Torrijas de pan Challah a la Crema de Orujo y Frangelico

Eva 28 marzo, 2013

Ya estamos de puente, con un montón de días por delante para descansar, disfrutar de la familia, los amigos y para aquellos que les guste vivir el espíritu que rodea estos días, disfrutar de las distintas procesiones que encontramos en cada lugar. Nosotros también vamos a tomarnos unos días de descanso, ¡pero no muchos!
Os dejaremos hasta que finalice el puente, pero no queríamos irnos sin dejaros una variación de un dulce que estos días está muy presente en nuestros hogares, las torrijas.
Normalmente se elaboran con leche o vino, ambas una maravilla. Pero como ya sabemos que en la variedad está el gusto, os dejo dos maneras más para elaborarlas que puedo decir que son una delicia también.
En mi caso he utilizado pan Challah para elaborarlas, porque me gustaba su sabor, su miga, consistencia y tenían un tamaño muy adecuado para hacerlas.
Pero podéis sustituirlo sin ningún problema por el pan que uséis normalmente para hacerlas. Como ya sabéis, las torrijas son tradicion en la época de Cuaresma y Semana Santa.

La torrija o torrejas, aparece documentada por primera vez en el siglo XV citada por Juan del Encina: “miel y muchos huevos para hacer torrejas”.
Al parecer se utilizaba como plato indicado para la recuperación de parturientas.
Las primeras recetas se remontan al Libro de Cozina de Domingo Hernández de Maceras (1607) y Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería de Francisco Martínez Motiño (1611).
La torrija era a comienzos de siglo XX muy habitual en las tabernas de Madrid y se servía con vasos de vino (chatos).

Su asociación a la cuaresma se debe tal vez a la necesidad de aprovechamiento de pan sobrante, durante el tiempo en que no se podía comer carne, era por ello menos consumido aunque las familias elaboraban la misma cantidad.
Por lo que se podría decir que tienen un origen humilde.
Suelen consumirse con grandes cantidades de whisky durante el “domingo de resurrección” en algunas zonas del sur de Badajoz.
Existen múltiples variedades a la hora de elaborarlas, desde el tipo de pan, hasta las especias o frutas que utilizamos (canela, clavo, limón, naranja…) incluso la base principal para bañarlas como la leche, vino (en Málaga suelen utilizar moscatel) o incluso algún tipo de anís. Se pueden bañar en azúcar , miel o un almíbar elaborado por nosotros.
Las combinaciones con las que nos encontramos forman un gran abanico de posibilidades.

En Francia se prepara con similares características el “pain perdu” (pan perdido), solo que en lugar de freírse en aceite abundante se hace a la plancha, conociéndose en Reino Unido y países de habla inglesa como “French toast”.
En Portugal se preparan las “rabanadas”,de forma muy similar a la española. En Colombia, Chile y Ecuador se llaman “tostadas francesas”, en Guatemala se llaman “torrejas”, en la frontera norte de México “pan francés”…mucha diversidad para un mismo dulce.

Un dulce consumido en muchos lugares y adaptado a nuestras costumbres.
Ya que se nos ofrece gran variedad a la hora de disfrutarlas, aprovechemos esa posibilidad y hagámoslo para dar a conocer nuevas combinaciones a nuestro paladar. Os deseamos que tengáis un feliz puente y disfrutéis mucho en estos días.
Nos vemos a la vuelta!!

Saludos,
Mr & Mrs Hudson.

 

INGREDIENTES PARA 10 TORRIJAS:

He utilizado 1 y 1/2 de pan Challah.

PARA 5 TORRIJAS DE CREMA DE ORUJO:

  • 200 ml de leche
  • 200 ml de Crema de Orujo
  • reducción de café: 100 ml de agua + 50 g de azúcar

PARA 5 TORRIJAS DE FRANGELICO:

  • 250 ml de leche
  • 150 ml de Frangelico
  • 1 cucharada y 1/2 de azúcar granulado (1 y 1/2 Tbsp)
  • para las avellanas caramelizadas: 50 g de azúcar granulado + 10 avellanas

PARA FREÍR Y DECORAR:

  • 3 huevos ligeramente batidos
  • 1/2 litro de aceite de oliva
  • azúcar granulado para espolvorear

ELABORACIÓN:

Para realizar estas torrijas he utilizado como base un pan Challah, ya que es ligeramente dulce y tiene una miga y consistencia muy adecuada para hacer torrijas. Podemos sustituirlo por el pan que usemos normalmente para elaborar torrijas.

