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Bizcocho de avellanas con crema de caramelo e higos

Cómo nos ha llegado el frío de repente, porque aquí no existe el termino medio, pasamos del calor del averno al frío polar, pues toca ir preparando recetas de mantita y café. Cómo este bizcocho de avellanas con crema de caramelo e higos que es muy de otoño y muy de tardes de horno.

Siempre lo digo, entre bizcocho y bizcocho horneado en casa pasa mucho tiempo… y no lo entiendo. Con lo ricos que están y lo poco que se tardan en hacer… además de us versatilidad a la hora de prepararlos, ¡infinita! yo creo que no hago más porque siempre tengo demasiadas elaboraciones apuntadas para ir preparando y los pobres se me quedan en un segundo plano.

Es una elaboración que en casa la agradecen mucho, siempre les gusta y dura muy poco. Tendré que tenerlo más presente (aunque seguro que me vuelve a pasar!).

En esta ocasión la combinación es un éxito seguro; avellanas, caramelo e higos con frambuesas amarillas. Frutos de temporada aunque estos siempre se pueden variar acorde al momento del año o nuestras preferencias personales. El resultado es sencillamente un sabor y aroma… buenísimo.

La verdad que muchas veces no hace falta preparar elaboraciones demasiado complejas para saciar nuestro ojo y paladar. Combinando elementos sencillos y algunas frutas coloridas y llamativas tenemos todo el camino ganado.

En este caso unos higos negros, grosellas blancas y frambuesas amarillas… He de reconocer que cada vez que voy a comprar y veo estas cosas, no me puedo resistir. ¡Me las llevo siempre conmigo! Una cosa que me sorprendieron mucho de ellas es su sabor, pensé que igual no tendrían mucho o serían ácidas. En absoluto, su sabor era muy intenso y dulce, me encantaron. Por lo visto se pueden encontrar tres variedades de este tipo de frambuesa: Fallgold, Amber y Goldie.

Platos preciosísimos de Do Cerámica.

Por lo que he podido encontrar respecto a sus variedades parece que cada tipo se puede recolectar en diferentes momentos del año. La variedad Amber se cosecha a finales de agosto/septiembre, la Fallgold entre junio y octubre y la Goldie entre primavera y verano. Se adapta muy bien a las zonas húmedas y suele crecer en zonas pantanosas, bosques claros y campos. Es muy consumida en los países escandinavos.

En mi caso las compré en Hipercor pero es cierto que no están siempre… Últimamente suelen llevar frutas exóticas o menos habituales, pero no sabes qué es lo que te vas a encontrar con seguridad. También tenían unos kiwis enanos monísimos que seguro habéis visto alguna vez.

En conclusión, si no encontráis estos frutos podéis utilizar otros, hoy en día tenemos mucha variedad a nuestro alcance. Incluso podemos sustituirlos por frutos secos caramelizados, flores… Lo que prefiramos 😉

INGREDIENTES PARA UN MOLDE DE 20.5 x10.5 x9.5 CM:

Receta adaptada de BBCGoodFood.

PARA EL BIZCOCHO DE AVELLANAS:

PARA LA CREMA DE CARAMELO:

Esta crema es muy similar a la que os dejé para las tartaletas de caramelo y nougat.

PARA DECORAR:

ELABORACIÓN:

Comenzamos preparando el bizcocho de avellanas.
  1. Precalentamos el horno a 175ºC con calor arriba y abajo. Engrasamos un molde rectangular, forramos con papel de horno y reservamos.
  2. En un bol tamizamos la harina junto con la levadura química y la sal. Reservamos.
  3. En un procesador de alimentos trituramos las avellanas hasta obtener una textura fina. Debeos tener cuidado de no triturar durante mucho tiempo para que al calentarse las cuchillas favorezcan que la grasa de la avellana salga. Si fuera necesario, lo haremos procesando de manera intermitente. Reservamos.
  4. En el bol de la KA añadimos la mantequilla junto con el azúcar moscabado, mezclamos con ayuda de la pala a velocidad 1 hasta que ambos ingredientes estén bien integrados. La mezcla se volverá muy cremosa y aumentará ligeramente de volumen.
  5. Añadimos los huevos de uno en uno, no añadiremos el siguiente hasta que el primero esté integrado. Observaremos que la mezcla parecerá como cortada.
  6. Comenzamos a incorporar los ingredientes secos junto con la leche. Lo haremos alternando ambos. Añadimos 1/3 de los ingredientes secos, mezclamos hasta que se integre en la masa, añadimos la mitad de la leche y mezclamos hasta homogeneizar. Repetimos hasta añadir la totalidad de ambos. No debemos sobre mezclar la masa, solo lo haremos hasta que el ingrediente que hemos añadido se integre.
  7. Finalmente incorporamos la vainilla y el yogurt o crème fraîche y volvemos a mezclar hasta homogeneizar.
Horneamos el bizcocho.
  1. Vertemos la mezcla en el molde, golpeamos suavemente sobre una superficie de trabajo para asentar la masa y favorecer la expulsión de burbujas de aire e introducimos en el horno a media altura.
  2. Horneamos durante 40-45 minutos o hasta que al insertar un palillo este salga limpio.
  3. Sacamos, dejamos 5 minutos en el molde y desmoldamos. Colocamos sobre una rejilla y dejamos enfriar por completo.
  4. Una vez que esté frío, envolvemos en film e introducimos en el frigorífico hasta el día siguiente. este paso nos ayudará a dar firmeza al bizcocho y poder trabajar mejor con él al cortarlo y rellenarlo.
Preparamos la crema de caramelo.
  1. Vertemos agua muy fría* en un cuenco pequeño e introducimos la gelatina, dejamos hidratar alrededor de 15-20 minutos.
  2. En un cazo mediano añadimos el azúcar junto con el agua**, colocamos a calor medio y dejamos hasta que el agua se evapore y el azúcar comience a caramelizar. En ese momento comenzamos a remover con ayuda de una cuchara, debemos tener cuidado de no sobrepasar el tiempo expuesto al calor o de lo contrario obtendremos un sabor amargo. Dejaremos hasta que adquiera un bonito color dorado.
  3. Vertemos la nata sin dejar de remover. Una vez que se haya homogeneizado la mezcla, retiramos del calor y añadimos la mantequilla. Mezclamos muy bien hasta integrar los ingredientes por completo.
  4. Dejamos a un lado hasta que la temperatura alcance los 50ºC, es importante no añadir antes la gelatina de lo contrario perderá su efecto gelificante.
  5. Escurrimos e incorporamos la gelatina, mezclamos con ayuda de unas varillas hasta disolver por completo. Dejamos a un lado de nuevo hasta que la temperatura se reduzca a 45ºC. En ese momento incorporamos el queso y mezclamos con ayuda de unas varillas hasta homogeneizar la mezcla.
  6. Vertemos la mezcla en un recipiente hermético e introducimos en el frigorífico hasta el momento que vayamos a utilizarla. En mi caso fue hasta el día siguiente.

* Es importante que el agua esté muy fría, de la nevera nos vale maravillosamente bien, de lo contrario la gelatina se deshará en el agua.

** Este agua nos ayuda a disolver el azúcar evitando que se de la “posible situación” de que se nos queme al caramelizar. Si ya tenéis costumbre en fundir azúcar para hacer caramelo, podéis omitirlo. Os lo comento para dejaos soluciones en pasos que puedan surgir problemas.

Montamos el bizcocho.
  1. Sacamos la crema de caramelo unos 15-20 minutos antes de utilizarla para rellenar el bizcocho de avellanas. De ese modo atemperará y será mucho más sencillo extenderla.
  2. Con ayuda de un lira, o si sois más apañados a la hora de cortar en línea recta un bizcocho con un cuchillo de sierra, cortamos por la mitad longitudinalmente.
  3. Rellenamos el bizcocho con la mitad de crema de caramelo. Colocamos sobre esta la otra mitad de bizcocho.

En este punto y dependiendo de la temperatura ambiente de nuestra casa, la crema puede volverse más ligera. Si lo deseáis, antes de decora la parte superior, podéis introducir el bizcocho montado en el frigorífico durante 20 minutos. De este modo el relleno endurecerá y será mucho más fácil untar la parte superior.

  1. Sacamos el bizcocho del frío y, con ayuda de una pala pequeña, disponemos el resto de crema de caramelo por la superficie del bizcocho.
  2. Decoramos con higos cortados en cuartos, en el centro coloqué uno abierto en flor, frambuesas amarillas y unas grosellas blancas. En este último caso estaban congeladas, de este modo aguantan muy bien y a la hora de decorar aportan un efecto escarchado.
  3. Espolvoreamos con unas pocas avellanas troceadas y ya lo tendremos listo-

CONSERVACIÓN:

Este bizcocho debemos conservarlo en el frigorífico, en un recipiente hermético o envuelto en papel de aluminio cómo prefiráis, debido al relleno de crema de caramelo. Nos aguantará en perfecto estado hasta 5-7 días, que ni de lejos va a aguantar tanto.

Para consumirlo os recomiendo atemperarlo como 30 minutos antes, de este modo la crema estará mucho más suave al tomarla.

Este bizcocho de avellanas con crema de caramelo es sencillamente maravilloso. No solo es fácil de hacer, que básicamente tenemos que mezclar ingredientes y al horno, sino que nos asegura un desayuno digno de sus “reinas majestades” (expresión que usamos en casa cuando algo es lo más de lo más XD).

La crema es fácil también, a pesar de lo que pueda parecer en un primer momento. Pensad en hacer un caramelo, que después será toffee, que tras añadir gelatina y la crema de queso (verter y mezclar) se convertirá en nuestro relleno mágico. Sencillo a más no poder.

La decoración la podemos hacer con nuestras frutas preferidas, si no nos gusta la fruta con frutos secos y, si no nos gusta nada de nada, pues el bizcocho con la crema que también está estupendo.

Voy a ver si puedo hacerme con el último trozo que queda para desayunar, antes de que se me adelanten…

Saludos,
Eva

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