Que me ha dado a mi con la naranja sanguina… soy totalmente consciente, pero es que es tan bonita y está tan, tan rica, que hay que aprovechar al máximo mientras la podamos seguir disfrutando. Además, ¿quién puede decir que no a un trocito de este bizcocho invertido de naranja sanguina?
La base de este bizcocho es, mayormente, almendra y polenta. Lleva solo una pequeña parte de harina floja, 100 g, que si queremos adaptarla para celiacos podemos sustituirla por 50 g de almendra y 50 g de polenta. En esta ocasión decidí mantener estos tres ingredientes secos para comprobar si el bizcocho adquiría una textura ligeramente más esponjosa, puesto que tengo otro bizcocho en el blog elaborado únicamente con almendra y polenta.
El resultado es un interior algo más suave pero no sabría decir si es debido a la presencia de esa pequeña cantidad de trigo o al añadido de la crème fraîche… He comprobado en otras elaboraciones y bizcochos que cuando lo utilizo, aporta una suavidad increíble. Lo que le ha convertido en un elemento casi imprescindible en mi cocina.
La polenta es una sémola que se obtiene de la molienda del grano de maíz seco, previamente desgerminado, que pasa por un proceso de calibración. En el mercado se puede encontrar de cultivo ecológico e integral (como la que he utilizado para elaborar el bizcocho), destaca por tener un color muy amarillo además de ser muy rica en hidratos de carbono complejos que se asimilan despacio y nos permite tener energía a largo plazo, además de un efecto saciante.
La que utilizo tiene una moltura muy fina, de modo que puedo utilizarla directamente en la masa junto con el resto de ingredientes secos sin necesidad de precocerla. La textura del bizcocho es maravillosa, una miga muy húmeda, suave, jugosa, de intenso sabor a mantequilla y naranja que combina muy bien con la ligera acidez de las frambuesas y las naranjas sanguinas confitadas.
Además hemos comprobado, dentro de lo posible porque no ha durado mucho en el tiempo, que es un bizcocho que mejora con el paso de los días. La miga se va volviendo más jugosa y los aromas se intensifican. Nos ha encantado, mucho, muchísimo, y durante toda esta semana pasada ha sido mi postre de medio día y cena. No pasa nada, ando mucho 😀
De verdad que os animo a probarlo, hay que aprovechar todo lo posible ¡estas preciosas naranjas sanguinas! Qué disfrutéis mucho del fin de semana.
Saludos,
Eva {Mrs Hudson}
INGREDIENTES PARA UN MOLDE REDONDO DE 25 x 7,5 CM:
Receta adaptada de Billy Parisi.
PARA EL BIZCOCHO:
- 200 g de almendra molida
- 100 g de polenta
- 100 g de harina para repostería
- 2 y 1/2 cucharaditas de levadura química
- 4 huevos M ó 3 huevos L
- 250 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 265 g de azúcar moscabado claro
- 115 g de crème fraîche
- 1 cucharadita de extracto de naranja natural
- 3 naranjas sanguinas confitadas (receta a continuación)
- 85 g de frambuesas
PARA LAS NARANJAS SANGUINAS CONFITADAS:
- 3 naranjas sanguinas grandes y firmes
- 1 y 1/2 litro de agua + 525 g de azúcar
- agua, sin medida específica, para las 3 primeras cocciones
ELABORACIÓN:
Confitamos las naranjas sanguinas.
Lo primero que tendremos que hacer son las naranjas confitadas. Hace poco os dejé como hacerlas en casa, podéis ver el proceso de elaboración en este enlace.
Una vez que las saquemos del almíbar, las colocamos sobre una bandeja forrada con papel de horno y dejamos que enfríen por completo. Si queréis, podéis elaborarlas el día anterior.
Reservamos parte del almíbar que nos ha salido de confitar las naranjas para pintar el bizcocho una vez que lo hayamos desmoldado.
Preparamos el bizcocho.
