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Bizcocho de Cabrales con uva frambuesa

Creo que nunca debemos descartar una idea loca, descabellada o imposible de imaginar. Y mucho menos pensar que pueda acabar mal. Si la trabajamos de manera correcta y buscamos el medio para hacer que funcione, funcionará. Durante las vacaciones se me ocurrió la idea de hacer un bizcocho de Cabrales que, en un primer momento, puede chocar y mucho.

De hecho en casa me miraron como si estuviera loca. Y, en ese momento, sabía que lo estaba haciendo bien. Siempre que digo “Voy a hacer X” y me miran así, lo que voy a hacer va a salir bien. Al menos hasta día de hoy, que ya sabemos que siempre hay una excepción que confirma la regla. El día que ocurra, os lo contaré también, por supuesto. Pues de ese modo surgió este bizcocho de Cabrales con uva frambuesa.

Dando forma al bizcocho de Cabrales.

Normalmente, cuando quiero elaborar un bizcocho nuevo o “inventado”, suelo basarme en recetas que ya he probado y sé que funcionan. Cambio ingredientes y proporciones, pero procurando mantener siempre la misma cantidad de ingredientes secos, líquidos y grasos. Este método me funciona muy bien, no sé porqué en algunas ocasiones decido no hacerlo.

Para dar con la receta que obtuvo el resultado que yo tenía en mente y buscaba, tuve que prepararlo 2 veces. La primera vez me basé en un bizcocho de Yann Couvreur, pero no obtuve lo que quería. Me quedé con algunas ideas que sí me gustaron y me parecieron realmente geniales. Como el uso de nata líquida en lugar de leche u otro tipo de ingrediente similar y el glaseado final junto con la fijación con el calor del horno.

Mis resultados no fueron los deseados y creo que una de las razones era que la receta utilizaba poca cantidad de huevos. En cualquier caso, lo volví a repetir (1 hora después tras terminar el primero). Ajusté cantidades e ingredientes basándome en otras recetas mías, además de la temperatura y tiempo final de cocción. Esta vez sí, di con lo que buscaba. Y desde ese momento, lo he tenido que hacer en más de una ocasión… Gustó muchísimo.

No podréis imaginar su sabor hasta que lo probéis.

Creedme, es absolutamente espectacular y extraordinario.

Posee una ternura y esponjosidad que es de otro mundo. Su miga es muy jugosa, con el punto justo de dulzor (no omitáis la cobertura exterior, aporta un toque dulce fantástico y textura) y ese sabor maravilloso de queso Cabrales. Me atrevo a decir, y en voz alta subida en un taburete, que es el mejor bizcocho que he preparado hasta el momento. Sin lugar a dudas.

La decoración exterior quise hacerla con frutas que fueran bien con el queso, además de temporada. En este caso utilicé uvas frambuesas y ciruelas Claudia.

¿Uvas frambuesas? ¿Eso qué es?

Eso mismo pensé yo cuando las vi. Al principio estaba algo reacia a ellas aunque me llamaban la atención. Un sentimiento de atracción-rechazo que no sabes muy bien como encaminar, pero que finalmente decides dejarte llevar y caes en él.

Pues solo puedo deciros que si estas uvas frambuesas se cruzan en vuestro camino, compradlas. Su sabor es sensacional. Una mezcla de uva con sabor a frambuesa, dulce, suave, fresco… ¡No sé como no las hay por todas partes! Obviamente se tratará de algún tipo de injerto, pero el invento me ha gustado mucho, muchísimo.

Decorando el bizcocho.

Hace tiempo sigo a una mujer por IG que para mí es absolutamente maravillosa. Ella es elegancia, delicadeza, muy carismática, además de poseer una personalidad particular. Creo que de ahí que comiencen a verse otros perfiles por la red que se inspiren en su estilo y trabajo.

Se llama Jamie Beck y podéis ver su trabajo en su cuenta de IG o en su web Ann Street Studio. Ella, junto a su marido, fueron los creadores del conocido cinemagraph, en este enlace os dejo un ejemplo de sus maravillosas creaciones.

