Icono del sitio Bake-Street.com

Dolce Vita, bizcocho de avellanas y café

Yo no quiero decir nada… pero el día de la madre lo tenemos a la vuelta de la esquina y creo que una buena manera de sorprenderla, desde primera hora del día, sería con un desayuno digno de una auténtica reina. No hay nada más bonito que elaborar con  nuestras propias manos algo que va destinado a una persona que queremos y nos importa, y este Dolce Vita, bizcocho de avellanas y café puede ser una fantástica opción.

Es algo que se valora mucho más que cualquier otra cosa que podamos comprar, porque detrás de un simple bizcocho hay mucha ilusión, cariño, tiempo dedicado, emoción, ganas de hacer feliz y arrancar una amplia sonrisa a esa persona.

He de reconocer que desde pequeña siempre me ha encantado dar sorpresas a mis padres, bueno y a mis amigos. Ya podía ser desde un simple dibujo, una carta, hacerles cuadros (que a mi me parecían preciosos en su momento pero ahora los ves y… ¡mueres!), hacerles adornos para la casa o prepararles desayunos especiales. Estaba deseando verles la cara de sorpresa y que lo disfrutaran.

Por eso es algo que he valorado mucho siempre, más que cualquier otra cosa. El simple hecho de que una persona haya estado pensando en ti en varios momentos de sus días, preparándote una sorpresa a escondidas con tanta ilusión… es que no hay nada que pueda competir con eso.

Y ¿cuál puede ser ese fantástico desayuno?

Pues este maravilloso bizcocho de avellanas y café Dolce Gusto, su combinación es absolutamente deliciosa. Un bizcocho esponjoso con un interior generoso de avellanas y aromatizado con café, decorado con un suave chantilly de café, ganache de caramelo y chocolate coronado con avellanas y una nougatine… es que ¡no se me ocurre nada mejor!

Bueno sí, acompañarlo de un delicioso café recién hecho en mi cafetera NESCAFÉ Dolce Gusto®, tanto el “Latte Macchiato” como  “Chococino Caramel” son mi perdición… Ya sabéis que soy una fan incondicional del chocolate y el café es otra de mis perdiciones, y ambos juntos son una auténtica locura.

Además, que me parece ¡rechula! La mía es el modelo Eclipse, cuando la ves en un primer instante no parece una cafetera. Tiene un diseño tan elegante y minimalista que casi parece un elemento ornamental. Pero ya no es solo eso, al encenderla tiene un sistema de apertura automático que despliega uno de los brazos y podemos ajustar los niveles de cantidad de café de manera táctil. Lo que os digo, una monería.

INGREDIENTES:

Receta adaptada del libro “Invitation d’un pâtissier voyageur” Nicolas Bernardé

Para un molde de 20.5 x10.5 x9.5 cm y otro de  8 x 15 x 5 cm.

PARA EL BIZCOCHO DE AVELLANAS Y CAFÉ:

* Receta en el enlace

PARA EL NAPPAGE DE ALBARICOQUE:

PARA EL CHANTILLY DE CAFÉ:

PARA LA GANACHE DE CARAMELO Y CHOCOLATE CON LECHE:

PARA DECORAR:

PARA LA NOUGATINE DE AVELLANAS:

ELABORACIÓN:

PRIMER DÍA

Preparamos el bizcocho de avellanas y café.
  1. Precalentamos el horno a 160ºC con calor arriba y abajo. Engrasamos un molde rectangular, forramos con papel de horno y reservamos.
  2. Tamizamos la harina junto con la levadura química y la sal. Reservamos.
  3. En un procesador de alimentos trituramos las avellanas hasta obtener una textura fina. Debemos tener cuidado de no triturar durante mucho tiempo para que al calentarse las cuchillas favorezcan que la grasa de la avellana salga. Si fuera necesario, lo haremos procesando de manera intermitente. Reservamos.
  4. En un bol mezclamos la mantequilla clarificada, aún templada, junto con el aceite de oliva. Mezclamos con unas varillas para combinar ambos ingredientes.
  5. En el bol de la KA añadimos la mezcla de harina junto con el azúcar y las avellanas procesadas, mezclamos.
  6. Comenzamos a integrar los huevos de uno en uno. Mezclaremos con ayuda de la pala a velocidad 1 hasta que los ingredientes estén bien integrados per sin sobre-batirlos. La mezcla se volverá muy cremosa.
  7. Incorporamos la miel junto con el café, mezclamos de nuevo solo hasta combinar los ingredientes.
  8. Vertemos la mezcla de mantequilla en un hilo fino y continuo a la vez que mezclamos a velocidad baja. Una vez que hayamos vertido toda la mantequilla con el aceite, mezclaremos solo hasta que observemos que los ingredientes se han integrado por completo. El resultado será una masa muy brillante.
  9. Finalmente incorporamos las avellanas ligeramente majadas y volvemos a mezclar con ayuda de una espátula de silicona solo hasta que se repartan de manera uniforme por la masa.
Horneamos el bizcocho.
  1. Vertemos la mezcla en los moldes, golpeamos suavemente sobre una superficie de trabajo para asentar la masa y favorecer la expulsión de burbujas de aire e introducimos en el horno a media altura.
  2. Horneamos durante 70 minutos el grande y 40 minutos el pequeño, o hasta que al insertar un palillo este salga limpio.
  3. Sacamos, dejamos 5 minutos en el molde y desmoldamos. Colocamos sobre una rejilla y dejamos enfriar por completo.
  4. Una vez que esté frío, envolvemos en film e introducimos en el frigorífico hasta el día siguiente.
Preparamos la nougatine de avellanas.
  1. Precalentamos el horno a 160ºC.
  2. Preparamos una bandeja con fondo (bordes) con una silpat encima, reservamos.
  3. Mezclamos la pectina en polvo con el azúcar, reservamos.
  4. Majamos ligeramente las avellanas, reservamos.
  5. En una cacerola mediana añadimos la mantequilla en trozos junto con el azúcar invertido y dejamos a calor medio hasta que se fundan por completo.
  6. Añadimos el azúcar y, sin dejar de remover, dejamos al calor hasta que se funda por completo y obtengamos un caramelo.
  7. Incorporamos las avellanas y mezclamos para distribuir de manera homogénea.
  8. Vertemos la mezcla sobre la bandeja con la silpat y horneamos durante 15 minutos.
  9. Sacamos y dejamos enfriar por completo boca abajo sobre una rejilla.
Preparamos la ganache de caramelo y chocolate.
  1. Troceamos el chocolate, reservamos.
  2. Vertemos la nata en un cazo pequeño y calentamos ligeramente para que adquiera algo de temperatura, sin llegar a ebullición. Reservamos.
  3. En un cazo mediano añadimos el azúcar y colocamos a calor medio, dejamos hasta que comience a fundirse. Comenzamos a remover con una cuchara sin el tiempo expuesto al calor o de lo contrario obtendremos un sabor amargo. Obtendremos un caramelo de color dorado.
  4. Vertemos la nata poco a poco y sin dejar de remover, una vez que se haya homogeneizado la mezcla, retiramos del calor y añadimos el Corn Syrup. Mezclamos muy bien hasta integrar los ingredientes por completo.
  5. Añadimos el chocolate, previamente troceado, y mezclamos hasta homogeneizar por completo.
  6. Vertemos la ganache en un recipiente hermético y dejamos que enfríe a temperatura ambiente. Refrigeramos hasta el día siguiente.

SEGUNDO DÍA

Preparamos el chantilly de café.

Antes de disponernos a montar la nata debemos asegurarnos de dos cosas:

  1. En un vaso añadimos la gelatina en polvo junto con el agua, mezclamos y dejamos reposar 5 minutos para que se hidrate.
  2. Introducimos en el microondas a máxima temperatura y calentamos durante 15 segundos. Sacamos y dejamos templar mientras montamos la nata. Esta debe reducir su temperatura a 33-35ºC.
  3. Vertemos la nata en el bol frío y comenzamos a montar con unas varillas eléctricas a velocidad 1.
  4. Una vez que comience a tomar cuerpo, añadimos el azúcar poco a poco y sin dejar de batir. Aumentaremos la velocidad de manera gradual pero sin llegar nunca a la máxima. Lo ideal es una velocidad media.
  5. Antes de que termine de montar del todo, vertemos el café en polvo junto con mezcla de gelatina y batimos hasta que obtengamos una nata con mucho cuerpo. Cuidado de no sobre batirla o haremos mantequilla…
  6. Cubrimos el bol con film y refrigeramos hasta el momento que vayamos a utilizarla.
Preparamos el nappage de albaricoque.
  1. En un cazo añadimos todos los ingredientes y colocamos a calor medio hasta que se licúen.
  2. Reservamos.
Montamos el bizcocho de avellanas y café.
  1. Pincelamos ambos bizcochos con el nappage de albaricoque por toda la superficie a excepción de la base. Nos dejará un acabado muy brillante.
  2. Introducimos el chantilly de café en una manga pastelera con una boquilla lisa de 2 cm. Preparamos otra manga pastelera con una boquilla lisa de 1 cm e introducimos la ganache de caramelo y chocolate.
  3. Decoramos la superficie de ambos bizcochos con el chantilly de café y la ganache de caramelo y chocolate.
  4. Decoramos con unas avellanas pintadas con polvo dorado comestible y unos trozos de nougat de avellanas.
  5. Servimos acompañando de una buena taza de café recién hecho o un chocolate con caramelo de Dolce Gusto®.

CONSERVACIÓN: Podemos guardarlo en un recipiente hermético y mantenerlo refrigerado durante 3-4 días.

NOTAS:

Animaros con él…

Este bizcocho de avellanas y café Dolce Gusto, es de ese tipo de elaboraciones a las que merece la pena dedicar un poco de tiempo. Cuando lo estás disfrutando lo primero que te viene a la mente es – ¡Qué tiempo tan bien invertido! – .

Después lo único en lo que puedes pensar es en compartir ese momento que has creado con tus manos. Un desayuno especial para disfrutar con vuestra madre en el que partiendo de una idea sencilla, como es un bizcocho, lo transformaremos en algo nuevo, diferente, único y personal. Porque cada receta es diferente dependiendo de las manos que lo elaboren.

Y ahora, si me lo permitís, me voy a servir un trozo con un buen café recién hecho para disfrutar de este #CreativeBreakfast con la mejor compañía.

¡Feliz fin de semana!

Un abrazo,
Eva

Este post es una colaboración con la marca

Salir de la versión móvil