Me parece mentira que haya pasado poco más de un mes desde mi última publicación, la verdad que ¡os he echado mucho de menos, pero una barbaridad! Por dios, ¡feliz año a todos! Espero que estéis muy bien y lo hayáis pasado lo mejor posible. La razón por la que tuve que parar las publicaciones en el blog fue porque tenía que terminar de preparar un taller online de Roscón de Reyes (que, por cierto, la opción no tutorizada estará disponible durante todo el año!). Debía tenerlo listo para una fecha concreta y tuve que dedicarle muchas horas… Todas las del mundo. Y, después, tocó descansar un poco. Pero, ¡ya estoy por aquí de vuelta dispuesta a daros mucha guerra! Y ¿Cómo vuelvo? Con una opción muy ligera para rebajar todos los roscones y dulces que nos hemos comido. Una Sopa Dashi de guisantes con costrones de pan.
Pensaréis, ¿costrones fritos de pan? ¡Cuánta ligereza! A ver, tampoco vamos a someternos a una época de castidad… Comer bien, no implica sufrir con lechuga y atún. Con mantener a raya el “mal” (mucho azúcar que un poquito tampoco pasa nada… ultraprocesados del infierno y pan de gasolinera) se puede tener una dieta muy saludable. Un pan hecho en casa, un poco fritito en aceite de oliva… Oye, que te da la vida a una sopa o crema.
Ya sabéis que todo lo que tiene que ver con sopas y cremas, me vuelve loca. Tuve una temporada que compartía muchas recetas en el blog, pero por alguna extraña razón, dejé de publicarlas. Que no de hacerlas en casa. Supongo que los dulces y los panes ¡me ganaron el pulso! Pero estas navidades he estado haciendo en casa muchas sopas, cremas y platos de cuchara en general, de las que decidí hacer fotos para poder ir dejándolas por aquí también. Y más ahora con estos fríos que tenemos, apetece mucho tener un surtido amplio de este tipo de platos.
Sopa Dashi de guisantes con costrones de pan.
Esta sopa tiene un ingrediente protagonista, los guisantes. De modo que esta receta no será adecuada para aquellos que no os guste esta leguminosa.
El sabor de esta sopa tiene un matiz muy marcado y presente por los guisantes, de ahí que os diga que deben gustaros, pero también van acompañados por sabores picantes, frescos y dulces. La textura es muy suave, sedosa, dando como resultado un conjunto fresco, cremoso y altamente adictivo. La combinación de los costrones de pan fritos, crujientes y templados, y sopa en una misma cucharada es un completo manjar.
Los sabores y recetas orientales me gustan mucho. Es por esa razón que la base de muchas de mis sopas o cremas suele ser un caldo dashi. Me gusta mucho el punto diferente que aporta, algo que choca al comerlo, pero resulta muy agradable y sorprendente. En caso de que no te guste este caldo o no puedas acceder a él o sus ingredientes fácilmente, puedes optar por un caldo de verduras o incluso pollo. Eso sí, siempre os aconsejo que sea casero, considero que el resultado de un caldo hecho con ingredientes frescos en casa, nada tiene que ver con uno envasado.
Inciso musical.
¿Cómo iba a volver después de tanto tiempo sin compartir algo de música? Imposible. De modo que os dejo algo para amenizar la tarde de lunes mientras disfrutáis de un café o infusión calentito, o bien estáis de vuelta del trabajo. Una canción de Ray Charles, “I’ve got a woman“.
Llevando a cabo la sopa.
Es una elaboración que no requiere de mucho tiempo en la cocina, en unos 40 minutos podemos tenerla lista. Además nos permite ir haciendo otras cosas porque no tenemos porqué estar todo el rato pendiente de ella. Solo en momentos puntuales.
Quitando el caldo dashi, que reconozco sí tiene su proceso de elaboración, el resto es tan sencillo como pochar, sofreír, cocer unos minutos y procesar. Dando como resultado a una sopa que, os aseguro, os va a enamorar.
