Hoy venimos con una receta refrescante y de temporada, hay que aprovechar mientras se pueda ya que esta fruta tiene un duración muy breve.
Si eso es, repetimos ingrediente pero es que es tan sumamente delicioso que no podía dejar pasar un helado sin el!
Hay que disfrutarlo en todas sus versiones y esta además de refrescarnos el paladar es absolutamente deliciosa.
Los ingredientes principales de hoy son 3; mascarpone, miel e higos.
Me cuesta expresar con palabras el resultado porque me ha robado todas…es fantástico!!
Su textura es muy cremosa, las notas de miel son perceptibles al saborearlo y el acompañamiento de higos le otorga el toque final que hace que sea un helado realmente delicioso.
En mi primera receta de helado os comencé a contar un poco sobre el origen de este, pero su evolución ha sido tan extensa que hoy continuaremos un poco con su história.
Durante la Edad Media en las cortes árabes, se servían productos azucarados con frutas y especias enfriado con hielo de las montañas, a la cual se le llamaba “charbet” o “sherbet”, palabra que al llegar a Turquía pasó a ser “chorbet” de la cual tiene su origen la palabra “sorbete”.
En China en el año 618-697 a.C., el emperador Tang tenía un método para utilizar mezclas de hielo con leche, el cual pasó a la India, Persia y después a Grecia y Roma.
Fue en Italia, en la Baja Edad Media, cuando el helado toma gran protagonismo gracias a Marco Polo quien tras su viajes a Oriente trajo cientos de recetas utilizadas durantes cientos de años en Asia, las cuales tuvieron una maravillosa aceptación en las cortes italianas.
Poco a poco fue evolucionado su expansión, al igual que los ingredientes utilizados, por ejemplo fue en Francia donde se introdujo por primera vez el huevo.
En el año 1660 el siciliano Francisco Procope, abrió en París un establecimiento llamado “Cafe Procope”, el cual alcanzó gran fama gracias a sus helados.
Por lo que podríamos considerar que esta sería la primera heladería que existió.
En 1913 se inventó la primera máquina para elaborar helados, ya que hasta el momento se elaboraban a mano introduciendo un balde (recipiente) rodeado de hielo, agua y sal para evitar que la mezcla se congelaran durante el batido.
A veces cuesta creer como han llegado a nuestros días recetas tan exquisitas como lo es un helado, su evolución ha tenido un largo recorrido, pero el resultado final merece la pena.
Hoy os dejamos esta variedad y esperamos que lo disfrutéis en estas tardes de verano.
Saludos,
Mrs Hudson.
INGREDIENTES:
- 100 g de nata líquida para montar
- 250 g de leche entera
- 3 yemas
- 65 g de miel
- 250 g de queso mascarpone
- 130 g de azúcar granulado
- 170 g de mermelada de higos (puede ser casera o comprada)
Si decidimos realizar mermelada casera a continuación os dejo como hacerla.
MERMELADA DE HIGOS:
- 1/2 kg de higos
- 200 g de azúcar granulado
- zumo de 1/2 limón
ELABORACIÓN:
En una cacerola mediana incorporamos la leche junto con la nata líquida, el azúcar y la miel, colocamos a calor medio bajo y dejamos hasta que llegue a ebullición.
Mientras en un bol batimos ligeramente las yemas.
Una vez la mezcla de leche llegue a hervir retiramos del calor y vertimos una pequeña cantidad, a través de un colador para evitar que se cuele la posible nata de la leche que se hubiera formado, en el bol de las yemas. Mezclamos con ayuda de unas varillas hasta integrar completamente.
Vertimos el resto de la mezcla de leche y volvemos a integrar. Pasamos la mezcla de nuevo a la cacerola y colocamos a calor medio bajo removiendo constantemente para evitar que se adhiera al fondo. Dejaremos al calor hasta que observemos que espesa ligeramente.
Si introducimos una cuchara en la mezcla, al sacarla podemos dejar un camino al pasar un dedo sin que este lo invada el líquido, nos llevará alrededor de 3-4 minutos.
Retiramos del calor y añadimos el queso mascarpone. Lo haremos en 2 veces y mezclando bien con las varillas hasta que obtengamos una mezcla homogénea.
Pasamos la mezcla al bol, a través de un colador ya que es posible que quede algún pequeño resto de yema cuajada, y dejamos enfriar completamente.
Una vez frío introducimos en el frigorífico durante 2 horas mínimo, aunque lo ideal serían 4 horas o incluso podemos dejarlo toda la noche.
Cuanto más frío esté mejor se formará cuando lo introduzcamos en la heladera.
Preparamos la mermelada de higos.
Lavamos los higos, retiramos el rabito y los cortamos a cuartos.
Si la piel es demasiado gruesa la retiramos.
En un bol ponemos a macerar los higos junto con el azúcar y el zumo de limón durante 2 horas.
Transcurrido ese tiempo, pasamos la mezcla a una cacerola amplia y colocamos a fuego lento durante 20 minutos, removiendo de vez en cuando. Transcurrido ese tiempo, retiramos un momento del calor y trituramos con ayuda de una batidora de mano.
Colocamos de nuevo al calor y dejamos 20 minutos más aproximadamente, removiendo constantemente para evitar que se adhiera al fondo.
Notaremos que la mermelada toma cuerpo.
Retiramos del calor y pasamos a los frascos de cristal previamente esterilizados. Tapamos y dejamos enfriar boca abajo.
Menos la mermelada que vayamos a utilizar para el helado.
Si no vamos a utilizar toda la mermelada, para asegurarnos que hacen bien el vacío podemos hervirlos a baño maria durante 20 minutos.
Preparamos el helado de mascarpone.
Montamos nuestra heladera para utilizarla, en mi caso utilizo la heladera de la Kitchen Aid. Introducimos el relleno que teníamos en el frío y ponemos en funcionamiento. Dejaremos alrededor de 15-20 minutos hasta que observemos que tiene textura de helado.
Si vertimos la mezcla muy fría del frigorífico, tardará mucho menos tiempo en adquirir la textura deseada.
Mientras vertimos la mermelada en un bol y removemos un poco para aligerarla.
Una vez termine el proceso de la heladera debemos trabajar muy rápido. Incorporamos la mermelada en el helado y mezclamos ligeramente con una espátula de silicona.
Si trabajamos en la heladera será más cómodo que en un bol ya que este favorecerá que el helado se derrita antes.
Vertimos la mezcla sobre la tarrina, cubrimos con film e introducimos en el congelador un mínimo de 4 horas.
En mi caso lo dejé de un día para otro.
Transcurrido este tiempo ya solo nos queda disfrutar de el a cada cucharada. Podemos acompañarlo de unos nueces y un poco de miel…
Buen provecho!!