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Melocotón de la longevidad, panecillos al vapor – Shòu táo

Melocotón de la longevidad, panecillos al vapor - Shòu táo

Estoy enamorada, de muchas cosas la verdad, pero en concreto y en este mismo momento de estos panecillos que me han fascinado. No solo por lo evidente, su maravilloso aspecto, sino por su sabor y ternura. Melocotón de la longevidad, panecillos al vapor – Shòutáo Bao (寿桃包).

Llevo unas semanas buscando recetas nuevas, de diferentes partes del mundo, porque me apetece mucho elaborar y probar cosas nuevas. Si bien es cierto que lo que compone esta elaboración son recetas que conozco y he probado, no puedo decir lo mismo de su originalidad. Es casi imposible verlos y ¡no caer tentado a hacerlos! Además, es una receta muy sencilla de llevar a cabo (a diferencia de la última vídeo receta que os he dejado), no requiere mucho amasado, ni tiempo de levado… Ni horno. En 14 minutos estarán cocidos para comer. No le podemos pedir más, lo mires como lo mires.

Estos pequeños panecillos, increíblemente tiernos, normalmente elaborados con un relleno dulce en su interior,  son muy populares en la cultura china. Poseen aspecto de melocotón, fruta que representa la longevidad en China.

¿Por qué se llaman bollos de melocotón de la longevidad?

Shòu significa longevidad y táo significa melocotón.

¿Por qué esta fruta es la elegida? 

El melocotón es un icono de la larga vida que proviene del folclore de Shou Xing Gong (“s-ow sing goh-n-guh”), dios de la longevidad.

La leyenda dice que Shou Xing Gong es la Estrella de la Longevidad en la constelación austral de Argo. El primer registro conocido de Shòu Xīng como deidad es el Shǐ jí 史籍 (registros históricos, 149-90 a.C.). Esta estrella se conoce como Canopus, la mayor de las estrellas de la constelación de Carina, y la segunda más brillante del cielo. En la mitología china, la estrella se conoce como el Viejo del Polo Sur (Nánjí lǎorén, 南极老人) y se ve en el sur desde el Equinoccio de Otoño hasta principios de la primavera.

Cuando se observa suele tener un color rojizo, símbolo de felicidad y longevidad en China, Canopus también es conocido en China y sus países vecinos de Corea, Japón y Vietnam como la Estrella de la Vejez.

Shou Xing es fácilmente reconocible por su frente sobredimensionada, que representa la sabiduría, y su barba extra larga, que pretende representar el haber vivido una larga vida.

A Shou Xing Gong siempre se le representa sosteniendo un largo bastón y un melocotón, ambos símbolos de longevidad, que se dice que provienen del jardín mágico de melocotones de Xi Wangmu ubicado en el cielo. Xi Wangmu también se llama Yin y es la personificación de la feminidad y la energía Chi del mismo nombre.

Los melocotoneros de su jardín sólo florecen cada 3.000 años. La famosa figura del dios de la longevidad lleva el melocotón de la inmortalidad como ofrenda, mostrando que la larga vida puede ser concedida a aquellos que presentan sus respetos a Shou Xing Gong.

Se sabe que Shou Xing Gong tuvo una vida muy larga a pesar de haber sido un niño enfermo durante su infancia. El melocotón que lleva es un símbolo de inmortalidad. Por eso, en el arte y la escultura, siempre se ve a Shou Xing Gong llevando uno.

De ahí surgió la tradición, desde la antigüedad, en la que los seres inmortales recibieran melocotones puesto que prometían otorgar longevidad. Se les llamaba melocotones de la inmortalidad y, hasta la fecha, el melocotón se ha utilizado como símbolo de la longevidad.

Es habitual ver que, en los cumpleaños de la cultura china, se regalen melocotones frescos o bollos al vapor de melocotón de la longevidad como regalos.

Origen del Shòutáo Bao – Melocotón de la longevidad.

Este dulce es una elaboración cantonesa, originario de la provincia de Guang Dong, en el sureste de China. Es habitual, en la cultura del sureste chino, hacer regalos simbólicos a amigos, familiares o vecinos en sus cumpleaños.

Otros tipos de regalos son el oro en forma de melocotón, o los yee mein (fideos) que se comen juntos.

Estos regalos tienen una simbología y es que quieres que la persona que cumple años viva para siempre.

Este panecillo en forma de melocotón, se rellena originariamente con pasta de loto, aunque también se pueden encontrar rellenos de anko, pasta dulce de judías rojas. Según el pastelero, puede tener mayor o menor detalle en la decoración. Suele colorearse con colorante rojo, para dar una tonalidad rosada, y decorarse con hojas.

Los cantoneses tienen como costumbre regalarlos en los cumpleaños para expresar su deseo por celebrar más cumpleaños en el futuro.

Receta Melocotón de la longevidad, panecillos al vapor - Shòu táo

Ingredientes para 7 piezas MASA: RELLENO: PARA PINTAR: MATERIAL QUE NECESITAREMOS:

Elaboración

Preparamos la masa para el Shòu táo.
  1. En un bol amplio añadimos la harina junto con e agua hirviendo. Mezclamos con ayuda de unos palillos para evitar quemarnos.
  2. Incorporamos la mitad del agua a temperatura ambiente, mezclamos de nuevo.
  3. Añadimos la levadura troceada, mezclamos.
  4. Vertemos el resto del agua y volvemos a mezclar.
  5. Finalmente, añadimos la sal y mezclamos.
  6. Comenzamos a trabajar la masa con las manos, una vez que esté más o menos amalgamada, pasamos a una superficie de trabajo limpia y amasamos. No debemos desarrollar el gluten completamente ni obtener una masa lisa y homogénea.
  7. Una vez que tengamos la masa semi desarrollada, boleamos, cubrimos con un bol y dejamos reposar durante 10-15 minutos.
Mientras reposa la masa, preparamos el relleno.
  1. Podéis hacer anko casero siguiendo esta receta que os dejé hace tiempo. Os aconsejo hacerlo el día anterior y dejarlo reposar en el frigorífico.
  2. Preparamos 7 bolas de 30 g cada una de ellas. Boleamos con suavidad, colocamos en un plato y cubrimos con film.
Dividimos la masa en porciones.
  1. Dividimos la masa en 7 porciones de 50 g cada una de ellas. Nos quedará un excedente de 45-50 g que reservaremos para hacer las hojas.
  2. Boleamos la pieza que irá destinada a las hojas y envolvemos en film.
  3. Boleamos el resto de piezas sin ejercer presión o tensión, debemos formarlas con suavidad.
  4. Una vez tengamos todas formadas, cubrimos con film y dejamos reposar mientras teñimos la masa de las hojas.
Teñimos la masa para las hojas.
  1. Si no queréis teñiros las manos, utilizad unos guantes.
  2. Colocamos una pequeña cantidad de colorante en pasta verde en la masa que teníamos reservada para las hojas.
  3. Comenzamos a mezclar y amasar para integrar el colorante en la masa. Una vez que esté casi integrado, podéis terminar de mezclar/amasar sin guantes, ya no os manchará las manos.
  4. Envolvemos de nuevo en film y reservamos.
Formamos los melocotones.
  1. Enharinamos ligeramente una superficie de trabajo.
  2. Estiramos una de las piezas con ayuda de un rodillo, no debemos dar un diámetro muy grande. Lo suficiente como para cubrir la pieza de anko.
  3. Afinamos ligeramente los bordes pasando el rodillo.
  4. Colocamos la pieza de anko en la parte central de la masa y envolvemos esta con la masa. Sellamos muy bien y colocamos boca abajo.
  5. Afinamos la parte superior deslizando nuestros dedos pulgar e índice para crear un pequeño pico.
  6. Finalmente, con ayuda de una rasqueta u otro utensilio similar, marcamos de manera vertical en la parte central de la pieza.
  7. Repetimos el mismo proceso con el resto de piezas. Os aconsejo tapar los melocotones con film a medida que los formáis para evitar que la superficie se encostre.
Pintamos los melocotones.
  1. Disolvemos el colorante en pasta en un poco de agua.
  2. Colocamos una pieza sobre papel de horno, para evitar manchar la mesa o superficie de trabajo. Con ayuda de un cepillo de dientes nuevo y un tamiz o colador de malla fina, pintamos la superficie.
  3. Mojamos el cepillo en la mezcla y deslizamos este sobre el tamiz, que estará colocado sobre el melocotón. De este modo logramos un efecto pulverizado, del mismo modo que si usamos un aerógrafo.
  4. Repetimos el mismo proceso con el resto de piezas.
Cortamos las hojas y colocamos en los bollos.
  1. Estiramos la masa teñida, en una superficie enharinada.
  2. Cortamos las hojas con ayuda de un cuchillo y texturizamos. Necesitamos 14 hojas en total, dos para cada pieza.
  3. Colocamos las hojas en el melocotón, humedeceremos un poco las hojas para favorecer que se adhieran bien al bollo.
  4. Una vez colocadas, podemos volver a texturizar si lo deseamos. De ese modo el relieve quedará mucho más marcado.
  5. Una vez formados todos los melocotones, colocamos en bandejas de vaporera y dejamos reposar alrededor de 15-30 minutos, dependerá de la temperatura exterior y del tiempo que hayamos tardado en llevar a cabo todo el proceso. Las piezas deben crecer un 50%, aproximadamente, desde el momento que las hemos formado. Las piezas no deben duplicar su tamaño.
Cocinamos al vapor.
  1. Preparamos nuestra vaporera para cocinar los melocotones de la longevidad. En mi caso he utilizado mi olla a presión que me permite cocinar al vapor. Además he utilizado las bandejas de la vaporera de bambú para dejar que reposen.
  2. Una vez que el agua esté hirviendo, reducimos a calor medio e introducimos la primera bandeja con los panecillos.
  3. Colocamos la tapadera, no es necesario cerrarla, solo superponerla, y cocinamos durante 12 minutos.
  4. Pasado este tiempo, retiramos la tapadera despacio para permitir que salga el vapor, apagamos el fuego y dejamos la tapadera superpuesta y con una rejilla para que pueda seguir saliendo vapor. Dejamos reposar durante 2 minutos más.
  5. Sacamos y colocamos sobre una rejilla. En este paso, si lo deseamos, podemos volver a pulverizar con un poco de colorante disuelto (y con ayuda del cepillo + tamiz) para potenciar el color final.
  6. Cocinamos el resto de piezas.
  7. Servimos, se pueden consumir templados o fríos.

Notas

No sé si llegado a este punto del post estáis tan cautivados por este Melocotón de la longevidad, panecillos al vapor - Shòu táo como yo. Hay elaboraciones que no son solo su aspecto exterior, sino también el interior y su historia. Ya sabéis que adoro conocer el origen de todas y cada una de las cosas que comparto con vosotros, aunque no siempre es posible. La historia que hay tras este pequeño pan dulce al vapor me parece preciosa y muy alentadora. Siempre me ha gustado mucho la cultura oriental, desde pequeña, me siento muy identificada con muchas de sus costumbres y tradiciones. Y, he de decir, que cuanto más conozco sobre ellos, más cercano siento el vínculo. Os deseo un maravilloso fin de semana y, espero que os animéis con estas pequeñas maravillas. Un abrazo, Eva Fuentes: What to Cook today, Qigong in China, Cbc Este post contiene enlaces afiliados.
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