Precalentamos el horno a 180º C con calor arriba y abajo.
Forramos el molde desmontable con papel de horno. Disponemos rodajas de naranja por toda la base del molde. En la esquina, que une la base y el lateral, colocaremos las naranjas de modo que ocupe la mitad de ella parte del lateral y la otra mitad la base del molde. Os recomiendo colocar una doble capa de naranjas confitadas para evitar, dentro de lo posible, que traspase la masa de bizcocho a la superficie. Reservamos.
En un bol mediano añadimos la almendra molida junto con la polenta, la harina floja de repostería y la levadura, mezclamos con una espátula de silicona. Reservamos.
En el bol de la KA incorporamos la mantequilla junto con el azúcar moscabado claro, batimos con ayuda de la pala hasta obtener una mezcla suave y esponjosa. Añadimos los huevos de 1 en 1 batiendo muy bien tras cada adición. No añadiremos el siguiente hasta que el primero se haya integrado por completo. Añadimos la crème fraîche junto con el extracto de naranja, mezclamos de nuevo hasta homogeneizar la mezcla.
Comenzamos a añadir poco a poco la mezcla de ingredientes secos e iremos mezclando con ayuda de la pala.
No debemos sobrebatir la mezcla, tan solo realizaremos este paso hasta que los ingredientes se hayan integrado por completo.
Repartimos 1/3 de la mezcla en el molde, la textura será muy densa de modo que tendremos que ayudarnos de una cuchara o espátula para poder extenderla. Disponemos unas pocas de frambuesas y vertemos otro tercia de masa.
Colocamos las últimas frambuesas y cubrimos con el resto de masa, aplanaremos la superficie con la base de una cuchara.
Introducimos en el horno durante 80-90 minutos. Antes de sacarlo comprobaremos pinchando con un palillo que este sale limpio.
Sacamos y dejamos reposar en el molde durante 10 minutos, pasado este tiempo desmoldamos, volteamos (retirando el papel de la base que ahora será la superficie) y dejamos enfriar completamente sobre una rejilla de malla o bandeja perforada. Es una masa muy tierna cuando está caliente y corremos el riesgo de que se nos desmorone.
Antes de servir pincelamos con el almíbar que teníamos reservado y decoramos con unas rodajas, de más, de naranja en el centro.
Para servirlo podemos acompañarlo con un poco de crème fraîche muy fría, no necesita mucho más…
CONSERVACIÓN: Puede conservarse en una campana de cristal durante 6-7 días.
NOTAS:
- Si no encontráis naranjas sanguinas podéis elaborarlo con naranjas normales, incluso con mandarina o limón confitado quedará muy bien. En este último caso variaremos la esencia de naranja por limón.
- Si no me gustan los cítricos ¿puedo utilizar otra fruta? Por supuesto, podemos colocar en la base aquella fruta que más os guste como por ejemplo fresas, moras, plátano o incluso ciruelas (como en este bizcocho invertido que os dejé hace tiempo). En estos casos os recomiendo utilizar vainilla en lugar de esencias cítricas.
- Si no tengo polenta ¿puedo sustituirla por otra cosa? Sí, podéis utilizar en su lugar harina floja de repostería pero la textura interior quedará diferente, más similar a los bizcochos que solemos elaborar y su color interior no será tan amarillo intenso puesto que esa característica se la debemos a la polenta.
- Si no tengo azúcar moscabado claro ¿puedo sustituirlo por otra variedad? Por supuesto. Me gusta utilizar azúcares no refinados, como el moscabado, además que aportan matices de sabor maravillosos. Pero en caso de no tener en casa o no encontrarlo podéis utilizar panela, azúcar moreno (que no me va nada porque es una variedad de azúcar teñido) o azúcar blanco. En este último caso reduciría un poco la cantidad final porque el azúcar moscabado endulza menos que el blanco, quizás con unos 200-215 g sería más que suficiente.