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Pan de molde con leche de coco

Hoy vengo con un pan, ¡qué raro en mí!, pero en esta ocasión es un pan del que me habéis pedido la receta en infinidad de ocasiones. Este pan es una variedad de uno de los que enseño en el taller de online de Introducción al Pan Casero (que por cierto, ¡ya tenemos nueva fecha puesta para septiembre!), pan de molde Hokkaido, solo que para esta elaboración he variado algunos de sus ingredientes.

De modo que ya tendréis, por fin, la receta de este pan que tantas veces he compartido en fotos con vosotros y sé que teníais muchas ganas de tener. Pan de molde con leche de coco.

Este pan, primo lejano del Hokkaido, tiene la peculiaridad de estar elaborado con Tangzhong. Se trata de un escaldado de harina que al someterlo a cierta temperatura comienza a gelatinizar, al añadirlo a la masa hace que esta tenga mayor capacidad de absorción de líquidos y, por lo tanto, le aporta mayor esponjosidad. Su textura puedo aseguraos que es indescriptible… muy , muy suave, esponjosa, casi se deshace en el paladar. Si tuviera que compararlo con algo, sin duda sería con una nube de algodón 🙂

Lo ideal es hacerlo con harina panadera, no con harina de fuerza, de este modo lograremos una miga más suave y ligera. En esta ocasión decidí añadir parte de harina de Tritordeum, en algunos de mis panes ya la he utilizado de modo que es muy probable que la recordéis o que ¡ya la hayáis probado!, eso sería mucho mejor. Si no tuvierais en ese momento este tipo de harina, podríais elaborarlo con 100% harina panadera.

Esta variedad de harina es un híbrido natural de cebada y trigo duro, más digestivo que otro tipo de cereales, muy saludable ya que contiene más proteína, fibra y luteína (un antioxidante relacionado con la salud ocular), además de ser muy rico en minerales esenciales ayudando a mantener en buen estado la flora intestinal bacteriana. Su sabor es excepcional, dota a los panes de un punto diferente, además de su peculiar color dorado. De verdad que os animo a probarla si es que aún no lo habéis hecho.

Para hidratarlo lo haremos con parte de agua y otra de leche de coco, otro alimento que nos ayuda a proteger nuestro organismo fortaleciendo el sistema inmunológico. Es rica en hierro, ayudando a prevenir la anemia, en magnesio, nos ayuda con los calambres y dolores musculares, en selenio, un antioxidante que controla los radicales libres, potasio, reduciendo la presión arterial, zinc, fósforo… y además posee un elevado contenido en fibra. Casi podríamos decir que estamos creando el pan ¡de la juventud infinita!

Evitamos los azúcares refinados, utilizando los naturales obtenidos del jugo de caña añadiendo en su lugar azúcar moscabado, y así conseguimos un pan de sabor sencillamente espectacular. Es difícil expresar en palabras su aroma y sabor, de modo que casi será mejor que os animéis a probarlo y después me lo contáis 😉

La cantidad de levadura que lleva este pan es muy baja, procurad mantenerla y no aumentarla. Cuanta menos levadura lleve un pan mayor vida útil tendrá, además que será mucho más tierno y saludable. Merece la pena esperar un poco más de tiempo para los levados y después tener un pan que nos dure tierno tanto tiempo. Además, ahora en verano las masas levan en menos tiempo que en invierno 😉

A la hora de decorarlo podéis optar por hacer dibujos sobre la superficie, tal y como os muestro, omitir las semillas si no os gustan o bien hacer dibujos más sencillos. El sabor va a seguir siendo igual de extraordinario.

Espero que os animéis a preparar este pan de molde durante el fin de semana y ¡me conteis que tal os ha ido! 😉

Saludos,
Mrs Hudson.

INGREDIENTES PARA DOS PANES:

PARA LA MASA:

PARA EL TANGZHONG:

ELABORACIÓN:

Comenzamos preparando el tangzhong.

En un cazo pequeño añadimos el agua junto con la harina, colocamos a calor bajo y removemos con ayuda de unas varillas. Dejamos al calor, sin dejar de remover, hasta que espese ligeramente.

Debemos dejarlo hasta alcance los 65ºC aproximadamente, para ello nos ayudaremos de un termómetro digital. Retiramos del calor y vertemos en un recipiente hermético. Tapamos y dejamos enfriar completamente.

Una vez que el tangzhong esté completamente frío, prepararemos la masa.

En un bol mediano mezclamos los tres tipos de harina, reservamos.

En otro bol amplio añadimos el tangzhong junto con el agua y la leche de coco, mezclamos con ayuda de unas varillas.

Incorporamos la mezcla de harinas y mezclamos de nuevo hasta integrarlas por completo. Añadimos la levadura seca, mezclamos, incorporamos la sal y volvemos a mezclar.

Añadimos el azúcar moscabado, para ello deberemos desmenuzarlo debido a la textura húmeda que tiene, e integramos en la mezcla.

Para calcular la cantidad exacta de huevo qué debemos añadir a la masa lo batiremos ligeramente en un cuenco, de este modo podremos verter hasta alcanzar los 50 g que necesitamos. Mezclamos de nuevo hasta homogeneizar.

Debemos trabajar bien la masa para favorecer que los ingredientes se vayan amalgamando. Incorporamos la crème fraîche y volvemos a mezclar.

