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Tarta de piña, jengibre y cúrcuma

Puesto que la primavera ha decidido retardar su deseadísima estancia por todos nosotros, o al menos por mi parte, la simularemos en casa hasta que se quede con nosotros. Bueno vale… la primavera es así, pero yo tengo ganas de sol y flores ya, se me está haciendo muy largo el mal tiempo. Esta tarta de piña, jengibre y cúrcuma nos ayudará a hacer mucho más llevadera su llegada.

Mi pareja llevaba meses diciéndome que porqué no hacía una tarta con piña, y yo no terminaba de decidirme porque es una fruta que me gusta al natural o en batidos… no la veía en una elaboración dulce. Bien dicho, veía. Nunca jamás pensé que una crema de piña pudiera estar tan increíblemente buena, de verdad, ¡cuánto sabor!

El caso es que un día le dije, venga, voy a hacer una tarta de piña. Primero me miró como… no te creo, llevas meses poniendo excusas para no hacerla. Y le dije, sí, es cierto pero es que he tenido una idea. Me ocurre muchas veces, me llega de repente una visión de una receta ya completamente desarrollada, montada, decorada… Y me tengo que poner con ella cuanto antes, no sé esperar.

La base en mi cabeza era blanca. Puesto que al hornear cualquier base, nos guste o no, tomará color, opté por la que os dejé en la panna cotta de lichis y coco. Una base elaborada con coco rallado, almendra molida y leche condensada. No es necesario horno, tan solo mezclar, al molde y dejarla en río durante unas horas para que adquiera cuerpo.

El relleno quería que fuera cremoso, tipo curd, pero con algo de cuerpo para que al cortar no se desparramará todo. Me basé en el relleno de la tarta de albahaca y limón, cambiando los ingredientes principales y dulzor puesto que la piña es muy dulce de manera natural. La tarta de por sí quedará amarilla, la mantequilla y el huevo ayudan a esta labor, pero la cúrcuma termina de dar ese punto vivo y de manera natural. Sin añadir colorantes artificiales.

Y finalmente la decoración no podía ser otra cosa que flores de piña. En un principio pensé que igual algún pétalo de alguna flor amarilla podría ir bien… pero no, con esto era más que necesario. Estas flores ya las había hecho anteriormente y me gustaron mucho, en esta ocasión el método de llevarlas a cabo es diferente puesto que he usado deshidratador en lugar de horno. Pero en la elaboración os dejo las dos maneras de llevarlas a cabo.

Un poco de color y buena música para empezar el día. Hoy Raul Midon “Sunshine (I Can Fly)”, Link a Youtube.

Os sobrará un poco de mezcla de la base y un poco de relleno. Pude elaborar 4 tartaletas pequeñas más y, del relleno, me sobró medio vaso. Se puede tomar sin problemas como si fuera una postre cremoso, así podremos darle el visto bueno antes de hincarle el diente 😉

INGREDIENTES PARA UNA TARTA DE PIÑA, MOLDE DE 21×30 CM:

PARA LA BASE DE COCO Y ALMENDRA SIN GLUTEN:

PARA EL CREMOSO DE PIÑA, JENGIBRE Y CÚRCUMA:

PARA DECORAR:

ELABORACIÓN:

Comenzamos preparando la base de coco y almendra.
  1. En un bol amplio añadimos el coco rallado junto con la almendra molida y la sal, mezclamos con ayuda de una cuchara.
  2. Añadimos la leche condensada y comenzamos a integrar los ingredientes. Tendremos que trabajar un poco con las manos para lograr que los ingredientes se amalgamen.
  3. Añadimos el agua poco a poco e integrando a la vez. Tendremos que conseguir una masa que no se quiebre pero sin excedernos al hidratarla.
  4. Pasamos la mezcla al molde. Lo haremos en pequeñas porciones e iremos ajustando la mezcla a este, tanto la base como los laterales.
  5. Una vez que tengamos toda la mezcla repartida, nos ayudaremos de un vaso pequeño o mazo para nivelar la mezcla.
  6. Refrigeramos durante 2-3 horas  para que la base endurezca.
Preparamos el cremoso e piña, jengibre y cúrcuma.
  1. Llenamos un bol con agua muy fría e introducimos las hojas de gelatina o colas de pescado dentro para que se hidraten.
  2. Fundimos la mantequilla, reservamos.
  3. Limpiamos la piña, cortamos la corteza exterior y cortamos en rodajas. Reservaremos 6 ó 7 rodajas, finamente cortadas, para hacer las flores posteriormente.
  4. Con ayuda de una licuadora elaboraremos el zumo de piña y jengibre. Añadimos ambos en trozos y licuamos, reservamos el zumo.
  5. Exprimimos el limón y la lima, vertemos en una olla mediana.
  6. Vertemos el zumo de piña y jengibre junto con los huevos, el azúcar, la mantequilla y la cúrcuma.
  7. Colocamos a calor medio sin dejar de remover (mi vitrocerámica tiene posición de 1-9, utilicé la 5), de este modo evitaremos que se adhiera al fondo del cazo y se formen grumos.
  8. Mantendremos al calor, batiendo con las varillas constantemente hasta que la mezcla alcance los 83ºC, para ello nos ayudaremos de un termómetro digital. Es importante que la mezcla no llegue a ebullición. Nos llevará alrededor de 10 minutos, paciencia.
  9. Retiramos del calor y dejamos que la mezcla reduzca su temperatura hasta los 55-50ºC.
  10. Añadimos las hojas de gelatina hidratadas, previamente muy bien escurridas, y mezclamos con las varillas hasta disolver por completo.
  11. Vertemos sobre la base, os sobrará un poco de la mezcla, e introducimos en el frigorífico. Dejamos hasta que solidifique por completo, lo ideal es durante toda la noche.
Preparamos las flores de piña.

Para elaborar las flores de piña he utilizado un deshidratador de alimentos aunque también pueden elaborarse en el horno. Os dejaré indicaciones para elaborarlas de las dos maneras.

Si usamos un deshidratador de alimentos.

  1. Colocamos las rodajas de piña, finamente cortadas, sobre las bandejas. Podéis deshidratar las que necesitéis para decorar la tarta o mayor cantidad. Lo ideal es aprovechar todas las bandejas con esta fruta u otras para hacer buen uso de su rendimiento.
  2. Colocamos a 70ºC y dejamos durante 5 horas. El tiempo final dependerá del grosor de las rodajas.
  3. Una vez que estén prácticamente secas, sacamos del deshidratador y las pasamos a una bandeja de muffins. Colocaremos cada flor en uno de los huecos, dejamos durante toda la noche para que adquieran esta forma.

Si usamos el horno.

  1. Precalentamos el horno a 100ºC con calor arriba y abajo.
  2. Colocamos las rodajas de piña sobre una bandeja forrada con una Silpat o papel de horno.
  3. Introducimos en el horno a media altura y dejamos durante 1 hora y 15 minutos.
  4. A mitad de horneado daremos la vuelta a las rodajas.
  5. Sacamos las rodajas de piña del horno y las colocamos sobre una bandeja de muffins para que adquieran forma.
  6. Dejamos durante toda la noche.

En este post, de hace dos millones de años, podéis ver cómo coloco las flores en el molde para darles forma. No os asustéis… todos tuvimos un comienzo XD

Decoramos la tarta.
  1. Decoraremos la tarta justo antes de servir para que las flores no se humedezcan.
  2. Disponemos unas flores de piña a nuestro gusto y decoramos con algunas hojas verdes de la propia piña, previamente lavadas y secadas.
  3. Servimos y disfrutamos, faltaría más 😉

CONSERVACIÓN: Podemos mantenerla refrigerada en un recipiente hermético durante 4-5 días.

NOTAS SOBRE LA TARTA DE PIÑA, JENGIBRE Y CÚRCUMA:

Esta tarta de piña, jengibre y cúrcuma es una maravillosa manera de disfrutar de la “no llegada” de la primavera. Mira que tengo ganas de días de luz, calorcito, flores y buen tiempo. Pero aún seguimos con el frío, lluvia, nieve… De modo que tendremos que alegrarnos la vista con elaboraciones como esta hasta que decida quedarse con nosotros 😉

¡Buen inicio de semana!

Un abrazo,
Eva

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