He de reconocer que cuanto más disparatada o imposible pueda parecer una receta, más me gusta y atrae. De esas cosas que se le pasan a uno por la cabeza y parece que no puede ser verdad, pero sí, como esta sopa de Bloody Mary. Mira que es una bebida que jamás me ha llamado especialmente la atención, pero cuando le cambias el formato, la condimentas un poco más y la presentas de otro modo… oye, la cosa cambia y mucho.
Pues eso me pasó cuando vi por primera vez una receta llevada a cabo partiendo de este peculiar cocktail, ¡me fascinó! A mi me dices,¿ te preparo un bloody Mary? y casi seguro que al 90% te digo que no… ahora, dime si quiero una sopa de Bloody Mary. Ya solo por la intriga de ver cómo evoluciona la receta y cambia en el paladar, para sorprender con seguridad total, te digo que si.
De modo que tuve que hacerla, era imperativo probarla y ver si pasaría a formar parte de mi “recetario obsesivo por las cremas y sopas”. Efectivamente así ocurrió, ¡qué delicia! Vale, no deja de ser una sopa de tomate, condimentada, bien presentada y con un punto de la bebida característica de este cocktail, el Vodka. Pero es una de esas combinaciones que no dejan en absoluto indiferente.
Otra cosa, no debéis preocuparos por este ingrediente porque añadiremos muy poca cantidad y, además, evaporaremos todo su alcohol al desglasarlo con el fondo de las verduras. Pero ya sabéis que si preferís no añadirlo, se puede omitir sin más.
El Bloody Mary es un cocktail mundialmente conocido que fue preparado por primera vez en el año 1921 por Fernand Petiot en el “Harry´s New York Bar” de París. Hay un par de historias que hacen referencia al origen del nombre de este cocktail.
Una de ellas dice que su nombre pueda hacer referencia a la reina María I de Inglaterra debido a las crueles órdenes que impuso para perseguir a los protestantes del s. XVI. La segunda, y más probable, habla de un cocktail que Fernand Petiot preparaba en el Harry´s New York, para dos clientes suyos de Chicago, al que llamaba “Bucket of Blood” (cubo de sangre). La camarera de este local la apodaban “Bloody Mary” y uno de los clientes decía que este cocktail le recordaba a ella, y comenzó a llamarlo así. Nombre que perduró.
Con el tiempo Petiot se mudó a los Estados Unidos y fue allí donde añadió a este cocktail por primera vez sal, limón y tabasco para satisfacer las peticiones de sus clientes. Estos ingredientes son esenciales a día de hoy para llevarlo a cabo. En el año 1930 Petiot intentó cambiarle el nombre del cocktail a “Red snapper” (pargo rojo), por supuesto sin ningún éxito.
Hoy daremos un paso más y llevaremos este cocktail a un primer plato o entrante que, estoy segura os encantará 😉
INGREDIENTES PARA LA SOPA DE BLOODY MARY:
Receta basada en What do you crave?
3-4 raciones
- 1,300 kg de tomates
- 5 dientes de ajo negro
- 55 g de chalota
- 1 rama de apio, 65 g aprox.
- 1 cucharada de perejil picado
- 48 g de Vodka
- 275 g de caldo de verduras casero, a ser posible
- 1 y 1/2 cucharadita de comino
- 1/2 cucharadita de pimentón picante
- 2 chiles de Cobán
- 2 cucharaditas de salsa Sriracha
- 3 cucharaditas de salsa Worcestershire
- 1 y 1/2 cucharadita de salsa Horseradish (yo utilizo Colman´s )
- zumo de una lima
- ralladura de una lima
- 1/8 cucharadita de tabasco
PARA SERVIR:
- ramas de apio
- aceitunas
- rodajas de lima
- perejil rizado
- chile rojo
ELABORACIÓN:
Asamos los tomates.
- Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
- Lavamos los tomates y secamos.
- Colocamos los tomates en una bandeja de hornear, rociamos con un buen chorro de aceite de oliva, salpimentamos e introducimos a media altura. Horneamos durante de 1 hora.
- Sacamos del horno y dejamos templar hasta que podamos manipularlos con las manos.
- Retiramos la piel e introducimos la pulpa en un procesador de alimentos junto con los dientes de ajo negro. Procesamos hasta obtener una textura suave. Reservamos.
Salteamos los ingredientes.
- Picamos muy finamente el apio y la cebolla.
- En una olla mediana vertemos 2 cucharadas de aceite de oliva y colocamos a calor medio.
- Añadimos el apio junto con la cebolla y salteamos durante 5-7 minutos.
- Vertemos el Vodka, subimos a calor alto y dejamos durante unos minutos. De este modo también favoreceremos que se evapore el alcohol.
- Incorporamos el caldo junto con la mezcla de tomate, el perejil, las especias, las salsas y el zumo de limón.
- Dejamos que rompa a hervir y, en ese momento, reducimos a fuego medio bajo y dejamos en una cocción suave durante 20 minutos.
- Retiramos del calor y procesamos con una batidora.
- Colamos para retirar las partes más solidas. Reservamos.
Servimos la sopa de Bloody Mary.
- En un plato añadimos las especias* y mezclamos.
- En un bol pequeño, vertemos el zumo de medio limón.
- Introducimos los bordes de los recipientes en el zumo de limón y posteriormente en las especias.
- Vertemos con cuidado la sopa de Bloody Mary en los frascos.
- Decoramos con ramas de apio, aceitunas, rodajas de lima o aquellos acompañamientos que prefiramos.
* Podemos utilizar pimentón dulce o picante, comino, pimienta… a nuestra elección.
NOTA:
- Utilizad siempre tomate natural en lugar de tomate envasado, el sabor nada tiene que ver… sobre todo si usamos variedades de tomate con mucho sabor.
- Tanto las especias como las salsas se pueden añadir en mayor o menor cantidad a vuestro gusto. De modo que pueda resultar más suave o potente.
- He utilizado ajo negro porque me gusta mucho. Se trata de ajo fermentado, de ahí su color. Posee un sabor entre regaliz y ajo dulce que me tiene fascinada pero, en caso de que no os guste o no tengáis en casa, podéis utilizar en su lugar ajo normal. Lo ideal es que los aséis junto con los tomates para suavizarlos y mejorar su sabor.
- El acompañamiento siempre puede ir a vuestro gusto, desde ramas de apio, aceitunas, hierbas aromáticas, una rebanada de pan con una loncha de jamón, queso, bacon…
Esta sopa de Bloody Mary no solo es diferente y sorprendente, sobre todo la primera vez que oímos hablar de ella, sino que además es increíblemente deliciosa, ligera, suave en textura y adictiva. Se logra una mezcla de sabores que enamoran el paladar y, además, podemos consumirla tanto caliente, templada o fría. Esto hace que sea perfecta para disfrutarla en cualquier momento del año.
Ahora vamos con una semana nueva que parece que empieza con el buen tiempo, ¡al fin!
Un abrazo,
Eva