Lo ideal es utilizar un pan elaborado el día anterior y dejar al aire sin cubrir con un paño, de este modo endurecerá ligeramente y será mejor para su elaboración.

Preparamos las avellanas caramelizadas.

En un cazo incorporamos el azúcar para realizar un caramelo. Mientras toma calor, pinchamos las avellanas en un palillo.

 

Según vaya tomando calor el azúcar comenzaremos a moverlo con una cuchara para ayudar a disolver los grumos, debemos tenere mucho cuidado que no se nos queme ya que si no este nos amaragaría.

Una vez tengamos listo nuestro caramelo, apartamos del fuego y dejamos enfriar un poco, lo dejaremos durante 1-2 minutos.

Debemos poder bañarlas y que al subir quede una especie de lágrima con un hilo.

Pasado ese tiempo, introducimos las avellanas en el caramelo y subimos. Dejamos que enfrie bocabajo para que se forme ese hilo de azúcar.

Tarda poco en enfriar, en unos segundos estará firme y podremos pincharlo sobre una rebanada de pan duro por ejemplo, para que termine de enfriar completamente. Repetimos el proceso con las demás avellanas.

Sería bueno que nos ayudaran en este paso, para que el caramelo no enfrie antes de que nosotros hayamos terminado de bañar las avellanas.

 

Preparamos la reducción de café.

En un cazo incorporamos 100 gr o ml de café recién preparado junto con el azúcar, dejamos a fuego medio hasta que se reduzca considerablemente y obtengamos un almíbar espeso pero con cuidado que no se nos queme. Debemos vigilarlo.

Retiramos del calor y pasamos a un cuenco para que vaya enfriando, reservamos.

Preparamos las torrijas.

En un cazo incorporamos la leche junto con el orujo y ponemos a fuego medio. En otro cazo a parte incorporamos la leche junto con el Frangelico y el azúcar granulado, y colocamos a fuego medio también.

 

Dejamos al calor hasta que tome temperatura sin llegar a hervir. Apartamos y dejamos templar un poco.

Rebanamos nuestro pan.

Vertimos cada mezcla en un bol y separamos la mitad de las rebanadas para cada mezcla.

Sumergimos las rebanadas en la mezcla de una en una, dejamos que empapen bien.

Ponemos a calentar el aceite a fuego medio alto y batimos los huevos ligeramente. Preparamos el palto con azúcar granulado, reservamos.

Para contrarrestar el sabor del aceite, podemos añadir una cáscara de limón a este y así no tendrá tanto sabor.

Primero freiremos las de un tipo y después las de otro, de este modo podremos diferenciarlas mejor.

Una vez el aceite haya tomado temperatura, cogemos una de las rebanadas que teníamos en remojo, escurrimos ligeramente, pasamos por el huevo batido, escurrimos un poco de nuevo e incorporamos a la sartén.

En mi caso frio las torrijas de 2 en 2, para que tengan espacio y se hagan bien.

Una vez tengan un bonito color dorado, sacamos y dejamos escurrir unos segundos en papel absorvente. Rebozamos por el azúcar granulado y pasamos a un plato amplio.

Repetimos el proceso con el resto de las torrijas.

Servimos las torrijas.

Para presentar las torrijas de Crema de Orujo, colocamos nuestra torrija y rociamos por la superficie ligeramente con la reducción de café. Para las torrijas de Frangelico, nos bastará con decorarlas sobre ellas con 2 avellanas caramelizadas.

Y ya tenemos un dulce muy típico de Semana Santa, pero con aromas diferentes y realmente deliciosos. Quizás son más adecuadas para tomar como postre o a media tarde acompañando un buen café.

Deseamos que os gusten!!

Buen provecho y feliz Semana Santa!!

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