Adoro los bodegones que hace, son extraordinarios. Logra crear un ambiente precioso que jamás te cansas de observar. Mis fotos de hoy están inspiradas en su trabajo, pero por supuesto nada que ver con las maravillas que hace. Creo que es bueno (y saludable) compartir quienes son las fuentes/personas que nos inspiran, nos dan ideas y nos permiten aprender, mejorar y evolucionar.

En mi caso no quería dejar de recomendaros el trabajo de Jamie porque es magnífico. Además, estoy segura que quienes no la conozcáis, os alegrará el haberlo hecho.

Ingredientes para un molde de 20.5 x10.5 x9.5 cm

PARA EL BIZCOCHO: PARA EL GLASEADO: PARA DECORAR:

Elaboración

Preparamos el bizcocho.
  1. Precalentamos el horno a 160º C con calor arriba y abajo.
  2. Engrasamos y forramos con papel de horno, o bien pulverizamos con un spray desmoldante, el molde. Reservamos.
  3. En un bol tamizamos la harina junto con el impulsor y la sal. Reservamos.
  4. En el bol de nuestra amasadora o KitchenAid añadimos la mantequilla junto con el azúcar y mezclamos con ayuda de la pala a velocidad 1. Debemos obtener una textura cremosa y blanquecina.
  5. Incorporamos los huevos y mezclamos hasta que se integren por completo. La textura obtenida será suave y cremosa.
  6. Añadimos el queso de Cabrales, ligeramente desmigado, y mezclamos con la pala hasta que obtener una mezcla homogénea. La consistencia será muy suave y cremosa.
  7. Alternamos el añadido de nata y harina en 2-3 tandas. No añadiremos la siguiente tanda hasta que la primera se haya integrado. Recordad no sobrebatir la mezcla, mezclaremos solo hasta que se haya integrado la harina por completo. De lo contrario el bizcocho quedará denso y compacto.
  8.  Vertemos la mezcla en el molde, la textura será muy cremosa. Os recordará a un helado recién mantecado. Golpeamos con suavidad el molde para asentar la masa y eliminar las posibles burbujas de aire. Alisamos la superficie con una espátula.
  9. Introducimos en el horno durante 65-70 minutos o hasta que insertando un palillo en el centro, este salga limpio. Cuando queden 20 minutos de cocción, os recomiendo cubrirlo con papel de aluminio para evitar que se dore en exceso.
  10. Sacamos, dejamos reposar 7-8 minutos en el molde y desmoldamos. Dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.
  11. Una vez que esté frío, envolvemos en film e introducimos en el frigorífico hasta el día siguiente.
Preparamos el glaseado.
  1. Precalentamos el horno a 170ºC con calor arriba y abajo.
  2. En un cuenco disolvemos el azúcar glas junto con el agua.
  3. Sacamos el bizcocho del frigorífico, colocamos sobre una rejilla y bañamos con el glaseado. Os recomiendo colocar debajo una fuente para recoger el exceso de glaseado y poder volver a bañarlo. En mi caso utilicé toda la cantidad de glaseado bañándolo un total de 3 veces.
  4. Introducimos el bizcocho en el horno, colocamos sobre una rejilla forrada con papel de horno o aluminio, y dejamos en el interior durante 2 minutos. Este paso ayudará a fijar el glaseado.
  5. Sacamos y dejamos reposar durante 15 minutos sobre una rejilla.
Servimos.
  1. Servimos el bizcocho decorado o acompañado con uva frambuesa y ciruelas Claudia.

Notas

Tal vez os resulta una idea extraña, pero confiad en mí y probad este bizcocho de Cabrales con uva frambuesa. Es realmente adictivo, como si tuviera umami puesto que no puedes dejar de comerlo. Sin duda es un postre perfecto para sorprender a vuestros amigos y familiares. El queso suele formar parte de los postres acompañado con fruta y qué mejor opción que darle un aire nuevo y presentarlo de este modo. ¡Estoy deseando que me contéis vuestra experiencia! Un fuerte abrazo, Eva
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