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Crema de calabacín con chile y albahaca

Esta semana sí que viene bien tener una nueva receta de crema de verduras, aunque igual no por mucho tiempo ya que tenemos un tiempo loco. Hoy os traigo una receta de crema de calabacín, pero no la que seguramente estamos acostumbrados a preparar en casa. Sino una con sabores frescos, picantes y sorprendentes. Una crema de calabacín con chile y albahaca.

Todas las semanas preparo en casa cremas y/o sopas nuevas, además de las que suelo hacer por costumbre o antojo. Tenía ganas de preparar una crema con calabacín y albahaca, de modo que me puse a buscar combinaciones de ingredientes para llevarla a cabo. Fue así como encontré esta receta de The Bojon Gourmet y supe cómo la llevaría a cabo.

Nunca había pensado en preparar un caldo con aromáticos que después integraría en una crema. La receta de Alanna comienza de este modo, hecho que me fascinó. Antes de elaborar la crema, prepararemos un caldo a base de agua, jengibre, albahaca y citronella, que dejaremos cocinar a fuego lento hasta reducir considerablemente su volumen. De este modo lograremos concentrar mucho los sabores y aromas.

Para resaltar los sabores de las verduras las saltearemos previamente.

Ya sabéis que las cremas se pueden llevar a cabo cociendo, asando o salteando las verduras con anterioridad. Las dos últimas, siempre, nos aportarán sabores y aromas más agradables que si sencillamente las hervimos.

En esta ocasión las saltearemos con aceite de coco, últimamente suelo usarlo bastante para cocinar las verduras de este modo. Lo haremos en dos tandas puesto que el calabacín tarda un poquito más en reblandecer y tostarse. Para potenciar el color verde utilicé una pequeña cantidad de espinacas. La suficiente como para dar un color verde brillante pero sin tomar protagonismo en cuanto a sabor.

Dando textura y suavidad a la crema.

Si procesamos los ingredientes sin añadir otros que aporten algo de contenido graso, el resultado será una pasta ligeramente granulosa y poco agradable al paladar. Para darle untuosidad debemos usar algún elemento que la suavice y aporte cremosidad.

En esta ocasión haremos uso de leche de coco con alto contenido graso, pero si no os gusta o no soléis utilizarla, siempre se puede sustituir por una crema de queso suave tipo mascarpone o incluso crème fraîche. En este caso no sería una receta vegana, pero para aquellos que no os importe este punto, puede ser una opción fantástica.

Para terminar la crema…

Lo que haremos será añadir en el último momento el zumo de lima y la albahaca fresca. A falta de dar un ligero golpe de calor antes de servirla y decorarla.

Esto ya sabéis que siempre será a vuestra elección y gusto personal. A mi me encantó la idea del maíz que nos sugiere Alanna, aunque en mi caso no utilizo este ingrediente en la crema, solo para decorar.

Ya he visto en más de alguna crema ristras de granos de maíz, bien agarraditos, decorando ensaladas o cremas… No veía el día de poder prepararlas de este modo, hasta que llegué a esta receta y dije – aquí va a ser-. También os digo que no es fácil sacar la hilera de maíz. Necesitáis hacer uso de un cuchillo muy afilado para poder cortar parte de la base central que sostiene los granos y así sacarlos juntos.

Como la crema lleva parte de ajetes, y personalmente me gustan un montón, pensé en decorar con unos pocos finamente cortados. Terminaremos con  cilantro en grano, previamente tostado y molido, y lista para disfrutar 😉

Ingredientes para 2 personas

PARA EL CALDO: PARA LA CREMA: PARA DECORAR:

Elaboración

Preparamos el caldo de citronella.
  1. En un cazo añadimos el agua junto con la citronella, la albahaca y el jengibre fresco,
  2. Colocamos a calor medio y dejamos hasta que llegue a ebullición.
  3. Una vez que rompa a hervir, reducimos a calor medio bajo y dejamos durante 20-25 minutos. Deberá reducir y concentrarse bastante.
  4. Retiramos del calor y reservamos.
Salteamos las verduras.
  1. Lavamos el calabacín, cortamos los extremos y troceamos en cuadrados. Reservamos.
  2. Limpiamos los ajetes, lavamos muy bien bajo agua fría, escurrimos y cortamos en trozos. Reservamos.
  3. Lavamos el chile verde, retiramos el tallo y laminamos. Reservamos.
  4. En una sartén amplia añadimos el aceite de coco y colocamos a calor medio. Una vez que tome temperatura incorporamos el calabacín y cocinamos a fuego medio bajo hasta que adquiera una textura tierna. Nos llevará alrededor de 15 minutos.
  5. Añadimos los ajetes junto con el chile y un poco de sal al gusto, cocinamos durante 7-8 minutos más.
  6. Añadimos las espinacas, previamente lavadas, y dejamos al calor hasta que estas pierdan su firmeza y el agua.
  7. Retiramos del calor.
Preparamos la crema.
  1. Pasamos las verduras a un procesador de alimentos y vertemos 100 g del caldo de citronella. Procesamos hasta obtener una crema homogénea.
  2. Incorporamos la leche de coco y procesamos de nuevo.
  3. Añadimos el zumo de lima junto con la albahaca fresca y procesamos una vez más hasta obtener una crema suave y homogénea.
  4. Probamos y rectificamos de sal en caso de ser necesario.
  5. Vertemos en un cazo y calentamos, a fuego medio bajo, para que adquiera algo de calor. Si la textura os resulta demasiado densa, podéis añadir un poco más de caldo.
Tostamos el cilantro.
  1. En una sartén pequeña añadimos los granos de cilantro y colocamos a calor medio alto.
  2. Dejamos hasta que se tuesten ligeramente y se desprenda un agradable aroma.
  3. Pasamos a un mortero y molemos hasta lograr un polvo muy fino. Reservamos.
Preparamos la mazorca.
  1. Preparamos una sartén con 1/4 cucharadita, más o menos, de aceite de coco. Colocamos a calor medio.
  2. Con ayuda de un cuchillo afilado, cortamos longitudinalmente y de arriba hacia abajo, la mazorca. De este modo lograremos sacar los granos "unidos en una hilera" en lugar de sueltos.
  3. Disponemos en la sartén y salteamos durante 1-2 minutos. Deberán tomar un color dorado.
  4. Retiramos del calor y salamos. Reservamos.
Servimos la crema de calabacín.
  1. Repartimos la crema en dos boles individuales.
  2. Decoramos la superficie con un poco de leche de coco o crème fraîche, maíz, rodajas de ajetes y hojas de albahaca fresca.
  3. Espolvoreamos con un poco de cilantro tostado molido y servimos enseguida.
 

Notas

Esta crema de calabacín con chile y albahaca es otra opción estupenda para tener en cuenta y disfrutar ya sea como entrante o cena. El sabor es poderoso, con esto quiero decir que encontraremos una nube de sabores aromáticos y exóticos acompañados de un punto picante. La textura resulta muy cremosa y suave, pero ya sabéis que podéis aligerarla hasta obtener el punto exacto que más os guste. Ya sea añadiendo más caldo o leche de coco. Un abrazo, Eva
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