáciles de hacer y, si es posible, que sean atractivas y estén buenas. Vaya, parece que le pedimos mucho a una receta, pero en muchas ocasiones no es así. Hoy os voy a dejar una de esas elaboraciones que os llevará poco tiempo hacerla, obteniendo un resultado espectacular y que harán que broten cantidad de corazones de vuestros ojos. Y de los afortunados que lo probarán. Donauwelle – Tarta Ola del Danubio.

Seguramente muchos de vosotros ya lo estaréis pensando y la respuesta es sí. Es que me enamoro de esos nombres tan preciosos que dan a algunos productos de pastelería. Me resultan tan románticos y poéticos, que es casi imposible negarse a hacerlo. Pero al verlo, se confirma la necesidad de prepararlo. Su aspecto es muy llamativo a la par de clásico (ya sabéis que todo lo vintage me pierde…). Además, este tipo de dulces no fallan nunca… Son un éxito garantizado ante cualquier paladar.

Origen Donauwelle- Tarta Ola del Danubio.

El Donauwelle o tarta Ola del Danubio es uno de los postres más famosos de las tierras germánicas. De hecho, es muy popular tanto en Alemania como en Austria.

Se dice que tiene su origen en la región del Danubio – Donauschwaben, que comprende la mayoría de los países de habla alemana del sureste de Europa. El río Danubio nace en la región de la Selva Negra y fluye a través de muchos países, avanzando hacia el Este y desembocando finalmente en el Mar Negro. La leyenda decía que Donauwelle surgió en estas tierras, muy probablemente en Viena.

A día de hoy se conoce que el Donauwelle era una elaboración introducida los inmigrantes de la región en el siglo XVIII. Llegaron aquí después de que el Imperio Otomano los expulsara de su lugar de origen.

Algunos expertos han encontrado muchas similitudes entre el famoso pound cake y el Donauwelle por tener, prácticamente, los mismos ingredientes y cantidades.

La peculiaridad de este pastel es el aspecto de su masa, bicolor, que también recuerda lejanamente a los bizcochos marmolados. Una vez que tenemos la masa mezclada y lista, se divide en dos partes iguales. A una de ellas se le añade cacao en polvo para colorearla. Después se disponen cerezas amargas (sour cherries) sobre la masa y se presionan suavemente, de modo que lograremos crear un patrón ondulado en el interior del bizcocho.

Una vez horneado, se cubre con una muselina (crema pastelera + mantequilla batida) y una capa de chocolate a la que se realizan ondas. Se dice que el acabado superior ondeado, es el que justifica el nombre del pastel “ola del Danubio”.

En Alemania también se conoce popularmente como Schneewittchenkuchen o tarta de Blancanieves.

El nombre viene dado por los colores blanco, negro y rojo que recuerdan al personaje del cuento. Aunque ambas elaboraciones no son exactamente iguales por un detalle.

Tienen el mismo proceso de elaboración en todos los pasos a excepción de la cobertura superior. Donauwelle o tarta Ola del Danubio se decora con una capa de chocolate, como hemos visto anteriormente, mientras que la Schneewittchenkuchen o tarta de Blancanieves se cubre con glaseado mezclado con el sirope de las cerezas para lograr un color rojo intenso.

Llevando a cabo la Donauwelle o  tarta Ola del Danubio.

A la hora de disponeros a elaborar el pastel no tendréis que llevar a cabo pasos complicados. Tendremos que elaborar un bizcocho, una crema pastelera que uniremos a mantequilla batida y una decoración superior de chocolate. Pero todo ello combinado, dará lugar a un dulce excepcional.

El formato tradicional de este pastel es con forma rectangular y en formatos individuales. En mi caso he decidido cambiarlo a un formato redondo.

Para elaborar el bizcocho he sido fiel a la receta original, pero en lugar de usar cacao en polvo, he añadido chocolate fundido. Quería mantener la tradición de los dulces alemanes, que se elaboran con muy poca cantidad de azúcar, de modo que he elegido el chocolate Millot 74% de Valrhona. Esta variedad de chocolate refleja la intensidad de la naturaleza virgen de Madagascar, donde tiene sus raíces, nos aporta sabores ácidos y amargos junto con notas afrutadas y de grué (este se obtiene al machacar las habas de cacao, previamente tostadas, y a las que se le ha extraído la cáscara. Posee una textura muy crujiente, un aroma y sabor a chocolate negro intenso con notas de café).

