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Spanakopita

Como se agradece tener un pequeño puente, aunque sean pocos días, para poder desconectar un poco y disfrutar de la familia. Se empieza la semana de otra manera, ¡aunque sea martes y 13! 😉

Además parece que se aprovecha mucho mejor el tiempo y podemos dedicar gran parte de él a preparar recetas algo más elaboradas o aparentemente… como el pastel que voy a dejaros hoy.
Se trata de una elaboración salada, no muy habitual en el blog pero merece sin duda la pena ser compartida. Y ¡qué no solo de pan y dulces vivimos en casa!
Últimamente estoy probando muchas recetas saladas que iré compartiendo también con vosotros aquí  porque merecen la pena sin lugar a dudas.

Vamos a ver como elaborar Spanakopita, un pastel griego relleno de espinacas y queso feta.

La versión que os voy a dejar está un poco personalizada, es una receta que he elaborado muchas veces en casa hasta dar con la mezcla que a nosotros más nos ha gustado. Mantengo fielmente los ingredientes principales como las espinacas, el queso feta, el eneldo, huevo y la masa filo. Pero poco a poco he ido reajustando cantidades y variando pequeños matices hasta dar con la receta de Spanakopita que más nos gusta en casa.

Podría decirse que es familia de los börek, de origen turco, aunque estos podemos encontrarlos con gran diversidad de rellenos como carne, hortalizas o queso blanco.

Su presentación se puede encontrar de forma variada, desde la que comparto con vosotros en forma de espiral hasta pequeños pasteles triangulares o incluso mucho más sencillo que todo esto, con aspecto de tarta con capas de masa filo en la parte baja, el relleno en el centro y acabado con masa filo en la parte superior.

Es muy habitual en Grecia tomarlo como aperitivo o incluso como desayuno. En nuestro caso casi siempre lo tomamos para cenar, la masa filo es muy fina y crujiente, junto con el relleno de espinacas y queso feta hace que sea un bocado bastante ligero y en absoluto pesado. Y una cena así que vayas a dormir feliz y los sueños sean como mínimo ¡gloriosos!

El proceso de elaboración es mucho menos laborioso de lo que pueda parecer, sin duda os animo a probarla y que me contéis que os ha parecido 😉

Saludos,
Eva {Mrs Hudson}

INGREDIENTES PARA UN MOLDE DE 24 CM DE DIÁMETRO:

ELABORACIÓN:

Comenzamos preparando las verduras.

Limpiamos y lavamos el puerro, cortamos en rodajas muy finas. En una sartén pequeña añadimos una cucharada de aceite de oliva, ponemos a calor medio y esperamos a que tome temperatura.

Añadimos las rodajas de puerro y pochamos, no debemos dorarlos, hasta que se ablanden y tomen un color translucido. Retiramos del calor y dejamos atemperar.

Mientras preparamos las espinacas.

Cortamos los tallos, dejando solo la parte de la hoja, y lavamos muy bien para retirar toda la tierra que puedan contener.

Ahora debemos retirar el excedente de agua que contienen las espinacas, para ello podemos hacerlo de dos formas:

Lo dejo a vuestra elección, en mi caso opté por la segunda opción.

Colocamos en un escurridor, con un bol debajo, y añadimos unas escamas de sal. No debemos excedernos, con algo menos de 1/2 cucharada rasa será más que suficiente.

Masajeamos las espinacas, del mismo modo que hacemos con el chucrut, para favorecer que se expulse el agua de estas. Notaremos como a medida que masajeamos las espinacas comienzan a mermar y soltar jugos.

Dejamos escurriendo durante unos minutos.

Mientras lavamos y picamos el perejil y el eneldo, reservamos.

Una vez que han soltado todo el agua, retiramos esta y volcamos las espinacas en un bol. Añadimos el puerro pochado junto con el yogur griego, el huevo ligeramente batido, el perejil y eneldo picado, la pimienta negra recién molida y el queso feta. Mezclamos bien con ayuda de una cuchara.

No debemos añadir más sal, el queso feta aporta bastante y de lo contrario nos resultaría poco agradable a la hora de degustarlo.

Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.

Montamos el pastel de masa filo.

Para unir las láminas de masa filo y mantenerlas hidratadas necesitaremos pintarlas con mantequilla clarificada, fundida o aceite de oliva. Esto lo dejo a vuestra elección.

En esta última elaboración utilicé ghee que tenía hecho en casa, personalmente me gusta mucho más porque le aporta ligeros matices sabor a nuez que me encantan.

Colocamos un paño limpio y ligeramente humedecido sobre la superficie donde vamos a montar el pastel. Prepararemos otro paño limpio y ligeramente humedecido para cubrir la masa filo mientras lo montamos, de este modo evitaremos que se resequen las hojas y queden inservibles.

Para cada rollo utilizaremos tres láminas de masa filo. Colocamos la primera lámina, la parte más ancha debe mirar hacia nosotros, y pintamos ligeramente con ghee, mantequilla o aceite de oliva, colocamos la segunda lámina encima, volvemos a pintar y finalmente colocamos la tercera.

Pintamos el molde con un poco de ghee o aceite por toda la superficie, reservamos.

Disponemos el relleno al comienzo de las láminas y extendiéndola a lo largo de todo su ancho, procedemos a enrollar la masa con cuidado.

Colocamos el rollo en el molde y con la unión de la masa hacia abajo, de modo que no se habrá al colocarlo.

Repetimos el proceso con el resto de relleno y hojas de masa filo. Al colocar los siguientes rollos debemos continuar como si fuera todo un cordón que toma forma de espiral hasta llegar al centro, de modo que cada uno de ellos se solape con el siguiente. El aspecto final nos recordará al de una ensaimada 😉

Pintamos toda la superficie con ghee o aceite de oliva y espolvoreamos con semillas de sésamo.

Introducimos en el horno a media altura durante 50-55 minutos, la parte superior debe tomar un ligero color dorado.

Sacamos y dejamos atemperar ligeramente antes de servir. Podemos acompañarlo de un poco de salsa Tzatziki (al final del post del enlace del helado de pepino os dejo como hacerla) y ya tendremos la cena perfecta 😉

¡Buen provecho!

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