Es importante amasar bien y concienzudamente, pero sin ser bruscos, de modo que se eviten la formación de grumos. Un buen amasado no es uno que realicemos golpeando la masa con fuerza contra la superficie de trabajo, todo lo contrario, si hacemos esto lo que conseguiremos será compactar la masa, tensarla demasiado y el resultado no será tan esponjoso.

Pasamos la masa a una superficie de trabajo y comenzamos a amasar. Al principio será una masa prácticamente indomable, sin cuerpo y difícil de manipular. Aún así continuamos trabajando poco a poco, observaremos como irá tomando cuerpo y cogiendo músculo. Debéis ser pacientes y a pesar de tener sobre la mesa una masa con una apariencia similar a una papilla, confiad y seguid trabajando para ayudar a que el gluten se desarrolle.

De vez en cuando es bueno que limpiéis la superficie de trabajo para recoger la masa que se irá esparciendo, lo ideal es hacerlo con ayuda de una rasqueta. Recogéis y lleváis hacia el centro.

Una vez que nuestra masa tome consistencia, comenzaremos a amasar realizando el amasado francés. Lo realizaremos alternando con reposos, de este modo nos resultará más sencillo trabajar la masa. Amasamos 4 minutos y dejamos reposar 5-7 minutos, siempre tapando la masa para evitar que se reseque.

Cuando nuestra masa se muestre firme, de aspecto liso por la superficie, entonces será el momento de incorporar la mantequilla (Sí!! ya se lo que estáis pensando, ¡horror!, pero si ya la tenía perfecta… Bueno, me lo agradeceréis, de verdad 😉 ).

Debemos añadir las grasas al final, de este modo permitiremos que el gluten se desarrolle sin problemas. De hacerlo antes, la grasa recubriría las proteínas y no nos permitiría obtener un buen desarrollo de este, además de ser muchísimo más laborioso.

Amasamos hasta homogeneizar por completo. Obtendremos una masa con cuerpo pero no lo suficiente como para realizar un amasado duro, al plegar mantendrá su forma expandiéndose un poco.

Engrasamos un bol e introducimos la masa en el interior, cubrimos con film y dejamos levar hasta que doble su volumen. Dependiendo de la temperatura que haga puede tardar de 2 a 4 horas sin problemas.

Transcurrido este tiempo, preformamos.

Enharinamos ligeramente una superficie de trabajo y volcamos la masa. Dividimos para hacer dos panes.

Para el molde rectangular de 25 x 11 x 7 cm dividiremos 4 porciones de 200 g cada una, nos ayudaremos de una scula digital.

El otro pan lo haremos en un molde algo más pequeño de 20.5 x10.5 x9.5 cm aprox. Podemos dividir en varias piezas, como el anterior pan, o hacer una única pieza completa.

Para formar este último pan, el más pequeño, seguiremos el mismo proceso como si se tratara de una de las piezas individuales (del pan con 4 porciones), solo que con mayor cantidad de masa.

Preformamos boleando cada porción de masa.

Cubrimos con un paño de algodón y dejamos reposar 10-15 minutos, dependiendo de la tensión que hayamos ejercido al preformar. Las piezas de masa deberán haberse expandido un poco.

Formamos el pan de molde.

Engrasamos nuestros moldes con spray antidesmoldante o mantequilla y harina*. Reservamos.

* Si lo hacemos de este modo, deberemos retirar el exceso de harina golpeando el molde boca abajo.

Espolvoreamos ligeramente la superficie de trabajo y formamos cada pieza.

Aplanamos la bola ligeramente con la mano dando palmadas suaves, no pasando un rodillo. Obtendremos una forma ovalada.

Plegamos uno de los extremos hacía el centro y sellamos con la yema de los dedos, repetimos con el otro extremo y sellamos en el centro de nuevo.

Golpeamos de nuevo suavemente por la superficie con la palma de la mano. Giramos la pieza de modo que la unión del sellado sea vertical a nosotros, no horizontal.

Comenzamos a enrollar la masa desde la parte superior y trayéndola hacia nosotros ejerciendo una ligera presión con los pulgares en el interior cada vez que enrollamos.
Colocamos la pieza en el molde con el pliegue hacia abajo.

Repetimos con las otras tres piezas de masa. Cubrimos el molde con film y dejamos que leve hasta el borde del molde, deberá doblar su volumen. Pueden ser 2-4 horas dependiendo de la temperatura.

Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo. Y colocaremos la bandeja comenzando por abajo en la segunda posición.

Pintamos la superficie con huevo batido con miel, decoramos con las semillas* e introducimos durante 40-45 minutos el grande y 30-35 minutos el más pequeño.

*Aquí podemos dejar volar nuestra imaginación, en mi caso y cada vez que hago este pan lo decoro de manera diferente. Aquí dibujé con semillas de amapola ramas de las que salían pequeñas flores u hojas que simulé con semillas de calabaza y avena. En mi Instagram podréis ver varios dibujos hechos sobre este tipo de pan.

Pasados 20-25 minutos de horneado miraremos si nuestro pan ha tomado mucho color, de ser así, cubriremos con una lámina de papel de aluminio y terminaremos la cocción.

Sacamos y dejamos 10 minutos en el molde antes de desmoldar. Dejamos enfriar completamente, desmoldado, sobre una rejilla.

CONSERVACIÓN: Podemos guardarlo envuelto en film o en una bolsa hermética cerrado con una pinza zip. Aguanta en perfecto estado de 6-7 días.

 

 

 

 

 

 

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