Encontraréis algunas versiones que añaden un poco de licor de cerezas, pero no lo he hecho en mi caso. Tradicionalmente, se utilizan cerezas amargas aunque yo he utilizado cerezas en almíbar y una cereza de Marrasquino para decorar la parte superior.

Respecto a la crema muselina, la mayor parte de las elaboraciones que he encontrado utilizan natillas o crema de sobre para después integrarla con mantequilla batida. Considero que el resultado final es mucho mejor si hacemos todo el proceso en casa (de hecho, ya os dejé esta crema para elaborar el Frankfurter Kranz), además de utilizar ingredientes de buena calidad, una cantidad justa de azúcar y una buena vainilla de Madagascar. Esto siempre nos aportará un plus a nuestra crema, sin olvidar que lograremos aportar un aroma floral, dulce y, en este caso, con notas de cacao.

Finalmente, espero me perdonen los más puristas, he decidido dar un cambio a la decoración de chocolate. En lugar de extender una capa fina y sedosa por la superficie, donde posteriormente se crean las ondas, he decidido elaborar una decoración con un molde de silicona y chocolate. Para esta he elegido uno de mis chocolates indispensables, la variedad Guanaja 70% de Valrhona. Un chocolate ligeramente amargo y aromático, la elección perfecta para coronar esta tarta y acompañar la muselina.

Este post está patrocinado por Valrhona.

Receta Donauwelle - Tarta Ola del Danubio

Ingredientes para un molde de 15 cm de diámetro PARA EL BIZCOCHO: Receta bizcocho adaptada de Gekleckert PARA LA MOUSSELINE: PARA DECORAR: MATERIAL QUE VAMOS A NECESITAR:

Elaboración

Preparamos el bizcocho para la tarta.
  1. Precalentamos el horno a 175ºC con calor arriba y abajo.
  2. Engrasamos y enharinamos un molde de 15 cm de diámetro.
  3. En un bol mediano tamizamos la harina junto con la levadura química y la sal.
  4. Batimos los huevos junto con la leche, reservamos.
  5. Fundimos los 50 g de chocolate Valrhona 74 % Millot al baño maría. Reservamos.
  6. En  el bol de la KitchenAid incorporamos la mantequilla, batimos velocidad media hasta obtener una mezcla aireada, cremosa y blanquecina.
  7. Añadimos el azúcar, poco a poco, a medida que seguimos mezclando. Lo haremos hasta incorporar toda la cantidad.
  8. Incorporamos los ingredientes secos alternando con los ingredientes líquidos, lo realizaremos en 3 tandas comenzando por los secos y terminando por estos también.
  9. No debemos sobre batir la mezcla, esto es muy importante para obtener un resultado esponjoso, mezclamos únicamente hasta que se integren los ingredientes.
  10. Dividimos la masa en dos partes iguales.
  11. Una de ellas la incorporamos en el molde. Con ayuda de una espátula de silicona, extendemos (la mezcla es más bien densa). Golpeamos el molde con suavidad sobre una superficie de trabajo con un paño para asentar la mezcla.
  12. Vertemos el chocolate en la otra mitad que teníamos reservada. Integramos el chocolate con la masa de bizcocho realizando movimientos suaves y envolventes.
  13. Añadimos la mezcla de chocolate sobre la mezcla que tenemos en el molde. Alisamos la superficie con ayuda de una espátula de silicona y golpeamos con suavidad para asentar.
  14. Colocamos varias cerezas sobre la masa de bizcocho y presionamos con suavidad para que queden dentro de la masa de bizcocho. No debemos presionar hasta el fondo, lo suficiente para que queden por debajo de la superficie y logremos un patrón de ondas tras la cocción.
  15. Introducimos en el horno en la segunda posición comenzando por abajo durante 40 minutos. Si la superficie del bizcocho adquiere mucho color durante horneado, podemos cubrirlo con una lámina de papel de aluminio. Antes de sacarlo del horno comprobaremos que está bien cocido pinchando con un palillo, este debe salir limpio.
  16. Sacamos del horno y dejamos reposar 2-3 minutos en el molde. Transcurrido este tiempo, desmoldamos y dejamos enfriar, boca abajo, sobre una rejilla. Colocar el bizcocho de este modo, favorecerá que nos quede una superficie sin copete.
  17. Cuando aún esté templado, envolvemos muy bien con film y dejamos enfriar por completo. Una vez que esté frío, podemos refrigerar hasta el día siguiente o bien reservar a temperatura ambiente.
Preparamos la crema pastelera.
  1. En este enlace podréis ver cómo preparar la crema pastelera. Tan solo debéis tener en cuenta cuando leáis la receta las cantidades e ingredientes que os dejo en el listado de esta elaboración.
  2. Para incorporar la media vaina de vainilla de Madagascar Norohy a la crema pastelera, tan solo debéis cortarla por la mitad, abrir longitudinalmente y sacar las semillas deslizando un cuchillo por el interior.
  3. Una vez que la tengáis lista, reservadla a temperatura ambiente cubierta con film a piel hasta que enfríe por completo.
Preparamos la mousseline.
  1. Añadimos la mantequilla en el bol de la KitchenAid y batimos a velocidad medio-alta.
  2. Añadimos el azúcar glas y seguimos batiendo. Debemos obtener una mantequilla esponjosa, blanca y muy aireada.
  3. Nos llevará alrededor de 10-12 minutos.
  4. Paramos la KA y con ayuda de una espátula de silicona bajamos la mantequilla de las paredes del bol.
  5. Retiramos el film de la crema y suavizamos con ayuda de una cuchara o unas varillas.
  6. Añadimos la crema pastelera a la mezcla de mantequilla, lo haremos poco a poco a la vez que vamos mezclando.
  7. Batimos a velocidad medio alta hasta obtener una consistencia suave y cremosa. Nos llevará alrededor de 4-5 minutos.
  8. Pasamos la mousseline a una manga pastelera con boquilla lisa de 2 cm.
  9. Reservamos.
Preparamos la decoración superior de chocolate.
  1. Funde al baño maría 165 g chocolate negro Guanaja 70% Valrhona y atempera hasta los 30º-31ºC.
  2. Vierte el chocolate en un molde de silicona, en mi caso he utilizado este con un diámetro de 13 cm.
  3. Coloca el molde sobre una bandeja, golpea con suavidad para favorecer que el chocolate asiente y desaparezcan las posibles burbujas.
  4. Refrigera durante 1-2 horas para que endurezca.
  5. Pasado este tiempo, desmoldamos. Hazlo con cuidado para evitar romper la pieza.
Decoramos los laterales de la tarta con un glaseado rocher.
  1. Fundimos al baño maría 65 g de chocolate Valrhona 74 % Millot en un bol mediano.
  2. Atempera el chocolate hasta alcanzar una temperatura de 30º-31ºC.
  3. Incorpora las almendras picadas y mezcla para distribuirlas uniformemente en el chocolate.
  4. Rueda sobre el chocolate los bordes del bizcocho procurando que queden bien cubiertos.
  5. Coloca sobre una rejilla y deja que endurezca. Podemos hacerlo a temperatura ambiente o bien dentro del frigorífico.
Escudillamos la mousseline y terminamos de decorar.
  1. Escudillamos la mousseline por la superficie de la tarta. En esta ocasión lo he hecho disponiendo pequeños montículos, pero sentíos libres de hacerlo de otro modo o con otra boquilla.
  2. Colocamos el disco de chocolate sobre la mousseline, apretamos suavemente para ajustarlo (no lo hagáis con las manos descubiertas porque el calor puede estropear la superficie, lo ideal es hacerlo con guantes).
  3. Finalmente, decoramos con una cereza de Marrasquino.
  4. Servimos.

Notas para Donauwelle o tarta Ola del Danubio

No se me ocurre mejor forma de empezar el fin de semana que con esta maravilla de tierras germánicas, Donauwelle - Tarta Ola del Danubio. La textura de este bizcocho me recuerda, mucho, muchísimo, a los tradicionales bizcochos "Mildred". No sé si los recordáis, los había con infinidad de sabores, recubiertos de chocolate... La textura de este bizcocho es denso, pero jugoso. Las cerezas logran aportar frescura y un punto extra de jugosidad. Es muy posible que si usamos cerezas amargas, el bizcocho suba, incluso, un nivel más. La cantidad de muselina, a mi parecer, es perfecta. Aporta cremosidad, suavidad y un sabor a mantequilla y vainilla maravillosa. Lo mejor es la parte superior, un toque crujiente de intenso chocolate (para los que os guste mucho el chocolate negro) junto con una cereza Marrasquino. El sabor de estas cerezas es maravilloso... En la decoración solo he puesto una cereza, pero cuando sirváis este postre, acompañar cada porción con una de estas joyas. Estoy deseando saber qué tal os ha ido con esta tarta. ¡Os deseo un maravilloso fin de semana! Un abrazo, Eva Fuentes: Wiki.de, I like Germany Este post contiene enlaces afiliados
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