Para presentarla he optado por unas soperas de porcelana individuales, pero puede servirse en boles o platos hondos perfectamente. La decoración superior es totalmente facultativa. En mi caso unas hojas de salvia, una vaina de guisantes al vapor y unos buenos costrones de pan. Pero se puede adaptar a lo que más os guste o bien tirar por el camino fácil; sopa en el plato y costrones por encima 😉
Receta sopa Dashi de guisantes con costrones de pan
Ingredientes para 4 raciones PARA LA SOPA:- 500 g de guisantes, si utilizamos frescos el peso es sin la vaina
- 190 g de patata pelada
- 135 g de cebolla dulce
- 25 g de jengibre fresco, sin piel
- 1 diente de ajo grande
- 16 g de cilantro fresco, solo las hojas
- 4 cucharadas de aceite de oliva
- 800 g de caldo Konbu Dashi (receta en el enlace), se puede sustituir por caldo de verduras
- 400 g de leche de coco alto contenido graso (de textura densa y espesa, como una crema)
- sal y pimienta negra al gusto
- hojas de salvia
- vainas de guisantes al vapor
- costrones de pan frito
- un chorro de aceite de oliva o de sésamo
- pimienta negra recién molida
Elaboración
Preparamos la sopa de guisantes.
- En una olla grande añadimos el aceite de oliva y colocamos a calor medio bajo.
- Una vez que tenga temperatura, incorporamos la patata cortada en cubos y cocinamos durante 10 minutos. Removeremos de vez en cuando.
- Añadimos la cebolla troceada y cocinamos durante 5-7 minutos más, removiendo de vez en cuando y vigilando que la cebolla no se dore, debemos reblandecerla, pero no dorarla. En este tiempo la patata deberá haber adquirido una textura suave.
- Incorporamos el ajo laminado junto con el jengibre troceado, sal y pimienta al gusto. Salteamos durante 1-2 minutos.
- Vertemos el caldo y subimos a calor alto. Una vez que llegue a ebullición, añadimos los guisantes y reducimos a calor medio bajo. Cocinamos durante 4-5 minutos. Probaremos su textura cuando lleven 4 minutos, en caso de no estar tiernos, dejaremos un poco más hasta alcanzar los 5 minutos.
- Dos minutos antes de terminar la cocción, añadimos las hojas de cilantro a la sopa.
- Retiramos del calor, añadimos la leche de coco y removemos ligeramente.
- Con ayuda de una batidora de mano, procesamos todos los ingredientes hasta lograr una sopa suave, cremosa y homogénea.
Mientras se cocina la sopa, preparamos los costrones de pan frito.
- En una sartén pequeña vertemos suficiente aceite de oliva como para freír los costrones de pan. Colocamos a calor medio alto.
- Cortamos pan, preferiblemente del día anterior, en cuadrados.
- Una vez que el aceite tenga temperatura, pero que no llegue nunca a humear, añadimos el pan troceado.
- Freímos hasta que adquiera un bonito color dorado por toda la superficie.
- Sacamos, escurrimos y colocamos sobre papel absorbente para retirar el excedente de grasa.
- Reservamos.
Presentamos la sopa de guisantes.
- Servimos la sopa de guisantes en soperas individuales.
- Decoramos con una hoja de salvia, una vaina de guisantes cocinada al vapor, un chorrito de aceite, pimienta negra recién molida y acompañamos de costrones de pan frito.
- Servimos.
Notas
- Para elaborar la sopa Dashi de guisantes, podemos utilizar guisantes frescos o congelados. Cuanto mejor sea la calidad de estos, mejor sabor y textura obtendremos en nuestra sopa.
- Es importante no exceder el tiempo de cocción de los guisantes, de lo contrario no obtendremos una sopa de color verde brillante, sino un color más oscuro y apagado.
- El aceite de oliva se puede sustituir por aceite de semilla de uva o de girasol.
- El caldo Konbu Dashi podemos hacerlo en casa, tal y como os muestro en la elaboración, o bien utilizar un preparado deshidratado. Lo dejo a vuestra elección.
- El caldo Dashi se puede sustituir por un caldo de verduras casero o incluso un caldo de pollo suave.
- La leche de coco que he utilizado es densa y cremosa, no una leche líquida. Nos dará una textura muy suave y cremosa.
- En caso de que no os guste la leche de coco, podéis sustituirla por crème fraîche o sour cream.
- Para cocinar las vainas de guisantes, podemos hacerlo en una vaporera. El tiempo de cocción rondará los 3-4 minutos, aunque dependerá del tamaño de los guisantes.
- Si no queremos presentarlo con costrones de pan, algo que os recomiendo no omitir, podemos servirlo con hierbas aromáticas troceadas, crudités de verduras o incluso unos crackers.
- Se pueden conservar refrigerada dentro de un recipiente hermético durante 3-4 días. Al llevar patata, no aconsejo congelarla puesto que le cambia mucho la textura.