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Pan de campo con uvas y queso azul

Qué de tiempo sin traer un pan tipo molde, no penséis que me he olvidado de ellos… en absoluto. Solo que los que suelo hacer, para comer en casa, son recetas que ya os he dejado en el blog y no he hecho nuevas variedades. ¡Los días no dan para tantas cosas! Pero hoy os traigo una nueva receta, este pan de campo con uvas y queso azul.

En origen, este pan iba a ser destinado a un formato de pan de molde solo que presentado en un molde de madera. Por aquello de cambiar un poco la presentación… Pero tras decorarlo como tenía en mente y salir del horno, parece que se transformó totalmente y pasó a ser un pan digno de disfrutar en una buena mesa y con una buena comida. Dejando muy lejos el parecer un pan de molde.

¿Y por qué pan de campo?

Sinceramente, tanto sus ingredientes como presentación, me inspiran mucho un ambiente rural. Al mirarlo parece que vas a coger tu cesta grande de mimbre, mantel de cuadros (me lo imagino rojo y blanco), fruta fresca, una botella de limonada (parece que sin esto, un picnic no es lo mismo) y productos caseros para disfrutar haciendo un picnic en el campo. Y de ahí surgió la idea de llamarlo de este modo. Aunque, en realidad, podamos disfrutarlo en cualquier parte y rincón del planeta, nos va a saber a gloria bendita.

Llevando a cabo el pan.

Cuando me dispuse a prepararlo, no tenía la menor idea de qué ingredientes iba a utilizar para llevarlo a cabo. A excepción de los de la decoración, que los tenía muy claros. De modo que apunté en una libreta las cantidades que deberían dar lugar al pan y me fui a la cocina.

Abrí el armario de la cocina y un cajón de plástico (tengo uno de Ikea enorme para guardar los sacos de harina) y miré qué harinas podían ir bien con estos ingredientes. Me gustó la sémola porque es dulce y panificando aporta un sabor y textura increíble. Al ver la harina de arroz recordé los maritozzi, los bollitos italianos ultra jugosos y rellenos de nata italianos que os dejé hace un tiempo, y supe que tenía que añadir una parte para lograr esa suavidad en la miga. Finalmente, y para no volveros locos, terminé de completar el pan con harina de trigo que os especifico más abajo.

La hidratación quería darla con ingredientes diferentes, a parte del agua, y que hicieran una buena combinación con la decoración exterior. Por eso elegí un poco de requesón (de textura suave y cremosa) y miel. El resto ya lo tenía claro, de modo que me dispuse manos a la obra.

El resultado final.

Tras hornear el pan, en absoluto, salió como pretendía ser. De hecho incluso puede parecer un pan de corteza dura y crujiente, pero esto no es así. Es un pan de miga suave y muy tierna, con una textura muy particular gracias a la presencia de sémola. Su sabor es bastante neutro, con esto me refiero a que no se percibe un sabor extremadamente dulce a pesar de llevar miel.

La combinación superior es maravillosa… Desde que hice las uvas picantes encurtidas, las he repetido varias veces en casa porque nos han encantado. De hecho, muchos de vosotros os habéis animado a probarlas y me habéis escrito para decirme que os han gustado mucho (hecho que me alegra ¡una barbaridad!)

Como os comenté en aquel post, estas uvas van muy bien con quesos fuertes, de ahí la idea de combinarlas con queso azul. Al ver las conservas que tenía hechas en casa, encontré un botecito con unas peras de San Juan en almíbar y me dije: – “¿por qué no?”-. Y el resultado fue un conjunto de sabores muy atractivo.

Por supuesto, no os preocupéis de no poder hacerlas ahora (las peras de San Juan), sé que no es temporada. Pero si por algún casual hacéis peras en almíbar en casa, siempre podéis colocar un par de gajos en su lugar 😉

Estos panes son inspiración…

La idea de presentación de estos panes las vi en el blog de Rooi Rose, me gustó muchísimo. La receta nada tiene que ver con la suya, pero el modo de presentarlos está totalmente inspirado en sus panes 🙂

Ingredientes para 2 panes

PARA LA MASA: PARA EL RELLENO:

Elaboración

Preparamos la masa del pan de molde.
  1. En un bol grande añadimos los tres tipos de harina junto con el agua, el requesón y la levadura seca.  Mezclamos con ayuda de las manos para obtener una masa homogénea.
  2. Incorporamos la sal y volvemos a mezclar.
  3. Comenzaremos a amasar, debemos trabajar bien la masa para favorecer que los ingredientes se vayan amalgamando. Es importante no ser bruscos al trabajar porque compactaremos la masa y el resultado final no será tan esponjoso. Pasamos la masa a una superficie de trabajo y comenzamos a amasar realizando el amasado francés o bien en una amasadora con ayuda el gancho y siempre a velocidad 1.
  4. Trabajamos la masa poco a poco, observaremos como irá tomando cuerpo y se irá desarrollando. Amasamos 4 minutos y dejamos reposar 5-7 minutos, siempre tapando la masa para evitar que se reseque.
  5. Amasaremos hasta obtener un buen desarrollo del gluten.
  6. Incorporamos la miel y volvemos a amasar hasta obtener una masa completamente homogénea.
Hacemos la primera fermentación y/o en bloque.
  1. Engrasamos un bol e introducimos la masa en el interior, cubrimos con film y dejamos levar hasta que duplique su volumen. Dependiendo de la temperatura que haga puede tardar de 2 a 4 horas sin problemas. En mi caso fueron algo menos de 3 horas y 30 minutos a 21,3ºC.
Preformamos el pan de molde.
  1. Volcamos la masa sobre una superficie limpia y desgasificamos la masa con suavidad.
  2. Dividimos la masa en 2 piezas iguales.
  3. Preformamos las piezas, cubrimos con un paño y dejamos reposar durante 20 minutos.
Formamos el pan de molde y realizamos la segunda fermentación.
  1. En mi caso he utilizado unos moldes de madera con blonda, pero si no disponéis de ellos, podéis hacer los panes en moldes redondos con un diámetro de 18 cm o ajustarlo a un tamaño que tengáis en casa (más info en notas). La totalidad de la masa cabe en un molde de 30 x 11 x 7 cm.
  2. Formamos cada pieza siguiendo el mismo proceso que utilizamos para formar, haciendo un boule.
  3. Introducimos los panes en los moldes, con el lado sellado hacia abajo.
  4. Engrasamos ligeramente la superficie con aceite de oliva, tapamos con film y dejamos levar hasta que duplique su volumen. En mi caso fueron 2 horas y 15 minutos a 23ºC.
Horneamos el pan de molde.
  1. Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
  2. Espolvoreamos la superficie de los panes con harina de centeno.
  3. Presionamos suavemnete en el centro de cada pan para formar un hueco.
  4. Rellenamos con un poco de queso azul, uvas picantes encurtidas y peras en almíbar. Decoramos con unas hojas de tomillo fresco.
  5. Introducimos a media altura durante 40 minutos.
  6. Sacamos y dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.

Notas

Este pan de campo con uvas y queso azul puede ser el acompañante ideal para una cena o comida de este fin de semana. No lleva demasiado tiempo prepararlo y su proceso es realmente sencillo de llevar a cabo, sin formados complejos o similar. ¡Además que vestirá la mesa un montón! Casi parece un centro de mesa y todo XD Os deseo que paséis muy buen fin de semana, descansad mucho y nos vemos de nuevo el lunes. Un abrazo, Eva
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